Capítulo único

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Capítulo único
Big Ben

Si bien recordaba aquella noche, todo eran sonidos de la lluvia bajo Londres muggle y recuerdos insaciables que poco a poco su mente consumían. Regularmente se tenía dicho que un grupo de amistad de tres no funcionaba, y bien era cierto, lo había comprobado más de una vez, o al menos desde su punto de vista las cosas eran a mejor cuando uno no se sentía excluido.

Claro, eso Potter no lo comprendería nunca, el tenía a su grupito de oro con el que relacionarse y una vida perfecta; inclusive después de Hogwarts éstos siguieron comunicándose entre ellos.

Granger, Weasley y Potter, al parecer y según tenía oído, casi siempre hacían tardes de diversión entre ellos o cenas en algún convite de celebración especial del año como podía ser Nochebuena.

Aquel estúpido de gafas había tenido la vida resulta desde que salió de Hogwarts, pensaba Malfoy a regañadientes mientras se preguntaba porque esa Navidad tenía que estar pensando en él. Podía ser cualquier otra persona, pero, ¿Potter? ¿Porqué él?

Negó con su cabeza en cuanto a sus propios pensamientos, estaban jugando sucio con su mente y la psicología propia para Draco no servía de mucho, siempre había necesitado a alguien de apoyo que pudiera recordarle porque estaba con vida, sobre todo había participado en esto su madre.

En cambio ese año no tuvo a nadie y su arrogancia y celos por el grupito de oro de los tres niños de ese viejo, y gracias a Merlín, muerto, director de la escuela en la que participó en Slytherin, incrementaba a medida que el periódico de El profeta sacaba un nuevo argumento sobre el niño que vivió.

Podían ser chismes sobre si alguno de ellos ya había tenido una relación duradera con otra persona, si habían experimentado el dolor o si se apoyaban cada vez más entre ellos.

Era insufrible oír todos los días sobre el periódico, algo común en todo Londres mágico, como todas las personas hablaban consecutivamente sobre esos tres.

Por eso mismo, Draco decidió desterrarse de su varita, aunque apreciaba todo lo que le habían enseñado, y empezar en el mundo de los muggles. Al principio era repugnante y por si había algún inconveniente siempre dejaba en su departamento aquel palito de madera que con un simple Bibbidi-Bobbidi-Boo podría mandar a volar a cualquiera.

En cambio algo le faltaba, una pequeña chispa que haría a sus pensamientos y cabeza baja reaccionar.

Se colocó los auriculares en sus oídos y decidió dejarse llevar por la música que podía perfectamente estar a juego con el día. Era decaída y explicaba demasiado bien la historia de Draco Malfoy con una simple melodía.

Apretó un poco su chaqueta azul marino contra su cuerpo y seguía caminando bajo la lluvia con su capucha empapada; las farolas iluminaban de forma menguante su rostro, aquellas facciones decaídas que aunque quisiera levantarlas en algo positivo siempre volvían a los mismos andares.

¿Pero por qué es realmente que Draco Malfoy fue a Londres muggle? Podría haber vivido una pobre feliz vida en un territorio conocido ya que el explorar no era lo suyo.

Oprimió un poco su mano en un puño posado en su propia cintura, se abrazaba a sí mismo mientras dejaba que el frío comenzara a estrecharlo entre la ventolera y escasa niebla a su alrededor.

Alzaba un poco su mirada hacia los focos de luces en tulipas y prensaba como recuerdos aquellos polvos flotantes que se distinguían en las bombillas de éstas.

Se quejaba por lo bajo, odiaba los climas en invierno a no ser que tuviera una manta y un buen chocolate caliente pero no tenía su varita consigo.
Casi siempre todos los años desde que viajó a Londres muggle visitaba el Big Ben para despejarse cuando tocaran las doce de la noche y se diera por fin el día de Navidad.

Big Ben [Harco/Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora