Julia

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Título original: Ginet
Créditos a su autor

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Julia, es una niña de 13 años que vive en un orfanato, pues sus padres la dejaron allí desde muy pequeña.

Por alguna extraña razón, Julia despertó un día en una habitación desconocida, y se sintió muy confundida.

- ¿Dónde estoy, por qué estoy en esta cama?. ¡Oh por Dios, me han secuestrado!

Se levantó, abrió la puerta de la habitación, y vió a una señora de unos 50 años de edad en la cocina.

La mujer se percató de su presencia, y se dirigió hacia ella para brindarle un desayuno.

- ¿Quién eres, que harás conmigo? -dijo Julia.

La mujer no dijo nada, solo intento abrazarla, Julia se resistió, la empujó, y trató de correr.

-¡Auxilio! ... ¡No te me acerques!.

La mujer la cargó mientras ella pataleaba, gritaba, y trataba de golpearla. Luego la encerró en el cuarto, Julia no tenía escapatoria, y entró en pánico.

-¡Esto no puede estar pasando! Me han secuestrado. Tengo que volver, Lena debe estar preocupada, desesperada por mi ausencia.
¡No importa cómo, pero regresare al orfanato para estar con ella!

Lena, era un niña huérfana, cuyos padres murieron en un accidente, y a causa de esto, sufrió un trauma severo, que le quito el habla.

Esta capacidad diferente, no fue impedimento para que Lena y Julia entablaran una amistad entrañable, de hecho, se querían mucho y estaban juntas siempre.

Julia vio que se abría la puerta de la habitación, y observó entrar a la mujer con un plato de comida. Le insinuó que coma, pero ella reventó el plato contra el piso, y se hizo trizas.

Rápidamente tomo uno de los pedazos de cerámica del plato, cortó a la mujer en el brazo, en esta acción violenta ella misma se cortó la mano, comenzó a forcejear, la mujer la tomó del brazo fuertemente, y le quitó el trozo de cerámica.

-!Suéltame maldita!... ¿Qué me vas hacer?.

La mujer la observó fijamente, pero no reaccionó, recogió los pedazos de cerámica del piso, salió de la habitación, y regresó con un maletín de primeros auxilios y otro plato de comida.

Dejó la comida sobre la cama, curo la herida de Julia, y la encerró nuevamente con llave.

-¡Esta mujer trama algo! Tal vez piensa que le darán dinero por mi, por eso me tiene secuestrada. Debo ser inteligente, y ganarme su confianza para poder escapar de aquí, y regresar al orfanato.

¡Quiero estar con Lena! -rompió en llanto.

Pasaron los días, la mujer jamás le dirigió la palabra, pero le permitió andar por la casa por unos breves instantes.

En un descuido, Julia tomó un cuchillo de la cocina y lo escondió bajo su almohada.

La mujer nuevamente entró a la habitación a entregarle el desayuno, ella lo recibió con una sonrisa y le pidió que la acompañe, la mujer se sentó a su lado alegremente, y en ese momento Julia sacó el cuchillo y la apuñaló en el hombro, y el brazo repetidas veces.

La mujer quedó sorprendida y herida, Julia aprovechó el momento, salió corriendo, abrió la puerta de la casa y huyó hacia la carretera.

Las heridas no inmutaron a la mujer, parecía indestructible, corrio tras ella derramando sangre, y Julia desesperada entró en pánico, pues estaba a punto de alcanzarla.

-¡Que alguien me ayude por favor, me quiere matar, por favor… socorro!.

La carretera estaba vacía en la madrugada, y nadie podía brindarle ayuda.

En su desesperación, Julia no se percató del carro que estaba a punto de atropellarla. Habría muerto, de no ser por aquella mujer extraña, que de un salto la tomó en sus brazos y la apartó del camino.

Julia, exhausta, pensó que hubiese sido mejor morir atropellada, y no quedar a merced de aquella mujer, pues la había herido e intentó escapar.

- ¿Ahora me matarás verdad?, ¿Por qué tuve que ser yo?... Señora, no soy nadie, no tengo ni donde caerme muerta. No tengo familia, sólo soy una huérfana, nadie le dará un peso por mi. Por favor señora quiero volver al orfanato, allá hay alguien que espera por mi, si no regresó ella morirá de tristeza, sólo tengo 13 años, ¡por favor señora! -dijo Julia llorando desconsolada.

La mujer sin decir palabra, rompió en llanto inexplicablemente, y trató de comunicarse con ella por medio de señas, pero Julia no entendió.

La mujer, con lágrimas en los ojos, y mal herida, la cargo en sus brazos, la llevó a la casa, y le dió un espejo.

Cuando Julia vió su reflejo, con horror pudo ver que no era una niña de trece años, sino una señora de unos 50 años de edad.

-¿Esta soy yo?- pregunto Julia, y la mujer asintió con la cabeza.

Julia colapsó, se tomó la cabeza con las manos, una sensación de desmayo la invadió, y en ese instante volvió a la realidad, y repasó toda su vida…

Recordó que vivió una vida feliz en el orfanato con Lena, hasta cumplir la mayoría de edad, y que luego entraron a la universidad.

Julia, estudió enfermería, y Lena derecho. Se casaron, la vida no les dio hijos, sin embargo, ella siempre estuvo a su lado. Con el paso de los años, Julia sufrió una enfermedad que poco a poco le provocó la pérdida de memoria (Alzheimer).

Recordó todo, aquella mujer que ella creía que la secuestró, era en realidad su esposa Lena, aquella niña huérfana que no podía hablar, con la que eran inseparables.

-Cada vez que pierdo la memoria, regreso a cuando tenía 13 años, y parezco una demente -dijo Julia.

- Lena, mi cielo, esas cicatrices que tienes en tu cuerpo te las hice yo pensando que eras una secuestradora, cuanto has tenido que sufrir por mi.
Perdóname mi amor, tú no mereces esto. ¡Déjame y trata de ser feliz!, yo no puedo asegurarte la felicidad, no así, no con esta enfermedad que me está consumiendo.

-No se si el día de mañana perderé la lucidez totalmente, es cuestión de días, horas, o minutos -dijo Julia desbordada por el llanto.

Lena la abrazó, y con lágrimas en los ojos le dijo en lenguaje de señas…

-Mi amada Julia, juntas en la salud y en la enfermedad, ¿recuerdas?. Mientras yo tenga vida, jamás te abandonaré. No me pidas que te deje, no sé vivir sin ti, y seguiré a tu lado hasta que deje de respirar, ¡Te amo!.
Julia abrazo a su esposa fuertemente, curó sus heridas, y esa noche el sueño las encontró más estrechadas que nunca.

Lena, despertó la mañana siguiente, y solo se dedicó a contemplar el rostro de su esposa dormida. Mientras acariciaba sus mejillas, Julia despertó esbozando una sonrisa de felicidad en su rostro, pero al ver a Lena frente a ella, soltó un grito despavorido, y corrió hacia la puerta. Escapando de la desconocida mujer para ella...

One shots - t.A.T.u.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora