Solo una noche. (XiCheng)

Extra 2: WangXian I.

Sólo una noche.

XiCheng.

Extra II: WangXian I.

Wei WuXian, sentado junto a su hermano adoptivo Jiang Cheng, tenía la mirada fija en el frente sin parpadear siquiera, totalmente absorto. Su mirada contenía tanta intensidad que parecía que quería absorber para sí mismo todo lo que sus ojos grises observaban. Había tanto deseo y codicia en aquellas pupilas que Jiang Cheng, tras mirarlo por unos largos minutos, resopló por lo bajo y le dio un golpe en la nuca.

—Se te van a quedar los ojos pegados si sigues mirándolo así. ¿Por qué no simplemente vas y le dices que lo encuentras lindo, en vez de mirarlo como un maldito acosador todos los días a la distancia?

El ojigris hizo una mueca, sobándose el lugar en donde fue golpeado.

—No puedo hacer eso.

—¿Por qué no? Es simplemente ir y hablarle. ¿Qué puede pasar?

—¡Podría oírme, Jiang Cheng!

Jiang Cheng se quedó muy quieto, con tal mirada de estupefacción e incredulidad en el rostro que era cómico.

—Uhm, ¿no es ese el propósito, idiota? ¿Sigues dormido o es que hoy estás más idiota de lo normal? Uh, con razón dicen que el amor te vuelve pendejo...

Wei WuXian fingió estar ofendido por sus palabras y golpeó a su hermano en el brazo, apretando firmemente los labios en una fina mueca. Un suspiro lleno de añoranza escapó por sus labios rellenos mientras se volteaba una vez hacia el frente para mirar al erguido hombre de ojos dorados que estaba frente a la clase, hablando con un tono de voz firme y cuya voz era tan malditamente atractiva que hacía estremecer a cualquiera, especialmente al pequeño club femenino que solía sentarse en la primera fila, y al coqueto Wei Wuxian que se colaba a esas clases sólo para tener el deleite de comerlo con la mirada.

—No me des malos consejos, A-Cheng. No sabes de lo que estás hablando. Ese sexy Lan er gonzi me aborrece por completo, ¿cómo se supone entonces que me acerque tan campante a él y le diga que me gusta? Cada vez que nuestros ojos se cruzan, juro por lo más sagrado que todo lo que veo en esos hermosos ojos es una sádica intención asesina de partirme los sesos. Es malditamente caliente cuando tiene esa mirada, pero también asusta un poquito. Y por muy gruesa que sea mi cara, valoro mi vida más de lo que crees. Así que no, muchas gracias. Prefiero seguir sufriendo este amor no correspondido en silencio, sí.

—Último año de Universidad y mi hermano se vuelve un cobarde —se burló el menor Jiang, riéndose entre dientes por la mirada envenenada que le dio su hermano—. ¿Qué? Es la verdad. ¿Desde cuando algo tan simple como una mirada te frena a ti, rey de los coquetos?

El ojigris no respondió, arrugando el rostro y cruzando los brazos sobre el pecho, a la defensiva.

—¿Me vas a decir que el gran sacrificio que significa para ti levantarte temprano todos los jueves sólo para colarte en mi clase y venir a verlo va a ser totalmente en vano? —Jiang Cheng no parecía dispuesto a dejarlo en paz facilmente y comenzó a presionarlo de nuevo. Ambos tienen las cabezas juntas, susurrándose el uno al otro con vehemencia, aún cuando se sentaban en la fila más alejada del salón—. Estás en último año, Wei WuXian, ni siquiera deberías darte el lujo de perder el tiempo así. ¿Y va hacer por nada? Qué desperdicio.

—A-Cheng, ¿estás intentando ser mi casamentero o qué mierda?

—Estoy intentando que me dejes en paz, idiota. No es que me agrade mucho tenerte todos los jueves pegado a mí como un maldito chicle.