Capítulo 42.

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-¿Lo dices enserio? -pregunté aún sorprendida.

-Sí -susurró muy cerca de mis labios.

Estaba tan feliz que lo acerqué más a mí, lo besé.

-Para, si no quieres que te lleve a tu recámara -dijo y se separó de mí, hice un puchero.

-Eres malo -le saqué la lengua y me metí corriendo a mi casa mientras él me perseguía.

-Jessica -dijo con una mirada de advertencia, me encontraba huyendo de él.

-¡No! -grité cuando se acercó de repente, me tomó de ambos brazos y me acerco a él.

-No hagas esto, Jessica -susurró cerca de mis labios-. No sabes cuánto me cuesta concentrarme.

-Sí, lo siento -sonreí y lo dejé con ganas de que me besara-. Matt ven a comer.

La tarde transcurrió en ver películas los tres juntos, jugar a las escondidas con Matt, todo con muchas muestras de cariño. Con eso me di cuenta que en verdad Christian ha cambiado, ya saben, no le daré la oportunidad tan fácil, en unas semanas será navidad y aún no sé qué planes tengan mis padres. A veces hacen la típica cena de negocios con todos los de la empresa pero ahora quería algo diferente, más en familia y sin personas falsas.

-Jessica, ¡La señora Grace está aquí! -gritó mi madre desde la planta baja.

Hace un rato que Christian se había ido, ya terminaba de dormir a Matt. Salí con mucho cuidado de la habitación.

-¡Querida! -saludó Grace muy eufórica cuando me vio.

-Hola señora -sonreí.

-Querida, tengo pensado ir a cenar y charlar contigo un rato, ¿Aceptas?

-Por supuesto -agarré mi bolso y las llaves, fuimos a un restaurante italiano, parece que es el favorito de Grace.

Pedimos lo que íbamos a comer y beber.

-Estoy aquí porque necesito hablar contigo -sonrió apenada.

-Claro señora, sabe que cuenta conmigo -le tome las manos y le di un ligero apretón como muestra de cariño.

-Bien, no sé cómo decirle a Christian ni a mi marido -dijo nerviosa-. Pero

-¿Qué pasa? -pregunté preocupada.

-Es que a mi edad puede que sea difícil pero estas cosas pasan en el momento que menos te lo esperas -tomó un sorbo de vino, yo ya me encontraba con el ceño fruncido-. Estoy embarazada.

Mi mandíbula casi cae al piso, no lo podía creer.

-Enhorabuena -dije aún sorprendida y levantándome para darle un abrazo.

-Gracias cariño... ¿Crees que lo pueda lograr? -preguntó preocupada.

-Claro que sí, con cuidados y precauciones todo se puede.

La cena fue interesante, planeamos una fiesta sorpresa para darles la noticia a Christian y a John. Jamás me hubiera imaginado eso de la señora Grace pero sé que será una excelente madre y que podrá con el embarazo.

Estábamos terminando de pagar la cuenta cuando sonó el teléfono de la señora Grace, se alejó un momento y contestó la llamada, sólo veía como asentía con la cabeza y después cortó la llamada.

-Cariño tengo que llevarte a un lugar -dijo y salimos del restaurante más deprisa, de regreso ella manejo y por el camino en el que íbamos se me hacía bastante conocido.

No sabía por qué la actitud de la señora Grace o el por qué me tenía que llevar a un lugar sin especificar a donde. Se abrió el camino de la casa y ahora recordé, esta casa es a donde me había traído Christian aquella vez.

-Suerte -deseó Grace y se estacionó delante de la casa.

-Gracias -dije con el ceño fruncido y me bajé del auto, la puerta de la casa se encontraba abierta y a oscuras -. ¿Hola?

Había un enorme camino de rosas rojas y velas aromáticas, el camino de rosas seguía hasta las escaleras. Subí con cuidado de no caerme y volví a seguir el camino, me detuve en una puerta que supongo era de una habitación. La abrí y prendí la luz, en la cama se encontraba un camisón de seda color crema junto con un juego de lencería y una bata.

Extrañada me acerqué y vi que todo era de mi talla, a lado de esto se encontraba una nota, la tomé en mis manos y la leí.

"Hija has lo correcto, Christian en cinco minutos vendrá, ponte lo que está en la cama. Lo escogí yo, el tiempo comienza a correr después de que hayas leído esto... te quiero"

Aún sin entender nada, tomé la ropa en mis manos y me encerré en el baño. Quité lo que llevaba puesto y me coloqué lo que mi madre había escogido para mí. En el tocador se encontraba un cepillo, un perfume de rosas y un pintalabios de color rojo. Hice lo correcto y me solté el cabello, alborotándolo, me pinte los labios y después el perfume de rosas y cerré mi bata.

Oí cómo la puerta se abría y cerraba al mismo tiempo, salí con sigilo del baño y las luces se encontraban nuevamente apagadas, caminé despacio y el sonido de mi celular me asustó.

-Hola -contesté.

-Cariño, me imagino que ya te cambiaste, ¿Verdad? -se oía las risas de la señora Grace en el teléfono.

-Sí, me pueden explicar de qué se trata esto -pedí confundida.

Antes de que pudiera contestarme, alguien quitó de mis manos el teléfono.

-Hola -susurró sensualmente en mi oído, causando un cosquilleo en mí.

-Hola -respondí nerviosa, pasando saliva con dificultad.

-Hmm, hueles delicioso dijo, con la voz ronca.

-Christian, ¿De qué se trata esto? -pregunté en un susurro.

-Se trata de demostrarte cuánto te quiero -depósito un beso en mi hombro.

Brutalmente me pegó en la pared y me besó.

-Hoy te demostraré cuánto te quiero y lo importante que eres para mí -gruñó y me besó, pero ésta vez con más fuerza ,perdiendo el poco control que le quedaba.

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Matrimonio a cambio de Dinero I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora