Segundos después el dolor se había ido, "Tonto Jacob", pensé, ahora por sus errores y el sufrimiento, toda la manda estaba sumergida en ello, aunque estos momentos me hacían recordar lo triste que también estaba por ya no tener cerca a mi amiga. Sacudí un poco mi cabeza para volver en sí y al levantar la mirada y reincorporarme, con ayuda de aquella persona, pude ver de quien se trataba. Cabellos rubios, tez blanca pálida y con fuerza, ya que cuando me ayudo fue demasiado fuerte al hacerlo, era la rubia de los Cullen, Rosalie, ella misma, aquella chica que se interpuso entre Jacob y yo aquel día. No olvidaría esas facciones, propias de un vampiro por supuesto, ya que los ojos color ámbar los delataban, pero su rostro no se mostraba molesta o apenada, por el contrario, su mirada era hostil.
Retrocedió apenas unos pasos, para levantar la mirada hacía donde yo estaba, claro percatándose en todo momento si había alguien cerca a nosotros.
-Lo siento, estaba cerca y te vi. - comentó. -¿Qué hacías?, creí que ningún Quileute podía pasar a nuestros territorios
Se supone que ningún Cullen podía verme cerca, de alguna forma era violar su tratado y no quería pelear ahora. Estaba en problemas ahora, no solo por el tratado, Sam iba a estar molesto, claro que sí, pero al parecer ella no venía con deseos de pelear, a menos que los esconda muy bien bajo aquella mirada. ¿Qué debía hacer?,¿huir?, no era una opción, podría alcanzarme, aunque nosotros éramos mas rápidos por supuesto, pero antes de salir corriendo o algo, preferí dar cara ante todo esto.
-Lo siento, yo solo pasaba por aquí. - respondí.
-Te he visto.... - susurró.
-¿Verme?.- pregunté.
- Si, vienes casi siempre, ¿es por _____(T/n), cierto? Su antigua casa estaba aquí, en este lugar.
-Si, suelo hacerlo cuando me siento demasiado sola - asentí. — _____(T/n) era mi amiga, diría que mi mejor compañía, sin ella, nada es igual.
-Entiendo aquella sensación, me siento igual, no solo era mi hermana, era mi amiga y siempre la cuidaba, era muy sobreprotectora con ella. - comentó Rosalie. - La extraño, siento que la casa no es nada sin ella.
-También yo, la extraño demasiado. Estos días han sido agobiantes.– admití.
Las palabras de la rubia eran iguales a las mías, describían mi situación, la extrañaba a montones, demasiado, era algo que teníamos en común ahora, ambas echábamos de menos a _____(T/n).
-Mi nombre es Rosalie. - comentó ella extendiendo su mano.
No sabía si era prudente aceptar su saludo, no estimaba mucho a los vampiros y no es que tampoco los Cullen eran de mi agrado, no después de lo que habían hecho, que era en no confiar en _____(T/n), pero ella los amaba por algo, era su familia, así que al menos debía ser respetuosa. Se lo debía a ella, estaría muy orgullosa de saber que me llevaba mejor con otras personas fuera de la manada, además, mi vida ya era un tanto aburrida ahora, socializar con el clan enemigo era algo atrevido pero relajante.
-Me llamó Leah. - respondí estrechando su mano y dándome cuenta lo fría que ella estaba.
-Un gusto Leah, algo me dice que vamos a ser buenas amigas. - contestó la rubia. - Claro, si es que la manada lo permite.
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-La manada no se encarga de mis amistades. – contesté.
-Perfecto, una chica bastante lista y que no le gusta que le digan que hacer, tienes carácter Leah. - concluyo Rosalie
-O quizás no lo permite Edward...- añadí.
-Como si Edward mandara en mi vida, por favor...- bufó Rosalie
Ambas empezamos a reírnos por algunos segundos, mientras una sonrisa se curvo entre ambas, estaba hablando con alguien ahora, una nueva amistad, esto se sentía extraño, totalmente, pero también estaba feliz, sentía que no iba a estar sola, no mucho. Claro que nadie comparaba la compañía de mi pequeña loba ____(T/n), pero tener a alguien de su familia me hacía sentir como si estuviera ella ahí
-¿Una vampira y una loba amigas? - susurré.
-Pues tenemos algo en común, claro que sí. - sostuvo Rosalie.
-_______(T/n). - murmuré.
Y eso era lo que nos unía ahora, nuestra pequeña trihibrida, donde quiera que este, ahora tenía una parte más cercana de ella, ya no solo el lugar que me recordaba, sino también la compañía de la rubia vampira Rosalie.
FINAL DE RECUERDOS DE LEAH
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Un pequeño dolor inundó mi pecho, el cual hizo que sintiera una fuerte corriente, esta me expulsaba de algún lugar, cuando pude abrir mis ojos, que estaban lagrimeando, era como sentir un dolor fuerte por todas esas escenas, pero ahora estaba en casa. En el sótano donde había hecho el hechizo, ya no estaba más en Forks, ni a lado de Leah. Al parecer los recuerdos fueron muy intensos que lograron apartarme de ese lugar, los sentí como los míos propios. Fueron escenas de distintos días que me mostraban, la pelea de Jacob y Edward, la manada enterándose de mi partida, el dolor de Leah cuando partí. Jacob sufriendo y haciendo que la manada también sufriera y por último a mi hermana Rosalie, en el momento exacto en que se volvía amiga de Leah. Sabía que la manada iba a sufrir, por la conexión fuerte que tenían con su beta, que en este caso era Jacob, me sorprendía que cada cosa que vi y me hizo recordar aquel momento, por eso las lágrimas. Intenté reconectarme para el hechizo y volver con Leah, pero no podía conectarme así que ello me impedía retornar.
-Una carta.... - susurré lentamente.
Podría enviarle una contándole que no podía volver de forma astral, pero que la estaría llamando en lo que pudiera o escribiendo cartas, iba a ser una buena idea y Leah lo aceptaría. Después de todo, hasta ahora estaba esperando por mí y yo no iba a dejarla de lado. Ya no, eso era parte de mi pasado, sabía que estaba con Rosalie, pero ella no estaba al 100%, tenía su propia vida con Emmett.
Una vez escrita la carta, la quemé a un lado con la vela y dije aquel hechizo "litterae relinquo", logrando desaparecerla por completo. Mi trabajo estaba hecho hoy, ya no tenía nada por hacer, me acerqué a visualizar el reloj y ya eran más de las 3am, pronto amanecería y con ella, todo el plan de viajar a Irlanda, además, debía convencer a Ethan y eso iba a ser difícil o quizás no.
