12.- GANAR Y PERDER

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"Llenamos el baúl de los recuerdos con bellos momentos, aquellos que hacen latir desbocadamente el corazón, pero, también están esos momentos que deseamos enterrar en lo más profundo de nuestro ser, los que se recuerdan con dolor"

🌙 Luna

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Una cálida mañana, un cielo despejado, se podría inclusive jurar que sería el mejor día del año, se estaba rodeado de un ambiente de paz, de amor, de esperanzas. Nadie en la hacienda imaginaba lo que estaría por suceder.

Cierto castaño se encontraba colocándose unos sencillos, pero excelentes vaqueros rojos junto a una camisa del mismo color, quería verse lo más hermoso el día de hoy, era su cumpleaños y con ello la esperanza de poder cumplir su mayor deseo, suspiró por milésima vez en lo que va de la mañana, necesitaba valor para lo que próximamente estaba a punto de hacer. Sin más preámbulos se dirigió a buscar al dueño de su corazón.

No tardó en encontrar al azabache, quien se encontraba detrás de un pilar de documentos, examinándolos muy minuciosamente, escuchó el sonido de la puerta, frunció el ceño, no había mandado a llamar a nadie, se concentró, inhaló profundamente y de golpe le llegó el aroma a miel, cerró los ojos con desespero, era muy temprano para tener que ver al castaño, se había pasado el mayor tiempo posible evitándolo, no quería tener que seguir lidiando con ello, con esos estúpidos impulsos de enterrar su nariz en ese acanelado cuello, fundir sus manos en esa estrecha cintura, volver a probar esos perfumados labios sabor a fresas ¡Rayos! ¡Odiaba en demasía al castaño! ¿Cómo podría volver su mundo de cabeza de esa manera? ¿Con qué permiso? Gruñó molesto: "Pase". El omega escuchó la voz del alfa y entró, elevó la vista a la altura del azabache, tembló de emoción y nerviosismo, el momento había llegado, suspiró, cerró los ojos, se permitió inhalar ese delicioso aroma a chocolate que se colaba por sus fosas nasales ¿Qué se sentiría enterrar su nariz en el cuello del alfa? ¿A qué sabrían sus besos? ¿Qué sensaciones despertarían en él el ser abrazado por esos fuertes brazos? Sin darse cuenta ambos se hacían casi las mismas preguntas, uno con anhelo exorbitante y otro con desespero y miedo.

"Ho-hola Kookie, venía a-a re-retarte, si a eso ¡Te reto!" el alfa quedó consternado por lo dicho por el omega, una chispa de diversión cruzó por su riguroso rostro, se negaba a creer lo que había escuchado ¿El omega, lo estaba retando? ¿Acaso perdió el juicio? Se permitió emitir una pequeña risa, se levantó, fue hacia el omega sin acercarse tanto: "¿Acaso te has vuelto loco? ¿Sabes siquiera el peso de tus palabras?", el omega se sintió pequeño ante el alfa, le comían los nervios, sus manos sudaban, apretó sus puños y fijó su mirada decidida en el alfa: "Se-se perfectamente lo que estoy diciendo, te reto a una carrera de caballos", el azabache se carcajeo enormemente ante la mirada sorprendida del omega: "Jajajaja, deberías verte niñito, ni siquiera puedes hablarme sin tartamudear y así osas retarme, mejor regresa a tu habitación y haz lo que mejor saber hacer, estar fuera de mi presencia", se giró pensando que el omega se retiraría, no se imaginó lo que segundos después escuchó: "Jajaja, el gran alfa Jeon Jungkook le tiene miedo a una sencilla carrera de caballos contra un omega" demandó seguro, muriendo de miedo internamente, pero era necesario llegar a ese extremo si quería obtener su tan anhelada recompensa. El alfa se giró molesto, nadie había tenido el valor de retarlo y mucho menos desafiarlo de esa forma, todos sus músculos crujieron en señal de que estaba molesto y que sin mediar palabra alguna había aceptado el reto del omega frente suyo.

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Se encontraban en las caballerizas, cada uno escogiendo el caballo para la carrera tan ansiada por el castaño, negar que se sentía nervioso y ansioso era poco, sin embargo, tenía que suprimir esas emociones o su alfa olería sus feromonas llenas de alegría. El primero en salir de las caballerizas fue el azabache, aún se reprochaba internamente cómo era posible que haya accedido al capricho del omega, porque así lo consideraba, no esperó mucho cuando el castaño venía en su dirección, se quedó sin habla al verlo montando tan ágilmente, el viento movía su castaño cabello, podía jurar que alrededor de ese lindo omega existía una bella aura que lo hacía ver demasiado irreal ¡Cómo un ángel! ¡Joder, era malditamente hermoso! Negó repetidas veces, no podía, simplemente no podía ver a ese omega de otra manera, volvió a escuchar la sonrisa burlona en su interior "¡Maldito pulgoso!" pensó, alejó todo tipo de pensamientos insanos en su mente. El omega se acercó, lo vio fruncir el ceño, suspiró: "Bi-bien Kookie, tú-tú mejor que nadie conoce el lugar, di-dime hasta donde debemos llegar, el-el reto es que el que pierda le-le concederá un deseo al ganador", el alfa lo miró largamente poniéndolo nervioso, bufó: "Será hasta donde la laguna, es en este camino, no hay pierde, aunque dudo que me ganes, en fin, así lo quisiste", el omega sonrió, si era en ese camino había ido a caminar varias veces sin alejarse tanto, conocía un poco, y él le había dicho que no había pierde, sonrió ampliamente, haciendo esa característica sonrisa cuadrada que dejaba atontado al alfa, asentó alegremente. El capataz que escuchaba todo se impresionó por lo que escuchó, sin embargo, lo que lo dejó aturdido y embobado fue presenciar tan hermosa sonrisa, el castaño se le hacía demasiado hermoso, no midió el tiempo que se perdió hasta que sintió un aura oscura, su cuerpo se estremeció con miedo, vio al alfa y quiso morirse en ese mismo instante, el azabache lo fulminaba con la mirada ¡Diablos!

MATRIMONIO CONCERTADO *KOOKV* (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora