Placentero Frenesí

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Desde que perdió la triatlón aquél día, Ercole había estado guardando rencor a todos los monstruos marinos, especialmente a Luca, pues lo culpaba de su desgracia.

Caminando por las calurosas calles de Portoroso se encontró con una mujer de dudoso proceder quién tenía levantada una pequeña tienda de productos destinados a castigar a las personas que te habían hecho mal en el pasado.

Ercole se mostró interesado.

-¿Deseas algo, querido?- Preguntó con voz rasposa.

-¿Qué me puedes ofrecer?

-Todo lo que desees- Sonrió la mujer enseñando unos dientes filudos- Dependiendo de cuánto daño tú quieras ejercer.

-Quiero venganza- escupió Ercole con rencor- Deseo que pase una tremenda vergüenza y se humille así mismo.

La vendedora se rió de forma macabra cuando escuchó la petición de su cliente. Empezó a buscar entre sus accesorios y sacó un hermoso anillo transparente color cian.

-Debes ponérselo a la persona de la que te deseas vengar y con la primera orden el contrato sellarán- Tomó con delicadeza la mano del moreno y depositó en él el artilugio- Si te aburres, simplemente le sacas el anillo y listo. Pero Ojo, tú debes ser quién ponga el anillo en su mano y ser tú quién se lo saque, si no, no te servirá.

Ercole le pagó a la señora y se fue en busca de Luca.

***
Giulia estaba arrepentida de haber organizado la fiesta de cumpleaños de Luca en su casa. Todo estaba patas arribas.

-Alberto! Llévate a Luca a casa, parece muerto. No quiero lidear con resaca y con el regaño de mi padre al día siguiente.- Su cabello rojo había crecido hasta la cintura, y la pubertad había hecho una obra de arte con ella.

-Por Massimo no te preocupes, y por este cerebro de alga tampoco, ¿Cuánto tomó?- Trató de pararse, pero las piernas le fallaron.

La pelirroja lo miró con el seño fruncido.

-Él no tomó nada, solo está cansado. Tú por otro lado estás hecho un desastre.- Suspiró- Cuando dije que no quería lidear con resaca lo dije por tí.

La muchacha había entrenado toda su vida, tenía mucha fuerza y resistencia. Tomó a sus amigos y los puso en el triciclo en el que solía llevar el pescado  y empezó a peladear para llevarlos hasta la orilla.

-Giulia!!!- Escuchó un grito a lo lejos, ella dejó de andar para atender el llamado.

-¿Qué quieres, Ercole? ¿Quieres que te consiga un puesto como barrendero en la empresa de papá?- Preguntó la muchacha con rabia con el fin de deshacerse del no deseado.

-Siempre tan sarcástica- Suspiró desganado.- Si tan solo te pagaran por eso no estuvieras aquí vendiendo pescado como una perdedora.

Antes de ella contestara él empezó a hablar de nuevo.

-No vine con el fin de incomodar.

-Lo estás haciendo, ami...-Alberto no terminó lo que iba a decir, pues su estómago estaba en guerra y empezó a vomitar.

-Vi que mientras pasabas a Luca al triciclo se le cayó este anillo.- Giulia miró el pequeño aro con recelo- Oye, no lo mires así. Y agradece que te lo traje, cualquiera se lo hubiese llevado, parece ser costoso.

-Devuelvelo rápido que debo ir a dejarlos hasta la orilla.- A Ercole le brillaron los ojos de emoción, tomó la mano de Luca y justo cuando estaba por deslizar el anillo en el dedo índice del joven, Alberto, quién había terminado de vomitar, le arrebató el aro.

Placentero Frenesí (Luca X Alberto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora