Capítulo 34: Cameron

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Cameron



Nos pasamos un buen rato sin decir una palabra, solamente absorbiendo el silencio tratando de acallar nuestros demonios que amenazan con destruirnos.

-No llores amor- pongo mis dedos en su mentón haciendo que levante su cabeza- no llores porque me duele verte así

-Es que no entiendo porque pasan este tipo de cosas tan horribles- susurra acongojada- y sé que algunos pensaran que es estúpido que nos estemos quejando o cuestionando estas cosas pero no entiendo porque es necesario que el ser humano sienta tanto dolor, sé que dicen que del dolor se aprende pero que mierda aprendemos de esto- nos señala a ambos- que aprendí yo con la muerte de mi hermana- derrama lágrimas involuntarias- porque te tenía que pasar esto a ti, que tú padre convirtiera tu niñez en un calvario ¿Qué se supone que debemos aprender?

-No sé mi vida, quizás es porque el dolor nos cambia y usualmente nos da lecciones que a algunos les hacen ver la vida de otra forma, a veces es necesario un remezón que nos saque de el diario vivir, algo que nos saque de la rutina y rompa la burbuja en la que muchos creemos estar ¿Quieres que te dé mi opinión sobre algo?

-Claro que si- sus ojos expectantes me miran a la espera de lo que voy a decir

-En tu caso quizás el aprendizaje que sacaste con la muerte de tu hermana es a valorar aún más a las personas ahora, cuando están aquí, entender que ningún ser humano es eterno y que la vida es efímera, que cuando menos lo esperemos y queramos todo llegará a su fin y no podremos hacer nada para cambiarlo. Quizás aprendiste que tienes que querer con todas tus fuerzas a quienes te rodean hoy porque nadie te aseguran que seguirán a tu lado mañana, aprendiste que la muerte es algo natural y aunque se lleve a nuestros seres queridos todos sabemos que en algún momento les tocará, el problema es que nunca nos enseñaron cómo enfrentar la muerte, como verlo como algo normal, porque morir es normal. Aprendiste a vivir el presente y no mirar el futuro- le besó la mejilla.

-Puede que tengas razón, pero no quiero que me consueles a mí, esto se trata de ti

-Es que siento que ya me he desahogado, eso fue lo más duro que me tocó vivir y sí, me duele recordarlo y ver mis cicatrices, pero el hecho de salir a temprana edad de casa también me ayudó a ser más independiente y apreciar y darle más valor a la soledad, de alguna retorcida forma el trauma está, pero de apoco lo he ido superando, solo que cuando voy a esa casa y veo a papá todos los recuerdos vuelven pero cuando salgo todo vuelve a la normalidad y vuelvo a ser yo, renovado ¿Entiendes? Y me ha llevado años asimilarlo y en gran parte ya lo hice, pero esa espina sigue enterrada en el corazón, quizás siempre lo hará lo importante es avanzar y no tocarla, para evitar que se siga enterrando y por consecuente, sangrando

-¿Todos tenemos esa espina?

-Me atrevería a decir que si y en vez de renegar esa espina, hay que apreciarla y amarla entonces cuando lo hagas, verás tus heridas y te enorgullecerás de haber resistido a ese dolor, te mirarás y serás más fuerte que ayer, así sucesivamente- le explico

-¿Es por eso que siempre has dormido con camiseta?- pregunta repentinamente algo pensativa

-Si- afirmo- y me sorprende lo observadora que es- es por eso, no quería que te asustaras al verlas o algo por el estilo

-Jamás me asustaría Cam, quiero que andes como se te dé la gana, se que te traen malos recuerdos pero no tienes que cubrirlas de mí

-Gracias por absolutamente todo, por estar aquí conmigo y no dejarme, gracias por acompañarme a esa fallida comida – me rio ante lo ingenuo que fui pensando que sería un buen día.

Enséñame a soltarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora