"El bucle eterno"

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Es normal y parte del equilibrio de la vida que en algún momento se pueda tener un mal día. En la actualidad recuerdo los días mas tristes de mi vida, que aunque trate de ser optimista hasta en los peores casos, la vida puede pesar mas. Pero en los viejos dias, un mal día significaba una interminable racha de mala suerte y decisiones...

Despertás tarde, salís corriendo des prolijo a la escuela, sin poder desayunar, llegas tan tarde que te ponen ausente sumado al gracioso de turno que hace bromas con tu puntualidad. Las horas pasan tan lentas por aun estar dormido que parece eterno. Llega el recreo y el momento de relajarse...salvo para tu estomago que solo tiene una milanesa de soja que comiste anoche de muy mala manera y te corta cualquier tipo inspiración y relajación. En eso te das cuenta que se te exploto la lapicera del bolsillo y tus compañeros siempre tan solidarios, ninguno tiene de mas.

Por fin la hora de salir, pero notas que la mochila es mas pesada ¿Sera el cansancio? Llegas a casa mas hambriento que cansado y ¡Otra vez sopa! Si sigo así, me saldrán canas teniendo menos de cincuenta años. Ya es tarde, tu chica ya se fue a su escuela y solo queda a escuchar a las pobres almas en desdicha, al menos haces una contribución al mundo. Luego de tanto drama volvés a casa para hacer la tarea y..la maldita lapicera. Volves a salir a comprar a un kiosko y olvidas que tu mejor amigo sale a esa hora, y otra vez tarde.

Un día muy largo, merece una ducha muy relajante...y otra vez se bañaron todos dejándote casi sin agua. Y cae la noche, dulce noche que inspira para los eternos amantes, vienes inspirado y perfeccionando un escrito hasta que te quedas dormido y Despertás tarde, salís corriendo des prolijo a la escuela...

Y así pasan tus días, en un bucle constante de caos y desorden, sintiendo lastima de uno mismo hasta que un día, de esos de mierda que uno tiene constantemente dice ¡NO MAS SOPA! Compras un pebete con un energizante y decidís una ruta alternativa a casa, encontrándote con una plaza chiquita pero muy bonita. Te sentás en una punta, y justo ves una casa, una casa hermosa que destaca por todo lo demás e imaginas que el dueño seguro no tiene una vida tan patética, que tiene una hermosa esposa con dos hijos que lo adoran, un auto de lujo y lapiceras que no explotan..si, la persona que vive ahí seguro vive el sueño. Empece a imaginarme junto a Clara siendo esa persona, sintiendo que lo había logrado así por uno, dos, tres, cuatro y ya ni se cuantas veces visite esa plaza, cuantas veces soñé despierto con esa casa, con ese futuro. La primera vez que conté esta parte de la historia una chica linda me dijo "¿Qué sentido tiene vivir si no quieres nada?" y tenia razón, sabia que mi futuro tenia que ser así, que no importa que malos días tenga, que algún día llegaría a ser como aquel dueño de la casa frente a la plaza.

Amar después de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora