Al final decidí quedarme el resto de vacaciones con los Weasleys. Sólo pisé mi casa para recoger mi baúl, ni para decir adiós a mis padres, si es que son mis padres de verdad, creo que soy adoptada, pero no he hablado con nadie sobre mis sospechas, nadie me entendería.
Me desperté la primera, ir a Hogwarts siempre me causa muchos nervios. Se sentía en el ambiente la tristeza del fin de las vacaciones, aunque yo no estaba triste, Hogwarts es como mi casa, y además, al ir a Hogwarts tendría una oportunidad de ver a Dobby por fin... Me lleva gustando muchos años, desde que oí a Malfoy en 1er año decir que tenía un elfo doméstico llamado Dobby, indagué un poco y pues, se podría decir que me enamoré, es verdad que no lo conozco, pero el amor no tiene barreras.
Harry me sacó de mis pensamientos, está bajando con una cara de zombi increíble, poco después le siguieron Ron, Fred y George. El desayuno transcurrió con facilidad, hasta que Molly bajó gritando.
-¿Arthur- llamó a su madre - ¡Arthur! ¡Mensaje urgente del Ministerio!
Anda que raro, después del ataque en el mundial, el mundo mágico ha estado super tenso. El señor weasley pasó, empujandonos a todos, con la túnica puesta del revés . Cuando entré de nuevo a la cocina, la señora Weasley estaba buscando algo, por los cajones, a savere que está buscando, esta familia es una familia de locos, os lo juro. Pero eso no es lo que mas me sorprendió, lo mas sorprendente fue ver al señor Weasley inclinado sobre el fuego, hablando con... No puede ser, esto es una coña muuuuyy mala. Estaba hablando con algo que se parecía a un enorme huevo con barba, la cabeza de Amos Diggory se encontraba en medio de las llamas. Hablaba muy deprisa,por lo que se me hacía bastante dificil cotillear...
. -... Los vecinos muggles oyeron explosiones y gritos, y por eso llamaron a esos... ¿cómo los llaman...?, «pocresías». Arthur, tienes que ir para allá...
-¡Aquí está! -Interrumpió la señora Weasley, poniendo en las manos de su marido un pedazo de pergamino, un tarro de tinta y una pluma estrujada.
-... Ha sido una suerte que yo me enterara -continuó la cabeza del señor Diggory-. Tenía que ir temprano a la oficina para enviar un par de lechuzas, y encontré a todos los del Uso Indebido de la Magia que salían pitando. ¡Si Rita Skeeter se entera de esto, Arthur...!
-¿Qué dice Ojoloco que sucedió? -preguntó el señor Weasley, que abrió el tarro de tinta, mojó la pluma y se dispuso a tomar notas.Que atento, a veces se me quitan las ganas de ser Auror con solo ver la paranoia en la que están constantemente, demasiado trabajo para mi.
La cabeza del señor Diggory puso cara de resignación. -Dice que oyó a un intruso en el patio de su casa. Dice que se acercaba sigilosamente a la casa, pero que los contenedores de basura lo cogieron por sorpresa. Oh, vaya, tengo un mal presentimiento, vale que han sido ''ruidos'' y todo eso, pero, Ojo loco no es tan paranoico, es de los mejores Aurores en este siglo, si no el mejor, no se emparayonaría por esta gilipollez, esto pinta muy mal, a ver si se dan cuenta.
-¿Qué hicieron los contenedores de basura? -inquirió el señor Weasley, escribiendo como loco.
-Por lo que sé, hicieron un ruido estruendoso y prendieron fuego a la basura por todas partes -explicó el señor Diggory-. Parece ser que uno de los contenedores todavía andaba por allí cuando llegaron los «pocresías»-
El señor Weasley emitió un gruñido. -¿Y el intruso?
-Ya conoces a Ojoloco, Arthur -dijo la cabeza del señor Diggory, volviendo a poner cara de resignación-. ¿Que alguien se acercó al patio de su casa en medio de la noche? Me parece más probable que fuera un gato asustado que anduviera por allí cubierto de mondas de patata. Pero, si los del Uso Indebido de la Magia le echan las manos encima a Ojoloco, se la ha cargado. Piensa en su expediente. Tenemos que librarlo acusándolo de alguna cosa de poca monta, algo relacionado con tu departamento. ¿Qué tal lo de los contenedores que han explotado?- Si, y una polla, este no conoce a Ojoloco en verdad, pero que pila de gilipolleces, me estoy empezando a enfadar bastante con este señor, pesado.
-Sería una buena precaución -repuso el señor Weasley, con el entrecejo fruncido y sin dejar de escribir a toda velocidad-. ¿Ojoloco no usó la varita? ¿No atacó realmente a nadie? - Dijo el señor Weasley
-Apuesto a que saltó de la cama y comenzó a echar maleficios contra todo lo que tenía a su alcance desde la ventana -contestó el señor Diggory-, pero les costará trabajo demostrarlo, porque no hay heridos.
-Bien, ahora voy -dijo el señor Weasley. Se metió en el bolsillo el pergamino con las notas que había tomado y volvió a salir a toda prisa de la cocina.
Como ya no había conversaciones que pudiera escuchar indirectamente, me fuí a mi cuarto, bueno al cuarto que compartía con Ginny y Hermione. Solo necesitaba un tiempo a solas. Cuando llegué a mi cuarto, saqué de mi baúl una cajita roja, decorada con corazones, ahí es donde guardaba todos mis recortes sobre dobby. Coleccionaba fotos en las que salía con Harry, o con los otros. Ojalá haberle llegado a conocer. Siempre nos imagino viviendo en una casita junto a un lago, lejos de todo el mundo muggle, disfrutando del atardecer. El contándome bromas para hacerme reír, ayyy... ojalá se haga realidad.
Finalmente, guardé la cajita de nuevo en el baúl, sintiendo una mezcla de nostalgia y esperanza. A pesar de tener que volver al colegio, sigo con esperanzas de algún día encontrarme con él y enamorarnos... Pero bueno está bien soñar de vez en cuando.
Tras unos minutos de relajación oí a la señora Weasley desde abajo intentando pedir unos taxis para poder ir a la estación, pobre señora, tiene que estar super estresada.
-Arthur intentó que el Ministerio nos dejará unos coches -le susurró a Harry la señora Weasley en el jardín de delante de la casa, mientras 111 observaban cómo los taxistas cargaban los baúles -. Pero no había ninguno libre... Éstos no parecen estar muy contentos, ¿verdad?
Pobre Harry, no quiso decirle a la señora Weasley que los taxistas muggles no acostumbraban transportar lechuzas nerviosas, y Pigwidgeon estaba armando un lío inaguantable. Por otro lado, no se pusieron precisamente más contentos cuando unas cuantas bengalas fabulosas del doctor Filibuster, que prendían con la humedad, se cayeron inesperadamente del baúl de Fred al abrirse de golpe.A parte de que Crookshanks se asustó con las bengalas eintentó subirse encima de uno de los taxistas, le clavó las uñas en la pierna, y éste se sobresaltó y gritó de dolor. Menudo viajecito les vamos a dar.
El viaje resultó muy incómodo porque iban apretujados en la parte de atrás con los baúles. Crookshanks tardó un rato en recuperarse del susto de las bengalas, y para cuando entraron en Londres, Harry, Ron y Hermione estaban llenos de arañazos, a mi parece que me tuvo piedad el gato, o le caigo bien supongo. De todas formas es un alivio no estar cubierta de arañazos. Fue un alivio llegar a King 's Cross, aunque la lluvia caía aún con más fuerza y nos calamos completamente al cruzar la calle en dirección a la estación, llevando los baúles. Menudas pintas llevábamos..
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Dobby y Tú
FanficEstás buscando una historia sobre cómo en elfo doméstico y una media elfina se enamoran, pues querido lector esta puede que sea tu historia. Este libro es un romance entre dobby y ____. No actualizo muy reciente, por lo que os pido paciencia :) Sin...