Capítulo 5: No sabía que seducias a tus primos

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Ya había perdido la cuenta de cuántos tragos de alcohol habían ingresado en mi.

Luego de alejarme de Mikelle, el único camino que me apeteció recorrer después de buscar a Theo por todos lados, y no encontrar rastro alguno de él, fue hacia la barra de tragos.

Está sería tal vez mi última fiesta, hasta que pasen dos semanas. Tenía que disfrutarla, no importaba si de mi cabeza no saliera Mikelle mirando a esa chica.

"Disfruta de la fiesta, porque es a la última que vas a ir mientras que yo esté aquí"

¿¡Que mierda se cree Thender!? ¡Tan solo es mi imbécil niñero!

Pedí otra bebida y la dirigí a mis labios, apenas logré sentir el sabor a alcohol cuando el vaso fue apartado firmemente de mi boca. 

Recorrí mi mirada desde la mano del causante hasta encontrarme con su rostro.

Mikelle.

—Ya fue suficiente ¿No crees?—Su mano se mantenía sostenida con firmeza sobre el vaso.

Bufé.

Debo admitirlo, estaba ebria, y cuando me encuentro así, muchas veces no puedo controlar mis acciones.

—Dejame—Moví un poco mi mano tratando de quitar si agarre.

Quería que me soltara paga poder seguir bebiendo hasta más no poder.

Pero él no lo hacía, sostenía mi muñeca impidiendo que pudiera llevar la bebida a mis labios.

Trato de quitarme la bebida, y en un estúpido intento de resistencia por mi parte, se terminó derramando sobre mi vestido.

Mikelle al igual que yo nos quedamos sin palabras, con nuestros labios ligeramente separados por la sorpresa.

—Lo siento—Se disculpo reaccionando luego de unos segundos, logrando que yo también lo hiciera. 

Me levanté de la silla que posaba frente a la barra, dejando el vaso vacío en esta, y trate de limpiarme pero termine empeorando todo. El color rojo del vino, había invadido toda la parte del escote de mi vestido.

Parecía sangre.

—Ven conmigo.

No tuve tiempo de hablar, para cuando me di cuenta, Mikelle ya había tomado mi mano y estaba jalando de mi entre las demás personas ebrias, con dirección hacia las escaleras. Luego de subir estás, y ver varias puertas de las cuales solo se escuchaban gemidos y cosas asquerosas, abrió una de ellas, ingresando conmigo aún sosteniendo mi mano.

Se escuchó un click y toda la habitación se iluminó.

Sentí como soltó mi mano, y lo observé caminando hacia un armario.

—Toma—Me extendió una sudadera roja, junto con unos pantalones deportivos plomos—Hay un baño por haya—Tome las prendas con el seño fruncido—Es la ropa más pequeña que tengo, creo que deberías cambiarte—Dijo al notar la mueca de mi cara.

Voltee hacia donde antes había señalado que estaba el baño y observé una puerta moderna de madera.

Acaso... ¿Esta era su habitación?

Camine hacia el baño señalado, tambaleando y dando mi mayor esfuerzo por no caer.

No me iba a permitir hacer más ridículo de lo que ya había hecho.

Empezaba a presentir como mis sentidos ya estaban volviendo de a poco.

Abrí la puerta, dándole vuelta a la manija. Un baño grande y extremadamente hermoso apareció frente a mis ojos. Entre y cerré la puerta. De la nada sentí el calor apoderarse de mí cuerpo, y al voltear a mi derecha encontré la salvación. Me empecé a desvestir y luego camine hacia la bañera. Abrí la llave y al instante me metí. El agua estaba fría, prefecta para despertar mis sentidos.

¿Enserio creíste que era un nerd?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora