-Elizabeth, bastante bien que se te da ignorarme las llamadas luego de siete años. Además, ¿no es loco que tenga que exponerme ante el FBI por ti?
Tras la finalización del instituto ella escapó lejos de él con una sola finalidad; alejarse de su burb...
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"No eres la única que tiene problemas.
Ambos los tenemos.
¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"
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📍 Philadelphia , PA
La rubia entró aquella tienda abandonada desde antes de que ella naciera. Había dejado de vender textiles para pasar a remodelarse primitivamente para los bailes clandestinos como todo lo que se hacía en esa ciudad—o por lo menos bastante—. Se acomodó su cabello mientras pensaba en excusas estúpidas para no tomar alcohol, pensando que sería idiota tirar a chorros como hizo años atrás en una de las últimos eventos que fue.
—No, no tomaré. Manejaré.
—Oh vamos—Emma destapó una cerveza contra la barra y se la tendió—, me puedo encargar de eso.
—De verdad no quiero tomar nada, quiero mantenerme con los pies sobre la tierra.
—Te lo pierdes.
—Y yo también, pero no puedo—habló Lisa sentándose.
—¿Has decido así nomás que seguirás con el embarazo?—preguntó Cheryl.
—No voy a esperar que otra persona cambie para que yo comience a ser feliz. Después de la mierda por lo que he vivido estos años, me merezco un poco de amor propio.
—Yo temo por el bienestar de ese niño... su madre no está bien—bromeó Betty.
—Bueno, pero tendrá a sus tíos y primos para cuidarlo. Am y Max harán un buen trabajo—asintió orgullosa.
—Nadie lo duda—aseguró Emma mientras se colocaba entre medio de las piernas de la pelirroja ya sentada en un taburete.
—Exacto—Lisa asintió para ir bailando hacia el medio, perdiendose entre la multitud. Habían adolescentes, adultos, viejos, e inclusive niños curiosos; claramente eso no siempre terminaba bien po el choque de moral-estupidez-falta de humanidad.
—Yo iré con Lisa porque se que en cualquier momento quiebra en llanto; le encanta ponerse eufórica antes de quebrar—y era verdad lo que decía Betty. Sabía que su hermana era de esas personas que la adrenalina era la mejor forma de posponer el dolor, sin embargo cuando tocaba aquél punto llamado nirvana— que se define como el punto máximo de la felicidad en el alma—, caía como por una montaña rusa enfrentando la gravedad contra el suelo, cuando en la bajada se te erizan hasta cada vello del cuerpo. Betty esperaba ese momento de su hermana, el que pronto iba a llegar pero no éxactamente ese día— ni tampoco en el que ella pudiera consolarla—.
—Entonces... serás tía nuevamente —murmuró Emma observando a la pelirroja.
—Oh vamos, no hablemos de niños—la pelirroja se bajó de la banqueta para acorralar a su pareja contra la barra—¿Te he dicho lo hermosa que te vez?—preguntó bajando sus manos hasta el borde del vestido de la rubia.
