Capítulo 4

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 - Cómo has estado - preguntó Julieta estirando sus brazos bajo el abrasador sol de esa mañana. 

 - Mejor que aquel día, eso te lo aseguro - ambos rieron, aunque Julieta notó que su voz se quebró un poco. Caminaban juntos por la aldea. Algunos los veían desde lejos con recelo. Hace poco había empezado a correr el rumor de que Julieta había tenido que ver con el escape de Marian, verlos tan cercanos no ayudaba en nada. 

 - Me alegra mucho que estés dejando todo eso atrás - le sonrió y Robin le devolvió el gesto con hipocresía. "Marian lo habría notado" pensó, pero de inmediato se regañó a si mismo por volver a pensar en ella y compararlas, preocupado por dañar la imagen de una frente a la otra. - ¿Por qué venimos aquí?

 - Venimos por una carta. Estoy esperando indicaciones de mi padre - mintió, pero la joven no sospechó nada. 

 - Ahí está el cartero - señaló - Ve por tu carta, te esperaré aquí - Robin asintió y corrió.

  Por primera vez desde que llegaron Julieta miró a su alrededor con temor. Sabía muy bien lo que decían de ella en la aldea y le preocupaba que intentaran algo en su contra. Por otra parte había algo que la hacía muy feliz: tenía a Robin. 

 - La tengo - Robin mostró la carta con cuidado de no mostrar el nombre de quien la envió. 

 - Vamos entonces - comenzaron a caminar. 

 - Robin espera - lo detuvo una voz - Tengo otra carta para ti - Robin se acercó lentamente completamente extrañado, agradeció y luego volvió con Julieta.

 Comenzaron a caminar mientras Robin intentaba adivinar de quién podía ser la segunda carta.

 - Entonces... ¿Quién te envió las cartas?

 - No tengo idea, lo sabré cuando llegue a la guarida. 

 - Y por qué no las abres justo ahora - Robin intuyó un asomo de hostilidad en sus palabras.

 - Quiero hacerlo en casa, así podré leerlas con calma y detenimiento.

 - ¿Me dirás quién las escribió?

 - Por qué haría eso - miraba las cartas sonriendo aún en camino - Son mis cartas.

 De un momento a otro estaba caminando solo.

 - ¿Se habrá enojado por algo que dije? - se preguntó a sí mismo riendo entre dientes, sabía la respuesta pero no cedería ante sus pedidos como un sirviente. 

 Caminó en completo silencio hacia la guarida, aún con una resplandeciente sonrisa en su rostro. 

 Repasó mentalmente lo sucedido durante la semana de espera de su carta. Había entrado al castillo sin mayor problema y al grupo le sorprendió que de pronto incluyera a Julieta en sus misiones. Robin creía que ayudaba a los demás, pero con frecuencia sus amigos lo estaban sacando de problemas donde él mismo se metía. En cuanto a Julieta, no le gustaba del todo a Scarlett, quien fue leal a su más antigua amiga y envió una carta informando lo que sucedía. No era muy hábil, y aunque era rápida para correr con frecuencia se perdía con extrema facilidad entre los pasillos. Ninguno supo nunca cuál fue el desenlace de su corta historia de romance con el hijo del Sheriff, pero por la manera en que abrazaba a Robin y buscaba sus manos era evidente que no terminaron juntos. Los chicos comenzaron a aborrecer su presencia y entre ellos hablaban sobre como Robin se engañaba a sí mismo y especulaban acerca de lo que pudo suceder el último día que se vio con Marian, aunque ninguna de sus suposiciones estaba un poco cerca de la realidad. 

 Mientras Robin flotaba en su inocencia Marian había recibido la carta y no estaba nada contenta.

 - Seamos sinceros. No me voy a morir porque ya no hablemos - fue lo primero que leyó al llegar a casa, luego de notar que estaba solo y justo después de ponerse cómodo en su hamaca - No me quedaré sin aire, ni tendré  problemas del corazón ni nada. Pero te extrañaré y extrañar a quien no tienes duele mucho más que todo lo anterior. Pero supongo que es más sano extrañarte que tenerte a mi lado. 

 ¿A qué se refería con eso? Estaba al tanto de la carta de Scarlett. Lo más probable era que se había enojado porque Julieta ahora ocupaba su lugar en el equipo y su lugar con Robin. 

 Se decidió a responder en ese momento. 

  "Me parece  extraño que no escribas tu declaración de absoluta tristeza directamente en tu carta y en su lugar lo adjuntes en un pequeño papel, me parece extraño y divertido a la vez, pero supongo que es solo porque la carta de Scarlett llegó sin aviso y sin darte tiempo de reescribir tu misiva. 

 Antes de que te enteraras de lo que sucede habría preferido que lo supieras por mí, pero me temo que tu respuesta llegó más tarde de lo normal. No debes preocuparte por tu puesto en la banda, decidieras o no regresar siempre serás un miembro irremplazable de nuestro equipo. Ninguno de los chicos quiere mucho a Julieta y ya debes darte una idea de lo que piensa Scarlett, no es muy buena formando planes y aunque es muy ágil y rápida se expone mucho, y solo nos atrasa.

 En cuanto a ti, no te saqué de mi corazón, solo te guardé en un lugar donde ya no me dueles, pero ten por seguro que nunca te saqué de ahí. Supongo que ahora podemos ser amigos, te aprecio mucho, aunque no de la misma manera que antes"

 Continuó leyendo la carta. No le agradaba que Marian fuera tratada de la manera que expresaba, le preocupaba que se encontrara sola y lo ponía feliz que le confiara sus preocupaciones solo a él.

  "Sigue siendo buena con las personas que te tratan mal, recuerda que eres mejor que ellos. No te preocupes por ellos, estoy seguro de que hacen todo eso porque no te conocen y cuando lo hagan van a quedar encantados contigo y todos querrán ser tus amigos."

 Tengo que dejarte ir, a pesar de que a veces te extrañe y en las noches solo piense en ti. 

 Leyó la segunda carta, con cada línea se iba confundiendo más hasta llegar a la firma. 

 - ¿Quién es Suzette? ¿Será la tía de Marian? ¿Por qué me dice estas cosas? - leyó varias veces la pequeña nota, repitió las líneas una y otra vez solo para confundirse todavía más - ¿Habrá algo que me esté ocultando?

 Dio la vuelta a la carta. El papel se veía blanco y vació. ¿Estaría bien contestarle? Quizá sería mejor hacerle caso. Nunca le preocupó que estuviera lejos, ella sabía como cuidarse sola y no tenía problemas al relacionarse con las personas. Aún así su confesión le preocupó y la carta que convenientemente llegó de un remitente desconocido pidiendo que no se preocupara ¿Suzette sería quien arruinaba la vida de Marian?

 Tomó de nuevo la carta de Marian y le dio la vuelta. 

 "Me rindo. Que seas feliz"

 ¿ Qué estaba pensando hacer? ¿Rendirse de qué modo? 

 Escribió al revés de su propia carta "Después de tanto tiempo comienzo a olvidar. Supongo que debía ser así"

 Tenía miedo de lo que pudiera estar sucediendo, pero tenía aún más miedo de que Maran regresara y no pudiera seguir ocultando lo que sentía.

1222 palabras 

Fecha de inicio: 03-07-2021

Fecha de terminación: 06-07-2021

Dear Robin - En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora