Capítulo 6: Miyo misma

50 9 0
                                    

Era un milagro que hubiese salido con vida de la caída de los últimos nueve escalones. También, que no me hubiese pasado esto hace como tres pisos antes. Vivir en un cuarto cuando eres muy dada a llegar tarde y que el ascensor, la mayoría de las veces no funcione, no era una buena idea, pero ese era mi día a día. Llámalo mala suerte.

Cuando ya estaba fuera, me desoriente por un momento. Mis prisas no me hacían pensar con claridad. No tardé nada en acordarme como ir hacia el instituto. Bajé la rampa y corrí toda la calle para delante hasta llegar a la fuente del parque. Ahí me detuve unas milésimas de segundo antes de ver el reloj.

-¡Cinco minutos tarde!

Eso me hizo correr más, a mi pesar. Torcí a la izquierda de la fuente para salir del parque, dirección al instituto con mucha urgencia.

Notaba como la mochila me azotaba la espalda, y no era nada cómodo, pues me estaba clavando las anillas de un cuaderno. Probablemente fuese el de inglés, porque había una anilla que estaba rota... y pues me la estaba clavando.

Ya estaba pensando que moriría de cansancio en 5... 4... 3... 2..........1....

Me estampé contra la puerta del instituto que estaba cerrada, normal. Caí al suelo por el golpe. Creo que sonó, porque la conserje salió por la puerta para ver a qué se debía ese estruendo.

-Jaja, ¿estás bien? ¿Otra vez llegas tarde? Ya me imaginaba que eras tú, que siempre te estampas contra la puerta de esas prisas. Tendrías que probar a salir antes.

Aún estaba en el suelo aunque me incline para levantarme. Me hice sangre en la nariz. Lo sé, porque me restregué el brazo, y pues eso, que salía sangre. A mí no me hacía tanta gracia. Imagínate ahora que me desangro o algo...

-¿Tú qué crees?

Pongo el brazo delante del otro, para que viese la sangre, sentada sobre el suelo.

-Bueno, venga, pasa al baño, que ya le informo yo a tu profesor de tu retraso... de siempre... y de tu percance con la puerta.

Sonrio sin ánimos. Sé que me dijo eso de "retraso" en los dos sentidos. Me llevaba bien con la conserje, más que nada, porque era mi tía. La tía que más cerca vivía de mi casa, la más jovencita y con la que mejor me llevo. Ya sabía ella que SIEMPRE llego tarde a los sitios haga lo que haga... pero bueno, que respondo con cara de indignación mientras me chorreaba la nariz de la sangre. Mantengo mi cara de indignación hasta que llego al baño, donde la conserje no me podía ver.

Me lavé la cara mientras me miraba en el espejo. Me soné la nariz. Mi dolorida nariz. No entre en detalles como arreglarme el pelo, que con las prisas se me despeinó un poco...

¡Vamos! ¡Qué no te entretengas! ¡Qué tienes clase en el segundo piso!

Sí, es verdad... Creo que esa voz es mi conciencia pero no estoy muy segura. ¿Alguna vez la escuché? No lo sé... Si alguna vez me habló, yo no le hice mucho caso. Me parece extraño, ilógico, que te puedas hablar a ti misma dentro de tu cabeza... ¿Sería Miyo misma? Podría llamarlo así, o simplemente Miyo.

Subí las escaleras a la velocidad de la luz, pero aplicadas en la subida. Deseaba quitarme la odiosa mochila. Quitarme el alambre, que me atormentaba la espalda cada vez que daba un paso.

Al fin llegué. El segundo piso del primer módulo... enfrente del aula 16, donde daba matemáticas... ahora me paro a pensarlo: menuda miércoles de empezar el día... aunque en realidad... miércoles, jaja, ¿lo pillas conciencia?

Cállate y atraviesa la puerta de una maldita vez, que te demoras más en entrar que en llegar hasta aquí. El golpe no ha sido lo suficientemente fuerte para que las neuronas te empezasen a funcionar ¿verdad?

Bueno... No me lo creo. Podría ser bipolaridad, pero no me gusta como queda eso. Yo no soy bipolar y tampoco estoy tan ida para hacerme sentir mal yo solita.

Abro la puerta y me encuentro a mi profesor, mi tutor... si, mi tutor es el profe de matemáticas, es genial, ¿verdad?... mirándome con seriedad, aunque es un hombre majo, es bastante serio. No me dice nada, y me dirijo hacia mi sitio bajo la atenta mirada de mis compañeros. ¿Desde cuándo llamo tanto la atención? No me gusta que me miren así.

Between Life and DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora