Another Nexus /thorki os

A n o t h e r N e x u s

Nota: Contiene spoilers y contenido Thorki como romance. Capítulo único. 

«—Love is a dagger. It's a weapon to be wielded far away or up close. You can see yourself in it. It's beautiful. Until it makes you bleed. But ultimately when you reach for it...

—It isn't real. »

El tiempo pasaba distinto en ese lugar, no podía decir con exactitud cuánto había pasado desde la última vez que las cosas fueron simples. No podía dejar de pensar en cómo toda su vida se derrumbó cuando la TVA lo detuvo y le hicieron ver tan diminuto e insignificante que todo conocimiento en su cabeza le parecía extraño y engañoso. Pero en los últimos tiempos había aprendido más de sí mismo y del universo que en su vida pasada; la existencia se reducía a una serie de hechos que se repetían una y otra vez, una línea continua y perfecta, y manipulada por un titiritero. Nadie tenía libre albedrío, y entenderlo le quemó hasta las entrañas. Por eso entendía por qué ella lo hizo. Sylvie tomó su decisión y rompió el orden de las cosas.

Desde que había vuelto se sentía solo, mucho más en aquella habitación fría y estática; la extrañaba mucho. En realidad, había pasado muy poco tiempo, pero parecía que se conocían de toda la vida, y casi era de esa forma. Al fin y al cabo, eran lo mismo.

Aún recordaba los días en que tuvo al teseracto entre sus manos, cuando se creía invencible. Pero su poder era tan insignificante y él, que se jactaba de ser tan perspicaz, no pudo saberlo. Todo se le había escapado de las manos, encontró que todo lo que alguna vez poseyó era una ilusión; finalmente abrió los ojos. No existía por un glorioso propósito, era una simple excusa para que los demás se fortalezcan, se unieran, y lo derrotasen.

Debió haber ocurrido cientos de veces; perder y morir. Una y otra vez, en esa pseudo regla del tiempo. Su final no era algo que pensó podría llegar, pero ahora entendía lo frágil que él era, así como los midgardianos alguna vez fueron para él. Pasó tanto tiempo creyendo que solo servía para herir y traicionar, nunca lo disfrutó, pero tampoco encontró otra forma de ser, aunque haya sido amado por su madre, por su pueblo, por su hermano...

Acomodó sus cabellos y miró los números en el tempad, sus dedos picaban por presionar el interruptor e ir a ese lugar, a ese momento. Pero una nueva moral tomaba control de él; podría ocasionar más líneas nexus.

La imagen de Sylvie vino a su mente, aquella traición fue como verse en un espejo; él mismo traicionando a todos. Pero ese beso se sintió como la aceptación de lo que era; un ser que no confiaba, y en el que no se podía confiar. El dios de la mentira.

Se sentó en la cama y miró a la ciudad dorada de TVA desde la ventana, un mundo burocrático de seres que nunca supieron de donde vinieron y estaban hasta el cuello de mentiras. Morbius no lo reconocía, mucho menos la cazadora B-15. En cierto punto pensó en restaurarse a su línea temporal, a recibir el castigo por sus malas acciones, pero ya nada tenía sentido. El orden que alguna vez hubo, estaba roto y era un caos en todos sentidos. Por más que la TVA lo intentara, nada podría reparar el descontrol.

Así que una línea nexus más no debería ser problema.

Podría ir y volver en un segundo, podría seguir con esa nueva vida en la que ayudaba al universo. Lo había pensado tantas veces, aún no parecía correcto, pero necesitaba conectar con algo que pensaba ya estaba muerto.

Luego de lo que parecieron horas, presionó el botón y la puerta temporal se desplegó ante él. Ingresó con los ojos cerrados y conteniendo la respiración. Pronto escuchó el canto de las aves y el sonido de una cascada a lo lejos. Cuando se atrevió a ver a su alrededor, el color dorado casi hirió sus ojos; todo era más brillante de lo que recordaba, el resplandor del palacio lo encegueció.