Come home ღ kookmin. [oneshot]

único.

JungKook se encontraba respirando los aires de Busan, hacia casi dos años que no pisaba su ciudad natal, las cosas habían cambiado pero no de forma drástica, sino, los pequeños cambios sutiles que se dan con el tiempo, por ejemplo, el color de esa pequeña cafetería ahora era de colores verdosos muy elegantes cuando hace unos años era de color pistacho. 

Toma un sorbo de su capuchino mientras mira por la ventana, tenía tanto miedo y tantas ganas de verlo. 

—Hey, tranquilo.— Le dice YoonGi, su amigo el cual se encontraba frente a él.

—Yo creo que esto ha sido mala idea.— murmura el ahora pelirrojo mientras desviaba la mirada de su amigo.

—Nunca es mala idea volver a tu hogar, y si hablas de buscar a ese chico. —Hace una pausa.— Aun si es mala idea sabes que estaré contigo.— dice para darle un pequeño golpe en el hombro mientras le hace pequeñas cosquillas. 

El pelirrojo comienza a reír con ganas mientras se queja por las cosquillas en su cuerpo, sentía que explotaría y su risa comenzó a hacerse más fuerte llamando la atención de los comensales, entonces suena la campanilla del local avisando que una nueva persona había entrado, entonces lo ve, Park HoSeok, el hermano mayor de Jimin. JungKook se queda estático y con la mirada perdida. 

—¿Estas bien?— Pregunta YoonGi cuando ve palidecer al pelirrojo. 

—Es... es el hermano de JiMin.— susurra. 

—Ve, pregúntale sobre el enano. —anima YoonGi. —Anda, anda.

JungKook se pone de pie sorprendentemente rápido pero sus pasos son lentos, las piernas le tiemblan ligeramente y su pulso le taladra los odios, ¿Jimin vendrá con él? ¿Estará esperando en el auto rojo que solía tener Hoseok mientras subía sus piecitos al tablero como solía hacerlo? HoSeok se encontraba vestido con una gabardina negra oscura, el invierno se encontraba en pleno auge y las temperaturas eran bastante frías. 

—¿JungKook?— dice el castaño mientras sale de la fila en la que se encontraba para pedir un café.

—Hyung, tanto tiempo.— saluda el pelirrojo con las mejillas sonrojadas. 

—¿Vienes de visita? Hacia mucho que no te veía. — responde con una sonrisa triste, los ojos de HoSeok siempre eran brillosos y llenos de vida, pero hoy, hoy se veían distintos. Quizá era por el clima frío, eso usualmente hace ver deprimente a las personas. 

—Vine por JiMin.— Confiesa sin más el menor, entonces HoSeok no puede evitarlo más y de sus ojos recorren lágrimas que caen por su perfilado rostro. JungKook no sabe que es lo que sucede entonces, escuchó aquello que jamás iba a olvidar. Aquello que lo rompió y le cambió la vida para siempre.

—JiMin está muerto.

[...]

Eran aún muy jóvenes cuando JiMin y JungKook se conocieron, unos pequeños niños que se divertían jugando por las tardes calurosas de verano, corriendo de aquí para allá disfrutando de los sutiles placeres de la vida, cosas de las cuales no se daban cuenta debido a su corta edad, pero ahora, eran los pensamientos que mayormente predominaban en la mente del más alto.