Narra María Angélica:
No lo mires
No lo mires
No lo mires... Y lo estás mirando
Estaba harta de parecer una tonta enamorada, bueno, enamorada sí estaba, pero quería disimular un poquito aunque sea. Y es que, no me pueden culpar en realidad. Él es que comete el gran crimen de pasearse frente a la fragua dónde yo, como hija de Hefesto, quiere distraerse de su crush no correspondido. Pero las Moiras odian a los semidioses, como yo, y eso hay que aceptarlo.
Entiende de una cerebro, José María no va a parar bola nunca.
Él en este momento se encontraba en la arena de entrenamiento, luchando con sus otros hermanos de la cabaña cinco. Y, solo por hacer la observación, así luchando se ve incluso más apuesto que de costumbre. Tal vez ser hijo del dios de la guerra tenga algo que ver en eso.
José María era buenísimo en el combate, nadie cuestionaba ese detalle. El muchacho era un prodigio en el arte de luchar, José María podía escoger cualquier arma que quisiera de la armería y dominarla en menos de una semana. Un talento valioso que poseía, pero su arma favorita y más preciada, según él, era una lanza, hecha específicamente por mis propias manos. Claro, el pendejo no sabe que yo la hice pero eso está de más.
El hijo de Ares solo la había encontrado un día cerca de la puerta de la armería y la tomó como suya, sin siquiera consultarle al herrero. A mí, personalmente, nunca me molestó, en ese entonces era demasiado callada y tímida como para recomendar mis propias creaciones a otros semidioses. Además, como buena hija de Hefesto, prefiero las máquinas y los metales en lugar de las personas.
Por otro lado, mus hermanos sí se ofendieron, bastante, pero les dije que no tenía mucha importancia. Total, estoy un poco obsesionada con verlo entrenar desde la ventana de la fragua, moviendo con destreza la lanza hecha por mí. Lanza que está en muy buenas manos, unas manos que nunca tomarán las mías.
Dios mío ¿No podía sonar más desesperada?
Aunque, sabiendo como es la vida de los semidioses, debería saber que siempre hay que esperar lo inesperado. El pensamiento se metió en mi mente como si de una bofetada se tratara al instante que se escuchó el ruido característico de de el bronce celestial ser abollado. Los jadeos de sorpresa de los demás campistas no eran para menos. José María había usado esa lanza desde que tenía once años y nunca le había fallado. Hasta ahora.
Su cara estaba llena de sorpresa y confusión. La punta, antes filosa de la lanza, se encontraba doblada como hule, ahora completamente inútil. Yo quise disimular y no meterme en el problema aunque me incumbiera. Más que nada, porque estar cerca de tu crush te pone nervioso.
Pero, otra vez, no tuve esa suerte
Al día siguiente, mientra hacía bocetos de espadas de hierro, tuve la visita del hijo de Ares que no dejaba de vivir en mi cabeza, José María.
-Hola- comenzó a decir mientras rascaba su nuca, logrando que los trabajados músculos de sus brazos se tensaran y se marcaran fuera de su camisa naranja del Campamento Mestizo. Esos brazos se miraban increíblemente bien, me recistí a tocarlos y sentirlos. También me obligué a dejar de pensar cochinadas.
-Hola- le respondí enfocada en el boceto puesto en el escritorio, para no entrar en pánico.
-Me dijeron que mi lanza la hiciste tú, perdón por tomarla sin permiso, ya que estamos aquí- presentía que estaba incómodo, y no lo culpo- ¿Puedes repararla? Es mi arma favorita y la necesito-.
Me digne en levantar mi cabeza y fijarme en sus lindos y brillantes ojos color olivo. Oscuros pero amigables, llevaba la lanza en sus manos, mostrando lo destruida que estaba. Tomando valentía de donde no sabía que tenía, le sonreí- Claro, no tengo problema-.
Todo cambió ese día
José María venía constantemente a la fragua para observar el proceso de hacer un arma, dijo que era por curiosidad. Esto dio lugar a largas conversaciones en las que yo, por estar enfocada en mi trabajo con la lanza, no me ponía tan nerviosa como lo haría si le hablara de frente. Podía tener una charla con él. Poco a poco conociéndonos mejor.
Era como estar en un mundo ideal. Ambos hicimos el descubrimiento que teníamos cosas en común y cada día me sentía más cómoda a su alrededor.
Cuando, finalmente, terminé su lanza, me vino con algo que no esperaba.
-Oye- dijo luego de que probara la nueva lanza en su puño y que confirmara su peso y efectividad, dando el visto bueno a mi trabajo- ¿Te gustaría ir conmigo al cine alguna vez?-.
Algo en mí brilló, saltó y se emocionó de tal forma que me quedé callada unos segundos antes de responderle con demasiado entusiasmo.
-¡Si! Me encantaría ir contigo- la sonrisa pendeja de enamorada estaba en mi cara, y por más que quisiera, no la iba a poder quitar el resto del día.
-Bueno, entonces ¿te parece mañana a las seis?- preguntó con la sonrisa más bonita que había visto en su rostro. Yo solo asentí ensanchando mi sonrisa- Ok, te veo mañana entonces- una hermosa sonrisa después y se fue de la fragua, dejándome en una burbuja de alegría.
Al parecer, las Moiras no me odian tanto como creía.
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¡HE AQUÍ EL DE PERCY JACKSON!
LLEVO BASTANTE TIEMPO QUERIENDO HACER UN AU CON ESTO Y POR FIN LO HICE
AHORA LA EXPLICACIÓN:
En el mundo de Percy Jackson, existen los semidioses, hijos de un humano normal y un dios. Estos como son perseguidos por monstruos todo el tiempo, para protegerlos y entrenarlos a sobrevivir, se creó el Campamento Mestizo, donde pasan las vacaciones de verano.
Por eso aquí ven nombre de dioses como Ares, dios de la guerra, y Hefesto, dios de la fragua, herrería, máquinas y el fuego. Espero se haya entendido.
Bueno, sin más paja para perder tiempo, me despido
BYE~♥︎
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¡¡¡Tienes Un Carácter!!!(Honduras X México)
FanficSon historias cortas de esta pareja tóxica:) Espero te guste ♡