Soy Jones y está es mi historia...🍁

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Jones Smith 👤

-Jones hijo regresaré tarde, duerme tranquilo, no alcanzó para la cena, lo siento.- va directo a la puerta para salir de la casa.

-Esta bien mamá- Fui rápidamente a ella y la abrace dándole un beso en la frente.

-Jones, Te quiero hijo, pero lo siento, ya llevamos otro día sin comer buscaré alguna forma te lo prometo, la hemos pasado así varios días, algunos comemos otros no, pero algún día estaremos mejor.

- Cuídese mucho madre - proseguí a cerrar la puerta.

Como siempre definitivamente lo mismo de siempre, y es que no podía y no es porque no quería si no porque el dinero no nos alcanzaba.



Yo ya andaba muy delgado, mi cabello negro, mis ojos negros, mi piel morena como mamá, aunque ella era realmente hermosa, esa linda sonrisa, sus ojos negros, su cabello largo y fino que le llegaba a la cintura, su figura bien formada con una carita muy linda, mi mamá es realmente preciosa, la quiero tanto.



Pero cómo siempre a estás altas horas de la noche, las 12:00 am saliendo y llegaba en la madrugada casi las 6:00am o hasta conseguir dinero para el alimento, aunque a veces hasta agotarse.


Pero, ¿Enserio? Estaba tan mal.



Y es que a mamá ya le había preguntado, ¿Qué trabajo había encontrado?, pero no me dijo, solo me decía que eso era lo de menos porque haría lo que fuera para que yo esté bien.

Ya me había cansado de ello, cerré la puerta tenía que irme, tenía que alejarme de la casa, me dolía tanto no tener ese alimento, vestimenta, una vida mejor, tan solo tengo 16 años...



Me fui alejando hasta que llegue a la cancha, dónde un grupo de chavos estaban comiendo tortas, sabritas con refresco otros fumando y tomando, así que me acerque.



Nadie me notó como quería, nadie me habló hasta que me vio Melany, me agarró del brazo y me jalo lejos del grupito mientras le daba un toque a su cigarro.



-Hola Jon- dijo Melany con una sonrisa.



Como siempre, acercándose a molestarme, si, ya van tantas veces que la eh rechazado, intentado evitarla, pero aún así no se alejaba.



Estaba vestida con una falda corta y un top negro, su cabello negro con azul en las puntas, suelto, pero corto, sus botas casi a la altura de su rodilla, sus ojos color azul, y su color de piel claro, es bonita pero aún así me decía yo mismo que no era lo mejor ahora, aunque no sé como se fijaba en mi, si yo solo soy un desastre.



-Hola Melany- le respondí seriamente.


-¿Quieres? - me preguntó, ofreciéndome el cigarro.

-Si- asentí




-¿Qué tienes?, te vez tan pálido- me preguntó tocando suavemente mi mejía.

-Ya déjame, nada- Gruñí.

No me gusta que me toque de esa forma, sabía lo que ella quería pero no tenía intenciones con ella, simplemente no quería, a veces pensaba que solo quería jugar conmigo pero aún así la respetaba, pero se insinuaba a mí cada que podía, tire el cigarro y me aleje de ese lugar, pero ella me persiguió.



-Jon, enserió te vez mal, ¿Por qué no me cuentas que tienes?, Tal vez de alguna forma te haga sentir mejor- dijo, siguiéndome mientras me iba directo de regreso a mi casa.



No la respondí tenía muchas cosas en mi mente, tantas cosas que eh pasado estaba realmente arto y no sabía que hacer, mi vida ya no tenía sentido, nada alcanzaba, nada funcionaba, simplemente ya me había aburrido y cansado de esta porquería llamada vida, una porquería, y todo por culpa de él.

Me voltee, noté que aún me estaba siguiendo a pesar de mi ignorancia y furiosamente le dije a Melany.



-Aléjate de mi, ¿Oíste?, No está bien que te acerques a mi, no lo hagas Melany.


-Está bien, me largó, púdrete- me gritó molesta.



Ya estaba arto para soportar alguna otra cosa, ella no sabía que yo estaba más que podrido, todo lo estaba, nadie lo sabía, nadie me entendía, estaba solo, o al menos me sentía muy solo.



Llegué a mi casa y me acosté en la cama, las ganas de comer me empezó a atacar pero no tenía nada, ni siquiera un foco.



Me voltee y mire a ver la vela que tenía encendida, cómo crecía el fuego en ella y disminuía, hasta que me quedé dormido.

**

-No a regresado, él no viene, ¿Por qué?.

-No lo sé hijo, tal vez solo tardará un poquito más.

Mamá se puso a llorar mucho, no venía, no estaba, no teníamos nada, ¿Qué haremos?, La abrace y me puse a llorar con ella, me dolía mucho verla triste.

-Te quiero Hijo- me dijo.



De pronto un hombre vestido de negro, con una máscara, llegó atrás de ella y le clavo un cuchillo, ella cerró los ojos, calló al suelo, empecé a moverla, hablarla y no despertaba. El hombre sonrió y desapareció alejándose de allá poco a poco en la obscuridad.

Sentía como las lágrimas rozaban mis mejillas, estaba fresco y sentí un nudo en la garganta, no sabía que pasaba.

-Mamá- grite lo más que pude



- Jon, hijo, habré los ojos, hijo, está bien, solo fue una pesadilla.



Desperté, volví a la realidad, la abrace muy fuerte y me puse a llorar nuevamente.



-Esta bien Hijo, todo va estar bien- me susurró.



Eso era absurdo, siempre me susurraba aquello lo cuál era mentira y no podía hacer nada, todo era igual, no me aceptaban en ningún lugar para trabajar, no sabía como ayudarla, se veía tan mal pálida como yo o aún peor.



-Mamá estoy bien, que valla a dormir, no a dormido toda la noche verdad?.



-Ya dormí un poco, no te preocupes por eso, conseguí dinero pero tenemos que pagar la renta.



No me gustaba eso de pagar la renta sabía que significaba que si no lo hacíamos nos echarían a la calle, lo normal pero solo pensarlo era terrible, tampoco me gusta la idea que paguemos y no tengamos ni un poco de electricidad, eso también era porque no podíamos pagarlo, solo el piso en dónde dormir para mantenernos más seguros con mamá.



-No comeremos otra vez, no es así madre?



- Perdóname hijo, solo aguanta un poquito más.



Ella salió del cuarto, me acosté pero no tardo nada y regresó con una sonrisa en el rostro me dijo.

-Hijo, solo tengo un pan, la vecina muy amable me lo ha regalado.- me sonrió

-Come mamá, usted lo necesita para poder trabajar- le dije y le sonreí, noté como sus ojos se llenaban de lágrimas.

-No Hijo mío, tú lo necesitas más, yo comí un pedazo por allá.- respondió


Sabía que me estaba mintiendo, ella no había comido nada, lo sabía, lo noté en su rostro, cansado y de mal estado, ella tenía hambre, muchas ganas de ser feliz, de estar bien, de cumplir ese sueño que siempre hemos pedido "Estar bien", pero cada vez más me sentía muy mal y notaba lo cansada que se encontraba mi querida madre.







~Hola este es mi nuevo libro, agradezco mucho tú apoyo, si puedes dejarme unos comentarios constructivos te lo agradecería demasiado, espero te encante.~ 📚❤️





¿Cómo sería ser Feliz? 🐛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora