Era un lugar siendo lo que parecía un tapete con una mesa, televisor y todo rodeado por nubes.
Sentados en la mesa de tatami habían dos personas siendo la primera la mas llamativa siendo que un albino de barba blanca con túnicas blancas sentado en un trono de oro sosteniendo un baculo de oro y en su otra mano un rayo del tamaño de una espada, mientras en sus pies un alcon.
Mientras en la mesa sentado de rodillas con su mirada fija a la primera persona era un rubio que era tan brillante como él mismo oro del trono y báculo, ojos rojos como la sangre rasgados y tres marcas en las mejillas como bigotes en cada mejillas vistiendo ropas naranjas con negro y cadenas saliéndole de su brazo.
Estos dos se veían fijamente sin pestañar como analizándose durante varios minutos sin titubeos donde parecía una competencia de miradas.
Bien me vas a decir donde estoy y que hago acá anciano. Dijo él rubio.
Jajajajaja eres interesante chico jamas nadie me falto él respeto así y aplaudo tu valentía, bien me presentare me llamo Zeus Dios de los Rayos. Dijo él albino de manera presumida.
Dios como esa tonta de Kaguya. Dijo él rubio.
No ella es una diosa terrenal yo soy un dios sintoísta mas poderoso que ella. Dijo Zeus.
Ya veo y donde estoy. Dijo él rubio.
Veras tu no debes existir en si chico y lo sabes verdad. Dijo Zeus.