Con amor…
Y ahí estaba él, guapo como siempre y sonriendo, de esa manera que me encantaba pero que él no sabía. Intenté decírselo, confesarle mi amor por él, pero mis miedos tomaron control de mi cuerpo y mente. Me volteé y me alejé de aquella escena, su hermosa sonrisa que era dirigida a otra chica que no era yo.
Los minutos en aquel lugar sentada se hicieron horas, antes de que aquel hermoso rostro apareciera delante de mí y sonriera como si todo estuviese bien.
Pero no lo estaba.
— ¿Qué haces aquí sola,_____? –Me pregunta su tierna voz.
— Nada. –Contesté suspirando–. Pensando.
— ¿Ah, sí? –Dice al sentarse a mi lado–. ¿En qué?
— En el buen amigo que eres. –Susurré.
— Sabes que te quiero mucho,____. –Dice sonriente.
Sí, pero no de la misma manera que yo, pensé con tristeza.
—Lo sé, Niall.
El resto del día fue así: lento y tedioso. Odiaba sentirme así; mucho más inferior al resto, como si no valiera la pena.
Mi reflejo hace una mueca de desagrado y suspiro. Mi tez morena era normal, nada impresionante como la piel de otras. Tenía el cabello oscuro y ondulado, llegando casi a mi cintura. Mis ojos eran de color café, algo ordinarios, no como los hermosos ojos de otras chicas, que variaban de color y siempre brillaban con felicidad.
Una felicidad que yo debía fingir. Me sentía cayendo por un gran abismo y sentía que me estaba desvaneciendo poco a poco y lo odiaba.
No me gustaba ver a Niall con otras chicas, pero mis celos eran de un sólo lado, porque para él yo sólo era una amiga. Sólo una buena amiga.
Me dirigí a la cafetería y después de buscar mi bandeja de comida, tomé el mismo lugar de siempre; junto a Niall y algunos de sus amigos.
Suspiré. Me sentía estúpida.
No sé porque me ponía así cuando sabía muy bien que Niall jamás estaría interesado en mí. Por Dios, él prefería las chicas populares y lindas que siempre deseaban su atención, como las de sus amigos.
Zayn era el chico malo del grupo, el que siempre le buscaba la bronca a cualquiera que estuviera en su camino. Su tez era morena e impecable, aunque cubierta por bastantes tatuajes en ciertas partes de su torso y brazos, añadiendo más peligro a su aspecto. Su cabello era negro azabache y por más revolcado que estuviese, siempre se veía bien. Sus ojos eran de un color miel claro, como ver un hermoso atardecer a través de ellos.
Harry era casi igual que Zayn; mujeriego y peligroso. Su tez era blanca, marcada por tatuajes también y que de todos modos las chicas lo buscaban, sin importar cuan malo fuera. Su cabello era castaño y muy ruloso, algo que muchas chicas adoraban tocar. Sus ojos eran verde esmeralda, aunque a veces tomaban un tono azulado y junto a su seductora sonrisa, podían hechizar a cualquier chica.
