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Cuenta la historia sobre el alma de un chico llamado Freduart que se perdió en la obscuridad pagando una terrible condena.

Él era un chico encantador, admirado por muchas mujeres, lamentablemente con el paso del tiempo fue padeciendo una extraña enfermedad que ni los doctores sabían la razón, por más que le hicieron exámenes nunca encontraron algún diagnóstico que mostrara la causa o motivo del mal.
Fred falleció a la edad de 28 años, y lo que nadie sabía era que en realidad fue víctima de una terrible brujería provocada por su ex pareja. Una joven la cual supuestamente enamorada lo embrujo tras terminar su tóxica relación.

Martha, Su madre, sufría todos los días la perdida de su querido hijo, pues además, decía ver a Fred en sueños implorandole que rezara por él ya que en el lugar donde se encontraba atrapado era obscuro y frío, y los demonios que ahí habitaban lo perseguían para lastimarlo sin piedad alguna.
Supuestamente las oraciones de su madre le ayudaban a abrir una pequeña puerta de luz donde él podría escapar, cada rezo abría menos de un milimetro por lo que Fred le rogaba a su madre que no se detuviera hasta que estuviera completamente abierta y así huir.

El azabache sufría horribles tormentos que los malignos le provocaban, él pedía clemencia sin embargo ellos se burlaban, pues disfrutaban hacerle senrir dolor.
Por alguna extraña razón, solo había uno de los demonios que procuraba lastimarlo lo menos posible y es que parecía que él solo quería acercarse a ese chico para ganarse su confianza.

Gold (キュルテン) era el nombre de aquel demonio que estaba admirado por la belleza de aquel joven. Incluso sin darse cuenta fue escondiendolo para alejar al resto de malignos y que así estos no siguieran lastimándolo hasta que con el tiempo se fue ganando su confianza y se hicieron amigos.

Gold lo protegía y gracias a él fue disminuyendo su sufrimiento, mientras tanto, Fred se encariñaba cada vez más con él; le contaba cuentos de fantasía, bromeaban y hasta se reían juntos.

La puerta cada vez se abría más debido a las oraciones de Martha, sin embargo, aunque Fred lo sabía ya no estaba tan interesado en escapar, pues él se sentía bien al lado de Gold.

Llegó el momento en que ellos nunca se separaban, Fred ya no sufría más en aquel lugar, hasta parecia gustarle su estadía por el infierno pues por dentro sabía que Gold lo amaba y cuidaría de él para que nadie le hiciera daño. Fue tanto su acercamiento que se dieron su primer beso de amor verdadero; Gold por primera vez conoció aquel sentimiento que hacia feliz a los humanos... El amor.

Fred era tan feliz que dejó de aparecerse en los sueños de su madre para pedirle ayuda pues su intención ya no era escapar si no quedarse al lado de su amado demonio, sin embargo, no contaban con la astucia de satanás; quien se dio cuenta de aquel romance y al instante mando a llamar a Gold dando orden a todos sus demonios de que lo torturaran de la manera más terrible, crue e inimaginable.

Gold había desaparecido mientras que Fred desesperado lo buscaba por todas partes, los demonios que lo habían atormentado al verlo desprotegido regresaron y entre burlas le decían que Gold sería sacrificado por la traicion de haberse enamorado.
Su única salida era aquella puerta que se había abierto gracias a su madre pero después de tanto tiempo estaba a punto de cerrarse. Fred estaba muy triste y entre llantos le suplicaba a los demonios que no le hicieran daño; pero el astuto rey de las tinieblas supo del gran amor que se tenían e ideo un plan para probar su amor.

Satanás le dijo a Gold que le otorgaría una segunda oportunidad, pero la única condición para volver a ver a su querido azabache era que él mismo tendría que torturarlo o de lo contrario sería destruido. Después el diablo fue con Fred y tuvieron una platica muy extensa donde le propuso algo muy tentador. Fred sabía que su unica manera de escape era a travez de esa puerta la cual estaba a punto de cerrarse, tenía que hacer lo imposible, hasta dejar a su amor atrás si era necesario.

Finalmente llego el día en que Gold y Fred se encontraron de nuevo, los dos se abrazaron fuertemente con una enorme tristeza; el más alto acariciaba aquellos negruscos cabellos mientras que en lágrimas le decía que tendría que torturarlo si no sería sacrificado. Fred lo entendía y empezó a llorar pidiendole perdón por haberlo hecho sufir, vio directo a los ojos de Gold y le dijo en secreto que él había escondido la puerta que daba hacia la salida de ese horrendo lugar, le dijo que huyeran y aunque el albino sabía de las terribles consecuencias si llegaban a ser descubiertos su amor por Fred era más grande que aceptó sin pensarlo; planearon la manera de escaparse sin que nadie los descubriera y cuando llegó el momento en el que el resto de demonios desaparecieron aprovecharon la oportunidad de irse.

Corrieron juntos tomados de la mano hacia aquella puerta, Gold estaba contento sabiendo que ahora estaría con el amor de su vida, pero Fred no paraba de llorar, parecía que algo lo incomodaba. Cuando de pronto soltó la mano de aquel demonio y con un objeto punzocortante lo atacó directo al corazón varias veces hiriéndolo de gravedad.

Gold cayó al suelo sin entender que había sucedido, lloraba con dolor pues el amor de su vida lo había traicionado. Segundos después apareció Satanás con una enorme sonrisa de lado a lado y comenzó a carcajear.

—Ingenuo demonio me provocas asco—Comentó—¿En verdad creiste que él te amaba?

La burla era presente en sus palabras.

—Sus ganas de salir pudieron más que tu asqueroso amor, el trato que hice con él fue de destruirte a cambio de su libertad y él aceptó fácilmente.

A pesar de todo, Gold veía a Fred con un sentimiento de dulzura y amor. Su pálido rostro estaba empapado en lágrimas mientras agonizaba de dolor. Satanás se le acercó y termino con su existencia convirtiendolo en simples cenizas; Después dirigió su mirada a Fred y nuevamente con una sonrisa empezó a carcajearse en un tono burlón.

Fred había quedado perplejo ante aquella escena, y al escuchar la risa aún sin creer lo que había causado lo ignoró para dirigirse a la puerta pero enseguida notó que esta estaba completamente cerrada; con preocupación miró a Satanás y le exigió que lo dejara salir, pues ese había sido el trato.

—Tus acciones provocaron que esa puerta se cerrara sola—Le respondió.—Tu corazón es frívolo y tu lugar es aquí, en el infierno.

Los ojos de Fred se abrieron con sorpresa.

—El cielo no acepta gente como tú, traicionera y mentirosa, así como traicionaste a Gold aprovechandote del amor que te tenía.

Fred enfurecido le gritó.

—¡Me tendiste una trampa!

Entonces satanás le respondió.

—Solo actuaste conforme lo que había en tu podrido corazón, Gold se enamoró dejando todo por ti y tu te aprovechaste de eso. Nunca lo amaste—su sonrisa creció y con una seña hizo aparecer nuevamente a sus demonios los cuales comenzaron a llevarse a aquel azabache mientras este lloraba y forcejeaba—Ahora sin él... No habrá quien te defienda, y sufrirás por el resto de la eternidad...

Gold sufrió por Fred hasta morir; ahora Fred sufriría por siempre por no haber valorado aquel amor que ese demonio le brindó.

Al final el diablo ganó haciendolos pagar a ambos por traición.

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