Capitulo 40

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- ¿Crees que es el momento adecuado?

Pregunté con la esperanza de no obtener una respuesta positiva por parte de mi madre.

- La vida misma es caprichosa con todas aquellas personas, pero la muerte lo es más mi pequeño rayo de sol. Esta es la última vez que podremos vernos si decides continuar de esta manera.

- ¿A qué te refieres madre?

- Anthony, sería imposible que estuviéramos juntos si tu único anhelo fuese tan solo el de continuar observando a todos aquellos que amaste viviendo sus propias vidas. Algo dentro de ti sabe muy bien que tu lugar está en otra parte. - No pude evitar sentir una punzada en el pecho ante sus palabras, quería poder darle una respuesta, pero no fue así. -La próxima vez que nos encontremos tendrás que estar realmente convencido y preparado, de lo contrario es posible que jamás puedas llegar a donde pertenecemos.

Sin decir una palabra más aquella mujer de cabellos dorados se alejó caminando hacia el horizonte hasta perderse en aquel resplandor que parecía tan lejano para mí.

Pero a pesar de todo, sus palabras me hicieron darme cuenta de que en realidad yo deseaba hacer lo que ellos hacían, vivir...

Cuando pude regresar con Candy la música seguía sonando a lo lejos en el salón donde se llevaba a cabo la fiesta.

Pero el sonido de los arbustos sacudirse llamó más mi atención, miré a todos lados y puede divisar a la señorita Brigther escondida tras un arbusto muy en el fondo, pero ella no era la causante de ese sonido sino Archibald y Alistear Cornwell.

- ¡Candy, ahí estas! - Dijo Alistear saliendo de entre los arbustos primero. -Como no regresabas decidimos venir a buscarte. ¿Qué hacías aquí sola?, nos tenías realmente preocupados.

-Alistear y yo temíamos que la madre superiora te hubiera atrapado.

Ambos hermanos rodearon a Candy para inspeccionarla lo más cerca posible, sin embargo, la atención de ella estaba centrada en la señorita Brigther que parecía igual de aliviada que los Cornwell al verla a salvo de los regaños de las hermanas.

- ¡Pero mira tú atuendo!, estas llenas de lodo. -Exclamó el menor de los Cornwell al tiempo que se acercaba aún más a Candy para limpiar su rostro. - Y no solo tu vestido está hecho un desastre, también tienes lodo en la mejilla.

Ninguno de los jóvenes varones se dio cuenta de que la señorita Brigther los miraba, y mucho menos de como salió corriendo en cuanto Archibald se acercó para limpiar la mejilla de la rubia. Fue solo en ese momento en que la heredera de los Andrew puso toda su atención en quienes la rodeaban.

- ¿Es muy notorio? - Preguntó Candy

- Si, es bastante evidente. Por donde lo mires tu vestido está lleno de lodo. Sentenció Archibald con tranquilidad.

- ¿Qué fue lo que te pasó pequeña Julieta?

Archie fue directo al grano, pues a decir verdad él jamás había visto a Candy tan sucia como lo estaba ahora; ni siquiera cuando trabajaba para los Leagan.

- Tuve una pequeña pelea. -Respondió Candy casi al tiempo que se arrepentía de lo que acababa de decir.

- ¿Pelea, pero con quién?

- ¡No, yo no quise decir eso, es solo que...

- ¡No me digas que fue con ese maldito aristócrata! - Exclamó Archie con notoria molestia. - Si, eso es bastante claro, es el único que siempre está merodeando por esta zona del bosque. ¡VOY A ARREGLAR CUENTAS CON ÉL!

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