Pluma negra

Capítulo 1

De nuevo, me enviaban a la Tierra.
Esta vez me tocaba con una joven con el nombre de Mayra. Por entonces, solo para visitarla.

Siempre me había gustado observar de cerca a los humanos. Verlos deleitarse en el sabor de una tajada de melón maduro, a las ancianas tejiendo con la mayor paciencia y dedicación, las tímidas miradas entre quienes ignoran que se aman, las caricias de dos enamorados... Era mi manera de matar la nostalgia.
"Qué le gustará hacer a esta chica?" me preguntaba.

Tenía curiosidad por verla.
Entré por la ventana de su cuarto como una brisa fresca y repentina que acaricia las cortinas, y me encontré con una habitación de colores cálidos y estanterías llenas de libros y cuadernos.
Allí estaba ella. Dormía plácidamente, emergida en un mundo de sueños. Contemplé como llacian sobre las sábanas los rizos castaños de su cabello y guardé silencio en mis pensamientos para escuchar atentamente tan profunda respiración.

Cubrí cuidadosamente con la sábana su piel fría, mientras grababa en mi alma cómo la Luna se derretía sobre ella.
Oh cómo anhelaba sentir frío o calor! Cómo anhelaba verme vencido por Morfeo!

"Yo ya he vivido mucho, demasiado..." pensaba mientras me asomaba a la ventana "pero... extraño las sensaciones con las que nos obsequia un cuerpo".
Miré al cielo estrellado y afiné el oido para escuchar el sigiloso vuelo de mis hermanos.

Ya había amanecido cuando escuché su bostezo. Se desperezó y sonriendo, mostró sus expresivos ojos café. Y así, al minuto de salir del mundo de los sueños, tomó el cuaderno de su mesilla y comenzó a escribir.

'Sueño 31 de Abril:
Paseo por un bosque con árboles tan altos que rozan las nubes.
Algo me inquieta. Siento movimiento.
"Hay alguien ahí?" pregunto. Nadie responde, pero puedo sentirlo, alguien se acerca. Viene rápido hacia mí! Espero que algo aparezca por sorpresa! Estoy asustada!
De repente, me invade una calma inesperada. Es como si todo parase, salvo una pluma negra como el carbón que desciende meciéndose en el aire hasta tocar mis pies.
Miro al cielo esperando encontrar un cuervo o un mirlo, pero nada veo'.