✿𝔼𝕟 𝟚𝟘 𝔻𝕚𝕒𝕤✿ .Baji Keisuke. :)

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—¿Dónde estabas? — preguntó su padre. -Deberias estas estudiando, no perdiendo el tiempo.

Chieko busco con la mirada a su hermano, al verlo el tenia los ojos cansados y rojizos. Inmediatamente la culpa la invadió.

—Estaba con mis amigos — contestó.

—Pues no deberías — dijo la madre.

—Que yo me junte con ellos no quiere decir que mis notas bajen.

—¿Sabes? Ellos te harán perder em tiempo, deberías concentrarte en tus estudios si es que quieres un buen futuro — el mayor se fue acercando de a poco a su hija.

—Ellos no son malas personas, los conozco hace apenas una semana, pero se que no me llevaran a un mal lado, nos ayudamos entre nosotros para que cada uno esté bien.

—Mas razón para que ni estés con ellos, solo hace una semana se conocen y tu ¿Ya confías en ellos? — cuestionó la mujer detrás del hombre.

—Confio en ellos, no se juntan conmigo por mi "popularidad" como otros — dijo haciendo comillas con sus dedos.

—Escuchame, la próxima vez que te vea con ellos te cambiaré de escuela.

—Queremos un buen futuro para Aki y para ti, no seas como nosotros que por culpa de nuestros supuestos amigos no pudimos tener el que deseábamos.

—¿Culpa de ellos? Ustedes son los que le siguieron la corriente cuando nadie les dijo que lo hagan. Yo sé lo que estoy haciendo y el futuro que quiero.

Antes de reaccionar sintió un fuerte ardor en su mejilla, al darse cuenta de que estaba en el suelo no se impresionó, no era la primera vez que pasaba. Aún así, sus ojos también ardieron.

—¡Chieko! — el hermano menor se levantó del sillón asustado.

—Vete a tu habitación. Supongo que ya tienes en claro lo que pasará si no haces caso — dijo su padre.

—Que decepción — murmuró su madre.

Decepción. Por más que lo odiara, no podía evitar sentirse mal al saber que su madre estaba decepcionada.

Chieko queria sentirse libre, tener amigos y salir con ellos. Pero también necesitaba satisfacer a sus padres, no decepcionarlos.

Sin más se levantó sin decir nada, al llegar a donde la mandaron miro su rostro en el espejo.

—Mierda.

Tenia el labio inferior partido y la mejilla roja.

—Mierda — volvió a susurrar, esta vez con la voz quebrada.

Fue a buscar su pequeño botiquín en el cajón de la mesita al lado de su cama y empezó a curarse.

Ella no quería separarse de Baji y Chifuyu. Se sentía bien con ellos, se sentía parte de un grupo. Sabe que ellos no se juntan con ella por su cuerpo ni para sentirse geniales al ser amigos de alguien atractivo.

Ella sabe que ellos la quieren como una amiga de verdad. La protegen, la hacen reir sinceramente, la pasa genial con ellos.

—Que decepcion — las palabras de su madre no salian de su mente.

—¿Si no quiero decepcionar tengo que alejarme de ellos? — murmuró.