One shots - t.A.T.u.

Inocente Amor

Créditos a su autor

***********

La primera vez que la vio fue tan mágico que cayo rendida a sus pies, era muy hermosa, de piel clara, pelirroja, ojos verdigrises, era todo un agasajo a la vista de los que la han visto eventualmente, por la simple y sencilla razón de que era muy raro verla deambular por las calles y además sola.

Nadie en la pequeña comunidad la conocía, pero eso a ella no le importaba solo quería saber más de ella, cómo se llamaba, dónde vivía, dónde estudiaba, cosas de adolescentes y una tarde volvió a verla.

Julia la siguió en secreto para conocer más de ella, después de un rato de andarla siguiendo la joven se quedó parada como en trance por unos segundos y después volteo para mirar fijamente a los ojos a la pelinegra que en ese momento no supo que hacer pues la pelirroja ya se había dado cuenta de que la venía siguiendo calles atrás, se puso algo nerviosa y corto camino por otras calles, así paso una y otra vez en las semanas siguientes, pero lo raro era que cada vez ella la dejaba acercarse más y más hasta que un día por fin se armó de valor y le hablo.

- Hola, disculpa si te incomode.

- No te preocupes, casi no tengo amigas, si gustas podemos serlo.

- ¿En serio? ¡Claro me encantaría!, ¿Cómo te llamas?

- Me llamo Lena, ¿y tú?

- Soy Julia.

- Mucho gusto Julia.

- ¿Te molesta si te acompaño a tu casa?

- Pues, esta bien, de cualquier forma, siempre me vienes siguiendo jejeje.

- Discúlpame, no era mi intención hacerte sentir incomoda.

- No te preocupes, vamos.

Así comenzó una amistad con lazos muy fuertes los cuales después de un tiempo se convirtieron en algo más, ambas se hicieron novias y al cabo de un tiempo decidieron vivir juntas sin ninguna preocupación, pero a pesar de todo ese tiempo que pasaron juntas Julia sentía algo extraño en casa de Lena, la primera vez que entro fue algo perturbador pues ella se imaginaba algo más humilde, pero no era así, la pequeña casa era de lo más elegante tenía un comedor enorme que apenas si cabía en la habitación, el baño contaba con dos diferentes tinas, las recamaras estaban muy bien conservadas de su forma original, tenían un estilo rustico, hasta se podía decir que se respiraba en el ambiente a algo viejo de antaño, pero en muy buen estado, Julia quedo impresionada por cómo se encontraba la casa por dentro.

El motivo era que la casa por fuera lucía muy descuidada y maltratada, por eso no lo podía creer, sus primeros meses fueron estupendos, todo era felicidad, pero la gente que conocía a Julia se les hacía extraño verla entrar en esa casa tan horrible, y de repente, su comportamiento fue cambiando tan repentinamente, pues ella se desvivía por Lena, le cumplía todos sus caprichos y sus gustos, a tal grado que en cierta ocasión le hizo un encargo un tanto raro para ella, pero no le dio importancia ella solo quería complacerla de una y mil formas. Lena le dijo que ella no podía tener hijos, pero que su mayor deseo era ser madre y quería que le traiga un niño para criar juntas en su pequeña casita, y Julia locamente enamorada aceptó hacerlo tan pronto como volvierá a la comunidad.

Sin embargo, Lena se había hecho muy ermitaña ya no salía para nada de la casa, Julia le rogaba hasta para ir a dar un pequeño paseo por la pequeña comunidad, pero ella se negaba rotundamente, la gente que pasaba por el lugar veían como enloquecía de rabia Julia, pero sin saber por qué y rápidamente huían de ahí, esa situación ya era demasiado pues eran puras peleas constantes entre las dos.

Sus padres buscaban a Julia por todos lados porque hacia tiempo que no sabían nada de ella y era raro porque ella era una buena chica, responsable con sus tareas y en el hogar, hasta que un buen día llegaron los rumores que se encontraba en la vieja casa abandonada de la comunidad, y sin pensarlo decidieron ir por ella.

Era una mañana fría de invierno cuando se dirigieron al lugar, ya estando fuera de la casa entraron a la fuerza para ver horrorizados a su querida Julia durmiendo en el suelo y abrazada a una sábana olorosa y sucia, ella se negaba a dejar ese lugar, pero sus padres ya iban preparados con más gente para retirarla. Al estar ya en casa la bañaron y la alimentaron para después comenzar con las preguntas.

- ¿En que estabas pensando Julia al estar viviendo en esas condiciones tan precarias? Aquí tienes tu casa.

- Pero mamá, no es cierto, estoy viviendo bien con mi amada Lena en su casa y ella es muy buena conmigo y además la casa es muy bella por dentro por qué me dices eso.

- Pero ¿De qué estas hablando Julia? En esa casa no hay nadie, ya hace años que está sola, desde antes de que nosotros viniéramos a vivir aquí, la casa siempre ha estado abandonada.

- ¡No, eso es mentira! Yo soy muy feliz con Lena, entiendan por favor.

- ¿Cuál Lena? Hija ahí no hay nadie.

- Lena es mi novia y ya tengo tiempo viviendo con ella.

- No hija, estuviste perdida unas semanas hasta que un vecino te vio gritando cosas dentro de esa casa, por eso te encontramos, pero ahí no había nadie más que tú.

Julia en ese momento comienza a recordar algo de lo sucedido, pues el primer día que vio a Lena y la siguió, al tomar otro camino resbalo y se dio un fuerte golpe en la cabeza y toda aturdida siguió a esta mujer, después ella despertó dentro de esa casa y por las noches ella salía para llevarse algunas de sus cosas a esa casa sin que sus padres supieran algo de ella.

Pero ¿Y Lena? ¿Y la casa tan hermosa?, ¿Qué había pasado con ellas?

Esa misma tarde regreso a esa misteriosa casa, al entrar no creía lo que estaba viendo pues estaba completamente deteriorada, las paredes estaban llenas de humedad, todas verdosas y negras, las recamaras eran un nido de ratas y bichos rastreros, el comedor estaba infestado de hormigas, grillos y polillas y en la sala donde paso tantos momentos mágicos encontró algunas de sus cosas tiradas, y deterioradas también. Debajo de ellas un cuadro de Lena con su familia, pero esa imagen se veía completamente antigua y detrás del marco una fecha 27 de septiembre de 1514...