Aria
Por la mañana temprano mamá y yo nos acercamos al centro comercial porque para la idea que tengo pensada para Deiton me hace falta comprar algunas cosas, aparte de eso aprovecharemos para hacer unos recados. Cuando llegamos aparcamos en uno de los aparcamientos más cercanos a la entrada, entramos y no hay demasiada gente. Primero vamos a las tiendas que mamá quiere para que así pueda hacer ya sus recados y quitárnoslos de en medio. Después de una media hora termina con sus recados, entonces nos dirigimos a la primera tienda a la que tengo que ir y compro algunas cosas para la ocasión. Voy a un par de sitios más y cuando ya lo tengo todo nos vamos a comer algo.
Nos sentamos en uno de los restaurantes y pedimos la comida, mamá ha pedido una ensalada y yo un filete de ternera con unas patatas de acompañamiento. Le devolvemos la carta al camarero y esperamos a que nos lo traiga.
-Tendrías que haberte pedido una ensalada, no puedes comer siempre así de mal.-me dice mamá, ya estamos con lo de siempre. Mi madre tiene una ligera obsesión con la comida y por mantenerse en forma, es una de las cosas que más me molestan de ella.
-Mamá no empieces.- suelto un suspiro y cruzo los brazos en mi pecho apoyando mi espalda en la silla al mismo tiempo.
-Solo te lo digo por tu bien.- me dice cogiendo su móvil.
-Lo sé, pero estoy bien, no hace falta que me digas lo que puedo o no puedo comer, ya soy mayorcita.- le digo mirándola fijamente con un poco de enfado, pero ella tiene la vista centrada en el teléfono.
-Si, si, lo que tú digas.- me dice haciendo un gesto con la mano restándole importancia a lo que le he dicho. Después de contestar unos mensajes deja el teléfono encima de la mesa y me mira.- Bueno, dime, ¿cómo va todo?.- me pregunta con una sonrisa que hace que se me pase un poco el enfado de hace unos minutos.
-Todo bien la verdad.- miento al recordar todo el drama entre Emily, Eiren, los chicos y yo.
- Que bien que estéis tan unidos todos.- me dice y yo le sonrío de lado apartando la mirada.- Haber cuando traes a Emily y a Eiren a casa, podríamos hacer tarde de chicas ir de compras, comer fuera...- me dice animada.
-Si, ya, ya se lo diré.- le digo algo apenada.
El camarero llega con nuestras bebidas y me sirvo la mía en mi vaso. Voy a darle un sorbo, pero me atraganto al escuchar la pregunta de mamá.
-Y, ¿qué tal con Spencer?, ¿Seguís estando juntos?- me pregunta de repente, empiezo a toser y la miro fijamente.
-¿Por qué dices eso?- le digo como puedo.
-Vamos Aria, por mucho que sea tu madre me entero de las cosas, tengo ojos en la cara hija.- me dice.
-Bueno, sí, estuvimos juntos, pero cuando él se fue lo dejamos.- me sincero y una leve angustia se instala en mi estómago recordando todo lo que paso con Spencer.
-Oh, lo siento mucho hija.- me dice agarrándome una mano y apretándola en forma de consuelo.- Hacíais muy buena pareja.- termina diciendo.
-Sí.-le contesto apartando lentamente la mano de ella incómoda.
-Bueno y ahora que, ¿hay algún otro chico?.- vuelve a preguntarme, esto que es una comida de madre e hija o un interrogatorio.
-N...no-le digo algo nerviosa por la situación.
-Seguro.- me mira algo extrañada frunciendo el ceño.- Porque el otro día cuando entré al despacho de Deiton os vi como os separabais de golpe. ¿Te gusta Deiton o estás saliendo con él?.- me dice.
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Sensaciones entrelazadas
JugendliteraturUn accidente de coche cambió la vida de Deiton Anderson convirtiéndolo en un chico roto, sin sentimientos, cruel y con sed de vengarse de la culpable de la tragedia. Cada día Aria Wilson, una chica cobarde, insegura, confiada y muy enamoradiza, se o...