Edificio grande- Capítulo 3

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Desperté con los rayos de luz entrando por la ventana que se encontraba con la cortina abierta ya que olvidé cerrarla ayer, vi el despertador y supuse que por los nervios me había levantado antes de que sonara, a la media hora sonó y eso me indicaba ya era hora de levantarme de la cama.

Salí de mi habitación en pijama aún y entré a la de Melissa que sorpresivamente estaba despierta.

-Asi que ya levantada- Dije cruzándome de brazos y apoyándome en el umbral de la puerta.

-No he podido dormir bien por los nervios y por el calor, que bárbaro la gente aquí se debe de estar sancochando- inquirio Mel haciendo un ademán de darse aire con las manos.

-Iré a levantar a Emy- dije mientras cerraba la puerta

Fui a la habitación contigua y abrí la puerta, para encontrarme con una Emy totalmente dormida.

-Ya levántate que vamos a llegar tarde, son las 8 de la mañana Emy- Digamos que Emy es de las personas una poco pesadas para levantarse y de no ser por adelantar la hora, ella puede seguir durmiendo.

Salí del cuarto dejando a una Emy despierta y remolona, y me dirigí hacia la cocina donde ya estaba Melissa haciendo el café.

-¿Tostadas con palta y huevo sancochando?- pregunté ladeando la cabeza

Melissa asintió contenta y unos minutos más tarde estábamos las 3 desayunando mientras escuchábamos ciertas noticias que reportaba el narrador del noticiero matutino.

Después del desayuno cada una entró a su respectivo cuarto a cambiarse y arreglarse, las 3 siempre hemos tenido buen estilo, diferente la una a la otra, pero muy buen estilo, así que estoy segura que las 3 nos veremos muy bien hoy.

Agarré la ropa que separe ayer y me la fui poniendo, por el clima opté por un vestido negro, blazer rojo que hacía juegos con los tacones del mismo color, collar y aretes rojos también y escogí tener el cabello suelto y liso.

Salí de la habitación dispuesta a ya meter todo lo que necesitaba en la carrera para que no me faltara nada y no pasar la vergüenza de la vida.

-Ya estoy lista- gritó Melissa desde el cuarto haciendo sonar los tacones desde dentro de la habitación. Melissa lucia un jean pitillo azul, una blusa larga un tanto larga y un blazer azul al igual que sus tacones y con el cabello suelto.

Emy llevaba un vestido blanco muy parecido al mío con un blazer negro y tacones blancos con una cola alta de caballo.

Salimos las 3 faltando 20 minutos para las 9 y llegamos en menos de lo que pensamos.

Al momento de bajar del taxi nos topamos con el edificio más grande que alguna vez hayamos podido ver en nuestras vidas.

Entramos y en recepción se encontraba una señorita rubia y de apariencia jovial, las 3 nos acercamos y como ninguna abrió la boca, opté por hacerlo yo.

-Buenos días, disculpa, somos las practicantes de la universidad San José, nos citaron para hoy ¿me podría dar algún tipo de información al respecto?- le pregunte a la joven rubia tratando de no soñar muy insegura.

-Si claro, un momento por favor, pueden tomar asiento ahí, en un segundo las llamo- nos dijo la joven recepcionista y así fue, esperamos unos 5 minutos su llamado y nos indicó que hubiéramos al piso 9.

A continuación Mel, Em y yo éramos un manojo de nervios, las manos me sudaban, Mel quería ir al baño y Emy pues ni que decir, tenía la cara con gesto de que iba a vomitar en cualquier momento.

La puerta del ascensor se abrió y dejó ver a un joven muy apuesto, cabello ondeado bien peinado, gran altura, ojos pardos, traje negro, un pendiente reluciente y sonrisa maravillosa nos esperaba de pie a puertas del ascensor.

-Buenos días ¿Qué tal?, mi nombre es Fernando Guzmán- y nos estrechó la mano a cada una seguido de una gran sonrisa- Bueno yo soy el Gerente de recursos humanos aquí, así que el día de hoy mi labor es enseñarles la empresa, ubicarlas en sus oficinas y darles una noción de cómo es el trabajo aquí, sin embargo primero y antes que todo tenemos que ir a la oficina del gerente general para presentarlas y hacerle saber que ya están aquí- nos avisó y terminó con una linda sonrisa.

Las 3 asentimos y nos dirigimos hacia el piso 17 , pasamos por un largo corredor con una linda vista hasta que llegamos a una recepción en la cual se encontraba una secretaria de edad adulta, muy cordialmente nos dijo que esperaríamos un momento a que ella avisara que habíamos llegado.

Y así fue, esperamos unos 5 minutos hasta que la recepcionista nos diera el visto bueno de que ya podíamos entrar y justo antes de que terminara de hablar, la puerta de la oficina se abrió y dejó ver al hombre más apuesto que haya podido ver en mis cortos 23 años.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2021 ⏰

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