Perseverancia, fuerza, decisión, ambición, son la clave del éxito.
Es lo que dice mamá.
1,2,3,4,5,6,7,8, concéntrate.
1,2,3,4,5,6,7,8, esfuérzate si quieres ser alguien en la vida, nada viene gratis, probablemente soy una maniática del control.
Los reflectores rebotan en mi cara siguiendo cada movimiento, soy el centro de atención, mírenme, soy esclava del ritmo, las notas, fluyen por mi mente al igual que la voz de mamá.
Delicadeza.
Equilibrio.
El sonido de el piano viaja por mis oídos haciendo que mi cuerpo reaccione, la adrenalina esta presente en cada fibra de mi ser, la melodía está por llegar a su final, los ojos de todo el publico sobre mi , no dudes, hago mi último movimiento y la música para.
Aplausos resuenan, rosas en el escenario, apagan las luces y yo imploro por aire, hubo tres pasos a destiempo, no le gustará a mamá, carajo.
Salí del escenario repasando esos pasos que salieron mal, nadie del publico lo notó, casi puedo asegurarlo, pero mamá si. Ese es el peso de el apellido Rose.
Mi madre, Helen Rose, fue la mejor bailarina de ballet de su época, la manera en que podía transmitir todo lo que ella quería mediante su cuerpo era impresionante, hasta que una enfermedad que desgastó sus músculos hasta dejarla en una silla de ruedas la devastó y acabó con su carrera.
Desde que nací me ha criado para seguir su legado, convertirme en la perfección personificada.
No me quejo, el baile me apasiona, es solo que en momentos como estos donde se que he fallado, la ira me rebasa, no me gusta perder y soy mala manejando mis emociones, casi siempre termino explotando sin poder guardar la calma y eso es lo que está pasando ahora, no soporto el fracaso.
Camino hacia el camerino y mi sangre está hirviendo, mis manos tiemblan y mi cabeza duele, no quiero explotar, debo mantener la calma. Pero entonces veo esa mirada desaprobatoria en el rostro de mamá y es lo suficiente para que mi ira se desborde.
- Maldita sea, Katherine, tocaste a destiempo, no quiero verte aquí.- Veneno sale de mi boca sin que pueda detenerme a pensar mis decisiones.
Katherine ha tocado el piano para mis ensayos y presentaciones desde hace aproximadamente un mes, nunca se quedan mucho tiempo, soy demasiado perfeccionista y tengo estos desbordes de ira que alejan a cualquiera, no los culpo, no tengo una personalidad demasiado agradable, pero es que los errores me sobrepasan.
Katherine se levantó de su asiento y se retiró del camerino, está enojada lo sé, probablemente me arrepienta de esto después.
-Tyffen, ¿Dónde voy a conseguir otro pianista? van 5 en el año y vamos en marzo.- Hange es mi mejor amiga y ella me asesora en cosas como estas.
-Tyffen, ven acá.- la voz de mi madre me saca de mis pensamientos, esta parada con su bastón afuera de el camerino, me acerco hacia ella y me mira con desaprobación.
-Fallaste, en 3 ocasiones, no estabas contando.- tiene ese gesto con su boca que suele usar para demostrarme que hice algo mal.
-Estaba contando, Katherine se equivocó, como iba yo a predecir eso?- la ira comienza subir de nuevo, no, creo que ahora me siento decepcionada a pesar de que era algo fuera de mi alcance.
-Esfuérzate mas a la próxima, el legado de el apellido Rose está en tus manos.- está usando ese tono altanero que me parece tan molesto.
Debo salir, no me siento bien, mi cabeza va a estallar, corrí hacia el baño y devolví el poco desayuno que tuve, suele pasar cuando estoy bajo mucha presión, salpiqué mi cara con agua fría y me doy cuenta de que mis manos arden, tengo heridas abiertas de mis uñas en mis palmas.
Carajo, Katherine se fue, no debí ser tan dura con ella, espero que Hange logre encontrar un pianista pronto, en enero, tengo la presentación más importante, necesito ensayar bastante, necesito encontrar a alguien que pueda soportarme por tantos meses.
Salí del baño y Hange está esperándome en el camerino, con esa sonrisa tan optimista y característica de ella, somos polos opuestos, pero la quiero, por extraño que parezca, tengo sentimientos, y quiero a Hange por sobre todas las cosas, mi madre salió del camerino y yo rompí a llorar de rabia, por ser tan impulsiva, por ver como en segundos me rebasan las situaciones.
Hange toma mi cara en sus manos y seca mis lagrimas.
-Hey, hey, Tyffen, escucha, tengo en mente a alguien que puede ser el próximo pianista, deja de preocuparte, no me gusta que llores.- su sonrisa me reconforta
-Gracias Hange.-
-Escucha, el enano tiene... bueno, una personalidad un poco especial... pero si le ofreces un buen té seguro dice que si-.
-Solo haz que diga que si, necesito un pianista cuanto antes-.
-De eso me encargo yo, ya verás-.
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𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 𝐘𝐎𝐔 𝐌𝐀𝐊𝐄 𝐌𝐄 𝐅𝐄𝐄𝐋 | | 𝐋𝐄𝐕𝐈 𝐀𝐂𝐊𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍
Fanfiction❝Sus manos recorren las teclas blancas y negras, está sumergido en la melodía y las partituras y ahí lo noté, una sonrisa, casi imperceptible, resplandece y parece que mi cuerpo reacciona ante su ritmo, esa es la manera en la que me hace sentir Levi...