Lo Siento

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La vió en el comedor desde el pasillo y se quedó un rato admirando su belleza.
Había salido en busca de Dick para consultar algo sobre el último entrenamiento y al no encontrarlo se dirigió a la cocina, pero al toparse con la semidemonio, sólo pudo detenerse y observar. La sonrisa provocada por aquella tierna escena fue una de las más sinceras que había soltado en toda su vida. El verla así, tan manchada de harina y con un ceño fruncido por la confusión, sintió en él una sensación de paz inefable. Incluso se permitió a sí mismo imaginar los momentos más dulces, él junto a ella, abrazándola, besándola, diciéndole lo mucho que la amaba y escuchando su dulce risa mientras se perdía en sus adorables facciones.
En ese preciso instante, solo deseó poder hacer todo aquello.
Al salir del trance provocado por Rachel, el peliverde tomó la iniciativa y salió de su escondite.
- ¿Cocinabas?- dijo Gar acercándose alegre mientras tomaba su celular y lo dejaba sobre la mesa.
Al escuchar su voz, la menor levantó la cabeza de su celular con sorpresa. Se sumergió tanto en la receta que olvidó que no estaba sola en la torre.
Los demás habían tomado la tarea de detener un robo, pero decidieron dejar a los adolescentes, Dawn y Rose para cuidar del edificio. Volverían esa misma tarde, por lo que se le había ocurrido la idea de recibirlos con algo. Después de su regreso de Temiscira, sentía que debía de compensar de algún modo el haberse ido, especialmente al metamorfo.
Rió y luego lo observó curiosa. - ¿Cómo sabes?-
- No lo sé, tal vez fue intuición o...- Se detuvo para tocar de manera suave y rápida la nariz de la chica con su dedo y mostrárselo. - ...tal vez por este detallito-.
Ella abrió la boca en un gesto de indignación para finalmente sonreír con complicidad.
- Quise preparar algo para levantar un poco los ánimos, pero creo que no soy muy hábil ni siquiera con la receta- explicó apenada.
- Si todos te vieran así de decorada, estoy seguro de que sería más que suficiente-
Rachel levantó una ceja amenazando al mayor de manera juguetona, como diciendo entre líneas "no debiste decir eso".
- No me mires así, tengo razón. Pareces un payaso solo te falta la nariz- dijo haciendo un gesto sobre su nariz a modo de apretón con un gracioso amague de falsa corneta. - Pero podrías estar... mejor maquillada- y con sus manos le lanzó un poco de harina.
Rachel tomó aire sorprendida para imitar su acción y depositarla en sus verdes cabellos.
- ¿Así?- Con esa corta y traviesa pregunta, inició la guerra.
Ambos empezaron a arrojarse harina mientras reían y gritaban, tomando todo lo que encontrarán en el bowl o el paquete y soplándosela el uno al otro hasta quedar blancos cual muñeco de nieve.
Entonces Rachel paró y observó el tarro casi vacío.
- No, espera. Nos estamos quedando sin harina- susurró y, acto seguido, volteó en dirección a Gar y lo observó reír con un "ups", escapando de sus labios.
Después de un rato, se miraron a los ojos y Gar sintió una nostalgia impredecible.
- Había olvidado cuánto te extrañé, Rach-
Esas solas palabras le ablandaron el corazón y sintió un calor en el pecho que solo esas palabras habían provocado.
- Y yo a tí... Extrañé todos estos momentos contigo, a Dick, a Kory, a- continuó alegre gastas que escuchó la frase más impactante que jamás había oído de él.
- En verdad no te gusto, no?- soltó el chico bajando la cabeza con una sonrisa que no pudo identificar si se trataba de tristeza o incomodidad.
El solo escuchar aquello, alcanzó para dejarla paralizada, preguntándose si lo que acaba de escuchar era lo que suponía.
Con la boca abierta de la sorpresa trató de formular una frase, pero nuevamente la interrumpieron.
- Yo...-
- Y sé que no lo sientes, sé que en realidad no es lo que me gustaría que fuera... aghhh lo siento- bajó la cabeza vencido por el momento. Suspiró y luego prosiguió.
- Tú sabes que no soy experto en... bueno, en absolutamente nada, pero creo poder entender que si la chica que amo me evita de esa manera, supongo que significa que ni siquiera le gusto de regreso-
Rachel trató de formular nuevamente, pero una vez más recibió una respuesta antes de terminar.
-Entonces yo... te-
- ¿Me gustas? Pues sí. Al parecer no podemos elegir de quien enamorarnos-
Frustrado y tratando de buscar las palabras, Gar pasó sus manos por su nuca con frustración mientras escuchaba a su amiga tomando asiento junto a él.
- ¿Entonces tú me amas?- Se sintió estúpida en ese momento. Sin saber qué decir, preguntando una y otra vez lo mismo, buscando otra respuesta, pensando que sería su imaginación. Y es que, ¿cómo podría una persona como él estar enamorado de una persona como lo era ella? Si lo había lastimado tantas veces mientras que lo único que el chico hizo desde que se conocieron fue ayudarla, apoyarla.
- Mierda, en verdad lo cagué todo, ¿no es así?- murmuró el peliverde más para sí mismo que para ella. Pudo notar un dolor creciente en su pecho, que se incrementaba a cada segundo que pasaba. Quería llorar, pero no lo haría.
Al ver que lo único que pudo decir fue un pequeño "oh", decidió tratar de enmendar algo de lo que acababa de confesar, aunque el daño ya fuera irreparable.
- No te estoy pidiendo que me ames, ¿ok? Eso sería demasiado y lo tengo muy en claro. Sólo... necesitaba decirlo de una buena vez- soltó notando como su voz empezaba a quebrarse por aquella agonía interna que sentía.
Los sentimientos de ella no diferían muchos d e los suyos. Se sentía egoísta y miserable, también quería llorar. Jamás nadie le había dicho aquello, ni tampoco le habían dicho lo duro que sería rechazar a alguien. Se sintió como un monstruo, el monstruo que ya sabía que era, pero peor.
- Yo... no puedo amarte de la manera en que tú lo haces, quisiera hacerlo, pero no lo siento. Créeme por favor cuando te digo que si pudiera elegir si hacerlo o no, elegiría amarte de esa manera- Esas fueron las primeras palabras que en realidad pudo formular y quiso pensar qué tal vez eso lo haría sentir mejor, pero supo que Noé es así.
Se acomodó en su asiento y luego volvió a acercarse para susurrarle un suave y desolado "lo sé". Se observaron por unos instantes y ella distinguió una mirada mal disimulada en dirección a sus labios. Gar la quería besar y sabía que no debía, pero aún así no podía olvidarla de un momento al otro.
La semidemonio ya no pudo aguantar y notó como las lágrimas empezaban a correr por sus mejillas. No entendía qué estaba mal con ELLA. Ella lo rechazó. Rechazó a la única persona que jamás la abandonó. Se odió a sí misma, se sintió cruel por no corresponderle.
Al ver esto, el mayor apartó la cabeza para el otro lado bruscamente y se tiró para atrás en su silla, castigándose mentalmente por ello.
Y como si le hubiera leído los pensamientos a la fémina, la trató de consolar diciendo:
- No es tu culpa, Rach-
Y finalmente lo pudo escuchar llorar. Frente a ella, él se quebró. Frente a ella, él expuso todo. Estaban realmente lastimados, pero ella sintió la necesidad de tomarlo entre sus brazos, esperando que la apartara. Aunque no la envolvió en los suyos, no la alejó, sino que sollozó en su hombro y dejó a sí mismo vía libre para soltar todo.
Gar la amaba, pero Rachel no a él y por mucho que le doliera, eso no cambiaría.

One Shots Garchel/BBRaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora