1 9: "Si así gustas y así quieres".

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Los temblores en su cuerpo blanco se marcaban, por el frío de la noche que a su lado estaba transcurriendo, y a pesar de eso, prefería mil veces aquel ambiente, que tener que molestar a quien entre sábanas blancas, y sobre un colchón que sobre una alfombra peluda posaba; aún joven y de cabellera rubia suspiraba dormido. No quería despertar a su hermoso ángel, aunque, la decisión no era algo que estuviera en sus manos, porque el ángel aún así despertó.

Unas manos cálidas se apegaban con cuidado a la camisa negra, que al abdomen del peliazul marcaba ligeramente. Dándole así irónicamente un susto, pero en segundos una inmensa paz, gracias a esas manos que terminaron por traer algo de culpa a su cabeza finalmente.

─Te desperté─ sentenció con algo de decepción propia el chico, mientras una cabellera rubia se asomaba tímidamente sobre un hombro.

Una pequeña mesa de madera estaba en un rincón de la habitación, con una lámpara de mesita para noche, que alumbraba vagamente la cantidad de papeles y lapiceras, que normalmente llenaban la mochila escolar del menor. De nuevo, y como mala costumbre, el peliazul se trasnochaba para estudiar.

─No, no me despertaste─ respondió con calma el rubio, aún bostezando y apartándose con cuidado de la espalda del chico ─Aunque esa lámpara ridícula molestaría menos, con un foco de luz menos brillante─.

─Sí, perdón, no quería despertarte─ contagiado por el bostezo, el peliazul imitó dicha acción, y posteriormente cerró el libro que leía ─Pero puedes ir a acostarte tranquilo. No tiene caso; no pienso continuar─.

─Tienes un examen, y a último momento estudias, no me jodas, ¿piensas llevarte una materia a pocos días de empezar el año?─.

─No me la llevo como tal, solo... obtengo un mal promedio, pero no es algo que estudiando para la próxima no se pueda arreglar─.

─A ver...─ el rubio se puso a un lado del peliazul, y tomó su silla, indicándole que se levantara ─Mueve el culo─.

─¿Qué harás?, ¿piensas desvelarte ayudándome a estudiar?─.

─Cierra el pico y muévete, no leeré de pie─.

─Bien─ el peliazul se levantó de la silla, y esta rápidamente fue ocupada por el rubio, quien posteriormente apartó un poco la mesa respecto a su cintura, y luego manteniendo la vista enfocada en el libro de la mesa, palmeó tres veces su muslo izquierdo.

─Siéntate─ dictó el moreno, con un tono algo autoritario pero no por ello, poco calmado al hablar.

─Haha, como digas─ y el peliazul obedeció; intentando no dejar ver su sonrisa pícara.

Las páginas del libro eran leídas con cuidado por el rubio, quien con una mano las daba vuelta, y con la otra mantenía al peliazul aún en equilibrio, para no caerse tras estar rato sentado sobre sus piernas.

─En efecto, es un libro─.

─Muy bien, profesor, ¿pero me podría dar un diez solo por leerlo?─.

─Hoy no es miércoles de putas, espérate─.

─Ooouh─ con un puchero, el peliazul dejó escapar un par de risas.

─Ya, pero enserio, ¿qué mierda es esto?─.

─Un libro─.

─Sí, ¿pero de qué?, ¿historia o artes?─.

─Ambas, es para un examen sobre el renacimiento y algunas pinturas, pero debo poner datos históricos de muchas de ellas y aportar con algo de información, por cada pregunta que la vieja hija de puta haga─.

Superfluo -【Sally Face】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora