Capitulo • 1

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May_kageyama gracias por regalar tu idea cielo <3

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May_kageyama gracias por regalar
tu idea cielo <3

La lluvia parecía eterna aquel sábado a las tres de la madrugada.

Ambos adolescentes se encontraban recostados en la inmensidad efímera de un charco de agua cristalina, olvidando por completo las numerosas enfermedades que podían contraer por consecuencia del frío.

Hacia unos pocos minutos habían sido liberados de la comisaría por robar cuatro gatos a una anciana que vivía cerca del centro. Nada muy importante, únicamente estuvieron una mísera hora en el edificio, dado que la anciana los había reconocido y un patrullero pasaba justamente por el lugar por el que escapaban, pero de todas formas había sido divertido escalar hasta el sexto piso del edificio de la anciana entre risas para nada discretas.

Una cita de lo menos común, digna de ambos.

¿Como habían llegado hasta esa etapa de la sus vidas? Bueno, únicamente el tiempo fue testigo de los trucos inteligentes y victoriosos de Eros. Hasta que un día olvidado en el calendario ambos amigos se habían enamorado de cada defecto que el otro poseía.

El menor se había tomado el tiempo de leer cada cicatriz que habitaba en el cuerpo de Keisuke, comprendió su letra y aún mas importante su historia, trenzo su cabellera azabache y observo aquellos ojos oscuros cuál café. Hasta que casi sin querer comenzó a dedicarle sus noches de insomnio. Por su parte el alma de Baji se fue cautivando de aquellos pequeños detalles que la mayoría de la gente no tomaba en cuenta. Los lunares de Matsuno, sus delgados dedos, sus pestañas, la forma de sus cejas y así podía enumerar millones de ejemplos más.

Esto daba incapié a la actualidad: Su primera cita.

La primera cita del par solamente consistió en un robó de gatos fallido, saltar sobre charcos de agua, mojarse, perderse en un barrio obscuro y terminar tirados en el medio de la calle mientras miran las estrellas, sin que la lluvia se detuviese.

- Yuyu - el mayor rompió el silencio con un susurro ronco - ¿Te vas a quedar?

El rubio lo miro confundido - ¿En la calle?

- No, Fuyu - el mayor sonrió divertido - En mi vida...¿vas a quedarte?

- Tendrás que echarme a patadas si quieres que me marche

El mayor le tiró con un poco de agua perteneciente al charco bajo de sus cuerpos - Sabes que seré lo suficientemente egoísta como para retenerte hasta que mi cuerpo se desmorone

- Lo sé Baji-san y no voy a quejarme de eso - el rubio se puso de pie repentinamente - ¿Vamos?

Baji lo copio sin cuestionarle nada - ¿Al campito que cruzamos? - abrazo al más bajo por la cintura - ¡¿Con la vaca?!

Chifuyu rio contento ante la imagen infantil que el mayor le otorgó el privilegio de presenciar - Si Baji-san, con la vaquita

Ambos corrieron entre risas hasta el abandonado campo. Ignorando la mirada de aquellos alcohólicos solitarios, amantes de la soledad y los fiesteros estruendosos, quienes en silencio juraron no corromper la ataraxica serenidad que se manifestaba entre ambos muchachos.

Ignoraron a los vagabundos enamorados de aquella chica de piel palida, la cual les cobraba sus tiempos de servicio arrebatandoles la construcción de sus propias vidas. Que astuta y traicionera eres María.

Ignoraron a la muerte, quien los observaba sentada en una esquina junto a una adolescente que lloraba tirada a los pies de la túnica negra que la susodicha vestía.
La vida quien llegaba despreocupada a la escena les sonrió inocentemente y les permitió continuar con la inexistente carrera hasta el prado, sabiendo que dichos actos de felicidad serían escasos en la efímera existencia de ambos muchachos.

Ignoraron a la luna, envidiosa de tan magnífico romance.

Ignoraron al mundo entero, el cual en la inmensidad de su propio ruido detuvo su girar solo para darles unas horas de estabilidad a sus habitantes risueños e ignorantes de las tantas miradas sobre sus acciones.

Al llegar al campo las gotas provenientes del cielo eran escasas, el pasto mojado los recibía felizmente y la vaca dueña de aquellas tierras sin nombré, tomando su ejemplo, no les dió importancia absoluta.

Matsuno abrazo fuertemente al contrario - Este podría convertirse en nuestro lugar seguro

- Chifuyu... - Baji restregó su nariz por el cuello del más bajo - Tu eres mi lugar seguro, sé que soy una mierda de persona pero jamás podría hacerte daño a ti

Chifuyu entendía a lo que se estaba refiriendo, habían dejado de hablar del lugar y la conversación había tomado rumbo hacia su relación pasada.

- Me duelen tus mentiras Baji-san - Matsuno beso las lágrimas que rodaban por las mejillas del mayor - Pero esas cicatrices en mi cuerpo ya sanaron, es momento de que tú lo hagas

- ¿Escuchas los cristales de vidrio?

- Te reconstruire Keisuke

Baji sonrió inconcientemente abrazando aún más fuerte a su amigo - Solo con tu presencia ya estás recontruyendo la existencia de este vil pecador - depósito un pequeño beso en la punta de la nariz de Matsuno - Me salvas Yuyu, de todas las formas en las que una persona puede ser salvada

Así se quedaron hasta el amanecer naciente.
En un campo desconocido, completamente mojados, en compañía de una vaca desconocida, perdidos pero juntos en una burbuja de ataraxia infinita mientras eran observados por el mundo en su monótono caos.

Su primera cita no era bienvenida en los estereotipos románticos que la sociedad dictaba. No les era necesario que así fuera, la sociedad se podía ir a la mierda porque estaban juntos y a salvó.

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Hermosamente melancólico. Asco.

Esto no iba a ser así.

Perdón por los errores ortográficos.

Pero espero les guste <3

- Beauseth

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