Jennie y Taehyung terminaron en una pequeña cafetería unas cuantas cuadras lejos del museo, donde había más gente resguardándose de la nieve mientras comían y reían. Había música de fondo suave, variaba entre grupos de kpop o artistas internacionales, mantenía un buen ambiente, divertido y cálido. El lugar era un poco grande, con pisos y mesas de madera, sillas de metal o sillones individuales de respaldo alto y orejones.
Taehyung y Jennie acabaron en un mesa de dos sillones casi a la mitad del establecimiento, a dos mesas lejos de la pared y escondidos de las ventanas de la calle.
Jennie había pedido un ramen sencillo con pollo en lugar de cerdo y Taehyung kimchi con arroz y carne, ambos habían pedido té caliente y estaban riendo mientras comían, Jennie diciéndole las últimas travesuras de su hija más pequeña y cómo tenían vueltas locas a Lisa y a ella por intentar encontrarla ahora que había descubierto la magia de las escondillas.
—Nos tardamos casi dos horas en encontrarla para que al final estuviera en mi clóset —terminó diciendo Jennie, casi llorando por la risa.
Taehyung estaba en similar situación que su prima, solo que intentaba controlar más la risa que ella. Su sobrina Hye Jin tenía tres años y era tremendamente inteligente, pero también muy traviesa y única. Su hermano mayor, Eun Won, había dejado de intentar corregirla cuando vio que era un alma libre y que al final, ella misma entendía qué estaba bien y qué estaba mal.
—Hye Jin es muy parecida a ti, de hecho —le dijo Jennie cuando la risa se calmó y ambos solo sonreían con cariño.
— ¿Ah, sí? —preguntó divertido el Omega—. Entonces, ¿es igual de guapa y tiene un excelente gusto como yo?
Jennie frunció su nariz mientras veía a su primo con ironía.
—Bueno, así que digas que eres muy guapo... —se volvió a reír cuando Taehyung le aventó un pedazo de carne que cayó en su plato a la perfección—. Está bien, sí eres guapo, basta.
Taehyung volvió a reír encantado, su coraje y decepción que sufrió momentos atrás completamente olvidado. Había esperado mucho de Jimin pero también no podía obligarlo a que desatendiera la empresa que no solo le daba a él de comer, sino que era responsable de cientos de trabajadores y familias.
Tal vez en el departamento podrían hablar... O tal vez no. Pero ya lo vería al llegar. O no.
Ya no sabía si todo esto fue una buena idea porque no se veía aguantando otra separación cuando el tiempo acabara para ellos como esposos. Había pensado en los beneficios de su matrimonio pero no en las consecuencias. Y esas parecían que dolerían más cuando todo acabara.
—TaeTae, ¿qué pasa? —le preguntó Jennie con cuidado al verlo tan pensativo de nuevo—. ¿Tienes problemas con Jimin?
Taehyung sintió una presión en su pecho entonces. No había pensado en su familia y las preguntas que ellos le harían cuando el divorcio saliera a la luz. Y Diosa, no estaba dispuesto a soportar las miradas tristes de su primos y su abuela al no saber cómo ayudarle.
O las miradas y palabras burlonas de sus padres cuando descubrieran que todo fue una mentira.
Tampoco quería verse solo otra vez... ¿O eso era muy aparte de todo lo que estaba pasando ahora?
—Yo... —inició con voz temblorosa, sintiendo la presión de su mentira empezar a ahogarlo—. Yo... Jennie, yo... Jimin y yo... Creo que-
— ¿Se apresuraron a casarse? —lo interrumpió su prima, viéndolo con comprensión—. Sí, lo entiendo.
—Lo entiendes —suspiró para luego jadear ligeramente y mirar a la mujer confundido—, ¿cómo que lo entiendes?
Jennie sonrió con tranquilidad, agarrando su taza y tomando un poco.
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A (Un) Married Story
RomancePark Jimin necesitaba casarse para salvar la empresa familiar. Kim Taehyung debía casarse para no terminar en la deshonra de su familia. Ambos se detestan, pero ambos se necesitan. El trato es simple: 1 año de matrimonio para cumplir con los estánd...