-Elizabeth, bastante bien que se te da ignorarme las llamadas luego de siete años. Además, ¿no es loco que tenga que exponerme ante el FBI por ti?
Tras la finalización del instituto ella escapó lejos de él con una sola finalidad; alejarse de su burb...
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"No eres la única que tiene problemas.
Ambos los tenemos.
¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"
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📍 Philadelphia , PA
Betty se despertó para ver como Jughead estaba pasando un brazo por sus hijos, los tres dormidos. Sonrió mientras se levantaba con cuidado y caminó fuera de la habitación. Ya no sabía que más hacer, estaba totalmente aburrida pero esa también había sido su idea; había que proteger a los niños.
—Te despertaste—soltó Jughead quien lo había hecho con la rubia.
—Siento por despertarte —habló mientras Jughead se acercaba para besar sus labios—¿Estás bien?
—Pues estoy contigo.
—Suenas tan romántico—soltó divertida mientras Betty se dejaba besar por los labios sonriente de él.
—Lo sé—aseguró separándose.
—Ven—esta se levantó y tomó la mano de Jughead para caminar hasta el baño.
—¿Qué haces?
—Quítate la camisa—soltó esta.
—Betts—murmuró.
—Sh—lo cayó mientras cerraba la puerta y lo veía quitarse la remera. Abrió un cajón para tomar las cosas y las dejó un lado.—No quiero que hables—soltó divertida mientras que abría el agua tibia y mojaba su rostro, luego aplicó crema de afeitar donde estaban los vellos gruesos. Hizo espuma en círculos por el mentón, barbilla y mejillas.
—¿Recuerdas cuando me afeitaste la primera vez? Me cortaste un pedazo de labio.
Esta soltó una risa melancólica mientras dejaba reposar la espuma y pasó su mano por el cabello de él, tirándolo hacia atrás pero lo dejó de hacer para tomar la rasuradora.—Por favor, quédate quieto.—Razuraba contra el crecimiento del vello y dejaba los restos de vellos sobre la lavabo y con precausión siguió haciendo eso por todo el rostro. —Levanta la cabeza—y esta comenzó a moverse para no cortarlo en el cuello. —Va, enjúagate—soltó mientras se sentaba sobre la mesada del baño y Jughead quitaba lo de su cara con agua fría, y para cuando levantó su cabeza la rubia le tendía la toalla.
—Gracias—soltó mientras Betty colocaba la loción en sus manos y daba pequeños toques delicados.
—No lo sé pero tienes un aroma estupendo—presumió.—¿Puedo acomodarte el cabello?
—Es algo que haces increíble.
—Siempre fui tu peluquera favorita—soltó mientras Jughead se acercaba a esta, colocándose entre las piernas y ella tomaba mechones para ir cortando lentamente.
