Mis Sueños y otras Visiones 👁️

👁️ La mujer, el bebé y el río.

Lunes, 3 de mayo.

Esta es una historia fascinante que cada quien va a interpretar a su manera. Para mí es una reflexión, una analogía, una metáfora.
Tuve esta visión bajo efectos alucinógenos  para una terapia chamánica (para nada recomendada si no lo haces con una persona altamente confiable, que estés seguro/a que te cuidará cada segundo y ambos sepan qué están ingiriendo y sus consecuencias).

Esta visión que tuve me ocurrió mientras me duchaba, cuando ya habíamos terminado la terapia. Cuando metí la cabeza bajo el agua empezó la visión:

Delante de mí hay una mujer dándome la espalda. Está vestida como una indígena, tiene plumas y una vestimenta muy primitiva con decoración natural, es hermosa.
Tiene un bebé en sus brazos y está parada sobre un puente rústico, debajo corre un río cristalino. Al rededor hay como una selva y chozas.
La mujer se acerca al río y suelta a su bebé.
El agua lo abraza y se lo lleva.

Ese es el panorama general. Hay muchísimos detalles y lo experimenté desde tantas perspectivas diferentes al mismo tiempo que fue muy abrumador.

Lo que reflexioné desde entonces:

Durante la visión me sentí identificada con la mujer ya que fue lo primero que vi y creí que estaba viéndome en una vida pasada donde yo fui una indígena que quedó embarazada por error y no podía tener al bebé, y no tenía otra opción que dejarlo en el río.
Podía percibir lo que la mujer pensaba y sentía, su dolor. Pero a la vez sentí que era el bebé, y podía percibir sus pensamientos y emociones, su miedo y tristeza. Hasta me identifiqué con el río. Todo el ambiente tenía un pensamiento propio, una conciencia. Todo estaba vivo y lo experimenté de forma muy lúcida. Perdí la percepción del Yo, me fundí con el Todo.

Enseguida que volví al mundo físico (y lo digo así ya que estaba tan inmersa en esa visión que olvidé que era una persona con un cuerpo y que me estaba duchando, literalmente), me inundó un malestar y una angustia impresionante. No paraba de llorar.

Esta sensación surge a raíz de que me identifiqué con el bebé, yo creí que era ese bebé siendo abandonado por mi madre, sentí cómo me ahogaba y moría y yo me aferré a ella con dolor.
Intentaba encontrarle un sentido a todo lo que vi, buscaba entender el por qué una madre haría algo así. Cualquier persona diría que la mujer es una asesina pero si vemos lo bueno y lo malo como conceptos abstractos, nos permitimos analizarlo de otra forma. Creo que esta visión que tuve es un proceso por el que pasan todas las personas y a mí se me presentó mediante estas imágenes para mi propio entendimiento.

Hablando con mi amiga, quién me ayuda con las terapias, me explicó que quizá lo que yo misma intentaba decirme era que soltara a ese bebé y me permitiera ser la mujer. Y entonces recordé que el agua no estaba ahogando al bebé, lo estaba cuidando y sanando. Y que ella lo entregó al amor infinito, al universo. Era para ella una forma de liberarse. De madurar.

Al cabo de unas semanas empecé a comprender mejor esta experiencia y a encontrar el sentido en cada pequeño detalle. Fue muy duro, por varios meses estuve deprimida y en mi mente se repetían las imágenes todo el tiempo como un bucle. Pero al día que narro esto me siento muy bien y estoy agradecida de no haberlo olvidado, ya que la mente suele bloquear los momentos más emocionantes que no podemos comprender, porque no hay que entenderlos sino sentirlos. La mente quiere poseer y controlar, el corazón comprende y ama.

Publico esta página viernes 31 de diciembre de 2021.