Capitulo Único.

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La esperaba como cada noche en lo más alto de las vigas de la estructura que los parisinos llamaban; la dama de acero. Había estado esperando este día, más bien, esta noche para aclarar las cosas con ella pues sabía que vendría, era su deber como heroína después de todo y no podía dejar desamparada la ciudad por algo personal.

—My lady, aparece.—suplicó enterrando sus manos sobre sus piernas.—Por favor.

A cada minuto que se le sumaba al reloj, él sentía la impotencia recorriendo su cuerpo debido a que sabía que ella en definitiva no vendría, pero no lo entendía ¿Qué de malo hubo en lo que pasó esa noche? 

—Si tan solo hubiera sabido que te pondrías así, jamás lo hubiera hecho.—se lamentó viendo sus manos, las cuales no dudó en llevar a sus labios.—Pero aún así, no me arrepiento de nada. Esa ha sido la mejor sensación de toda mi existencia.

Cerró los ojos permitiendo que sus recuerdos viajaran hasta esa noche en el concierto de Jagedd Stone en donde ambos eran los invitados de honor ya que el músico les había compuesto una nueva melodía. Recordaba como reían y bromeaban como siempre, con la diferencia de que ahora sus manos se posaban sobre su silueta en un lento compás que los transportaban a una atmósfera más idílica. 

—Te amo.—Soltó a la nada, esas mismas dos palabras que le confesó aquella noche al oído. —Eres lo más especial que tengo en la vida.

Chat suspiró con las orejas caídas debido a lo triste de la situación que estaba viviendo, ya llevaba dos semanas sin que la moteada lo buscara o le dirigiera la palabra a menos que no fuera cuestiones de akumas. Le huía y no le daba oportunidad siquiera de acercarse para explicar lo que le llevó a hacer aquella locura.

—Supongo que te he perdido totalmente. —cantó a la noche con una lágrima escurriendo por sus mejillas.—Ya no habrán más días que hablemos cosas fuera de nuestra labor, que nos contemos nuestros secretos, esos que no habían entre tú y yo.—suspiró. 

Sin querer lo había arruinado todo, alejó de él a la persona más importante de su vida, esa que hacía que sus días tuvieran sentido, que le daban mucha luz.

—Pero ni modo, me lo busqué. —se encogió de hombros como resignado a lo que pasó. — Poco a poco te alejaste y quedé en el olvido.

Estaba sumamente triste, no era nada fácil ver como la persona que amaba se alejaba de él. Observarla reír, contar chistes, hablar con sus amigos como si en ella no hubiera espacio en su memoria que la hiciera recordarlo. Mientras él vivía en la incertidumbre de no saber si lo amaba o no, de preguntarse todas las noches si él era alguien importante como lo era ella en su vida. Perdido bajo un disfraz de chico perfecto que intentaba hacer como si nada al tenerla tan cerca, llevándolo a pensamientos que tal vez estaban equivocados, tomando un camino diferente que quizá era un error pero ¿Qué podía hacer?, no era posible afrontarla cuando se suponía que él no debía conocer su identidad. 

—Marinette. —suspiró derrotado.—¿Qué tengo que hacer para que me veas solo a mí?, que olvides a quien sea ese chico que tiene tu corazón.

      《Fue tan solo un beso》

Aún recordaba las palabras de la chica que le decía que aquello no debió suceder, claro,después de haberle dado semejante revés en la cara. Y aunque era cierto, le había dolido tanto el tono con el que lo soltó, pero aún así desconcertándolo un poco al  ver que tras esas palabras que suponía que eran algo que quedaba ahí; ella lo había dejado atrás y no lo quería ver más. ¿No que solo era un simple beso? ¿Por qué se ponía de tal forma?

Eso sí, la mujer no lo podía culpar de llevar acabo la acción, pues luego de acariciar su rostro de porcelana no pudo evitar perderse en sus océanos tan profundos y en esos labios tan bonitos, tan delicados como suaves que lo invitaron a cometer aquel atrevimiento.

—He estado esperando tanto tiempo por eso que no puedo sentirme culpable, eres mi amor que al final nunca vendrá.—Detalló con sus manos el suelo a su lado, formando corazones invisibles sobre el polvo de la vieja construcción. —Ya nada sirve, ni tu ni el beso quedarán. Tendré que hacerme a la idea.

Se sentía triste por la forma en que terminó todo entre ellos, con una relación meramente profesional por el bien de París. Pero si debía confesarlo; admitía que lo volvería a hacer una y mil veces más, todo por probar esos labios que lo hacían sentirse vivo, por lo que más que sentirse traicionado...se sintió querido, por que en su ilusión de esa noche se sintió querido; ella lo abrazó por el cuello y correspondió a ese contacto ¿No era eso un indicio de que algo le había gustado siquiera?

Con ella ya no sabía. Honestamente parecía que todo estaba acabado, que todo estaba en contra del destino, ese que deseaba a su lado pero que ahora veía lejano.

Tal vez lo mejor era pedirle perdón, pero ¿Como hacerlo? Si en el fondo no se arrepentía de probar sus besos, se sentía liberado de haberlo hecho y de confesarse ante ella.

Aún cuando la causa y el efecto no era lo que él esperaba; soñando con un "Tú y yo".  Pero ya nada podía hacer, por lo que decidió pararse de ahí con la intención de irse a su hogar, así que extendió su vara con la finalidad de encajarla en algún punto que le permitiera emprender la retirada.

—Gatito.—escuchó a sus espaldas, paralizando su ser completamente. Pasó tanto tiempo sin escuchar su voz que ahora le parecía una ilusión, por lo que no dudaron en voltear su mirada y observarla parada atrás de él,  recargada en la estructura con el semblante decaído. —¿Podemos hablar?, por favor. Te lo pido.



                  💚Besos.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2021 ⏰

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