Akame en Kimetsu No Yaiba

Capitulo XV: Una nueva mision.

Sexta menguante: ¡¡MAESTRO KIBUTSUJI POR FAVOR LE RUEGO QUE ME PERDONE!! -rogaba el demonio llorando del terror-

La fortaleza dimensional infinita, un dominio creado por la técnica de nakime, el cual como su nombre dice se extiende hasta el infinito a voluntad del usuario, el lugar de reunión de las lunas demoniacas, los demonios más fuertes después de kibutsuji muzan.

Las lunas se dividen en dos categorías, las menguantes y las superiores, la forma por las que se diferencia son a través de los kanjis de los ojos, las superiores tienen los kanjis en los dos ojos mientras las inferiores solo lo poseen en uno, las lunas menguantes son menospreciadas por las superiores debido a que su formación cambia de manera constante cada poca cantidad de años, mientras las superiores se han mantenido igual por más de cien años.

Y en estos momentos las menguantes sufrian por eso, los gritos de la sexta menguante se oian por los interminables confines de la fortaleza, mientras era levantando del suelo por un brazo de carne y musculo de color rojo palpitante recubierto de ojos amarillo con pupilas carmesi el demonio rogaba aterrado mientras lloraba de manera miserable para conservar su vida ante la vista fria del muzan.

Sexta menguante: ¡¡LO SIENTO MUCHO, TENGA COMPASIÓN TENGA COMPASIÓN!! -rogaba-

La carne del brazo empezó a palpitar, sufriendo un par de espasmos rápidos esta se deformo, secciones de la carne del brazo se partieron y la sangre cayó a borbotones en el suelo, de esas secciones se mostraron bocas grotescas con dientes afilados salivando y escurriendo sangre mientras una multitud de ojos ansiosos observaban desde dentro de la boca.

Un grito de horror por parte de la sexta menguante se oyó por todo el lugar, un eco que se dispersó por los inmensos e interminables confines de la fortaleza, la sangre cayó como río sobre el piso de tatami manchando la final tela de estos y al mismo tiñéndose de un color rojo carmesí, la sangre salpicó también manchando el rostro de las demás menguantes que se encontraban ahí.

Un sudor frío caía por la cara de la tercera menguante, el terror se plasmaba en sus ojos que palpitaban del terror, los oídos le zumbaban del de terror mientras la sangre le caía por encima, su respiración se entrecortaba mientras el demonio frente a él ni se inmutaba.

Tercera menguante: (¿por qué está pasando esto? ¿será el próximo acaso? y que por fin después de tanto tiempo me convertí en una de las doce ¿por qué...? ¿por qué...? crei que aun me quedaba mucho...mucho) -pensaba aterrado el demonio-

Muzan: ¿no me digan que les asusta más los cazadores de demonios que yo? -preguntó con frialdad-

Cuarta menguante: ¡¡POR SUPUESTO QUE NO!!

Muzan: te aseguro que lo único que piensas al estar frente a un pilar es huir despavoridamente -afirmó fríamente-

Cuarta menguante: ¡¡YO NUNCA LO HE PENSADO, YO SIEMPRE HE PUESTO MI VIDA EN RIESGO PARA PELEAR POR USTED!!

Muzan: No estás contradiciendo lo que dije, ¿no? -pregunto fríamente-

La demonio solo jadeo del miedo, sus ojos palpitaban aterrados mientras que en sus pupilas sólo se reflejaba el grotesco brazo de músculos palpitante y ojos expuestos, antes de siquiera poder gritar el cuerpo de la cuarta fue derribado y tendido contra el piso, la sangre salpicó en todas direcciones nuevamente mientras el cuerpo era devorado.

Tercera menguante: (Es el fin no tengo esperanzas, no importa si estoy de acuerdo o no me asesinara, y obviamente no tengo oportunidad de vencerlo en una pelea, entonces....) -pensó con seriedad-

La tercera se paró en silencio, con un semblante sombrío, y antes de siquiera reaccionar el demonio desapareció en un instante creando una pequeña rafaga de viento, la segunda menguante vio sorprendida la acción, mientras la primera se mantuvo impasible y aburrida.