Dedicado a Jetblacklola
Parte 2:
Esperamos casi una hora sentados en la banca, esperando que ambos llegaran, pero ya sabíamos que había sido una trampa, al menos yo ya lo tenía claro. Gerard amaba conversar sobre comics y música, pero también de cosas como historias místicas y de otras culturas. Cuando nos levantamos de la banca para poder ir a una tienda de discos dos cuadras más allá, él comenzó a hablar sobre una leyenda china llamada "El hilo rojo", yo reí y le comenté sobre mi escepticismo, a él no le pareció importarle y decidió contármela con alevosía, al parecer le entusiasmaba mucho esta leyenda.
"La leyenda afirma que aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse... pero nunca romperse" Cito al parecer una descripción que había memorizado con exactitud. Pero aún así lo encontraba tonto ¿Era posible encontrarte con tu alma gemela tan fácilmente? Somos más de siete billones de personas en el mundo y encontrar entre siete billones de opciones me parecía una leyenda falsa, compleja y utópica. Pero él hablaba de ella con tanto entusiasmo, tanto así que pude notar el brillo en sus ojos y la desesperación porqué el tema no terminará, así que para no desanimarlo le cuestioné muchas cosas y él me las discutía con el mismo entusiasmo.
Mientras la charla crecía, decidimos distro cercana al lugar. Me hablaba de que siempre iba y yo le explicaba que cómo era posible no habernos encontrado alguna vez en ese lugar, Nueva Jersey no era un lugar muy grande y eran poca las tiendas con buena música para no habernos encontrado nunca. Nuestros gustos eran similares, pero él decía amar a Bowie, de hecho, me comentó sobre algunos retratos de había pintado de él caricaturizándolo.
En medio de tantos discos comenzamos a apreciar los vinilos de algunos grupos, sus caratulas, los precios, las canciones que habían decidido poner para aquellos llamados "Grandes éxitos" y me detuve a apreciar a Gerard, como sus ojos brillaban con cada long play que me mostraba, explicándome siempre una historia detrás de éstos. En ese preciso momento fue que encontró un grande éxito de Misfits, la banda que escuchábamos hace un rato sentados en la banca de la plaza, él me miró y comenzó a hablarme sobre las maravillosas historias de terror detrás de las letras de está banda y la verdad es que yo sólo lo escuchaba, ya que ésta era mi banda favorita, y esto era otra cosa que hacía crecer mi loco enamoramiento adolescente hacía Gerard. Estaba fascinado hablándome sobre la maravillosa y potente voz de Michael Graves cuando por mi mente pasaron sus palabras "... no tiene que ser para siempre", bombardeo mi cabeza en el mismo momento en que los labios de Gerard se movían en cámara lente y la música de The Doors se perdía con el ruido de la calle.
¿Sería capaz de atreverme? Olvidaría a mi novia por ese momento y haría que ese "para siempre" sólo fuese un momento, porqué en toda la tarde mis pensamientos sólo habían sido como tocar los labios de él sin sentirme culpable en el intento.
Entonces me atreví antes de que dijera la siguiente palabra tomé su rostro entre mis manos y sin pensar, sólo enamorándome más del brillo en sus ojos esmeraldas me acerqué a él y lo bese sin consentimiento, esperando un empujón de su parte pero no fue así, pude notar como sus parpados cayeron lentamente junto a sus brazos, los cuales descansaron al costado de su cuerpo. El beso fue lente, preciso y romántico, nuestras respiraciones se sentían igual de agitadas y el olor mente sobre su arco de cupido me hizo suspirar entre un corto pero perfecto beso.
Comprendí con ese beso que de verdad había algo que nos mantenía entrelazados, unidos, algo completamente invisible que me hacía no querer parar, olvidarme de las miradas del mundo y de ella.
[...]
- Frank - escuché a lo lejos - ¡Frank! - volteé a mirarla y ella levantó sus cejas en forma de pregunta -. Te pregunté sí te gusta esta cuna o no - mi mirada fue directamente a una cuna pequeña, rosada y con ondas bancas en sus esquinas.
- Sí, claro cariño, está bien - sonreí.
- ¿Te sucede algo? Estás extraño desde que entramos a la tienda
- Nada, nada - reí nervioso, rasqué mi nuca y la miré a sus ojos tan oscuros como las aceitunas -. Sólo recuerdos, aquí compraba mis vinilos y ya sabes, ver todo esto convertido en una tienda para bebés me causa algo de ¿nostalgia? - ella rodó sus ojos para luego voltear a observar la cuna de mejorar manera.
Su molestia era entendible, desde el momento en que pise la tienda mi mente había viajado hasta aquellos recuerdos junto a Gerard, mi cobardía por no terminar una relación que hoy sólo se mantenía viva por el embarazo de Jamia, y la nostalgia de saber que en ese mismo lugar, justo donde estaba la cuna que conciliaría el sueño a mi hija, ahí, había besado a Gerard por primera y última vez.
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Hilo Rojo
FanfictionOtro One shot más, pero si lo terminaré. Dedicado a mi Quinny <3