Natalia Alianovna Romanova llega a Seattle creyendo que puede abandonar todo en su antiguo hogar. Las paredes tristes, los cristales rotos, las grietas en el techo y las puertas maltratadas. Y aunque la decisión de continuar con su vida fue lo más v...
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Acontecimientos suceptibles
Unos brazos rodearon su cintura mientras un pecho se apretaba contra su espalda. Mark beso la mandíbula de la mujer y corrió su cabello rojizo hacia un costado, para tener más acceso a su piel.
-Buenos días, cielo- Murmuro con voz ronca en su oído- ¿Te dije alguna vez lo bien que luces mis camisas?- Ella soltó una risa leve, mientras ponía sus manos sobre las de Sloan y se inclinaba hacia atrás aún sentada en la banqueta alta-
-¿Te dije alguna vez lo atractivo que te hace tu voz por la mañana?- Devolvió la pregunta con una sonrisa socarrona-
-¿Ah, si?-
-Ajam-
-No hay más panel higiénico- El oji azul soltó un gruñido a la par que se alejaba de su novia unos pasos. Observo fulminante al residente paseándose tan campante por todo el departamento de su novia- Mhm ¿Interrumpo algo?- Cuestiono frunciendo el seño-
-No, no. Tranquilo- Respondió su amiga, mientras se ponía de pie y se dirigía al baño-
-No, claro que no- Dijo entre dientes el cirujano plástico, que se acercó a Karev y palmeo muy fuerte su espalda. Luego, con una sonrisa torcida se alejó-
-Auch- Murmuro extrañado-
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-Esta por todas partes, camina por la noche arrastrando sus pies, interrumpe mi sexo mañanero. Se mete en la cama para hablar con mi novia- Derek hizo una mueca cuando escucho a su mejor amigo- Derek, mi sexo de las mañanas- Repitió como si fuera la peor de sus desgracias-
-Yo no tengo sexo por la mañana desde que Lexie cree que es bueno desayunar en familia- El azabache se talló los ojos con cansancio, luego bostezo, para después chocar contra una pared- Lo siento-
-Acabas de pedirle perdón a un muro-
-¿Qué?-
-Dios santo, ¿eres quien creo que eres?- Una voz desconocida llamo la atención de los dos hombres que compartían sus desgracias-
