Mi esposo, mi amante y mi puta YAOI [Terminada/ ANTI ROMÁNTICO]

Capítulo Penúltimo

Todo fue una mera mentira, Madara devoraba mi cuello mientras me proporciona un vaivén deliciosamente húmedo usando una mano. Frota su gran verga contra mi pierna e intenta fundirse con mi cuerpo. La ropa aún sigue en nosotros, solo nos quitamos los botones de la camisa, y el bajó la cremallera a su merced. Siento su cuerpo sobre el mío, y su ritmo aumentando, al igual que mis gemidos.

Lo que pasa entre nosotros se trata de morbo, sé que él solo busca sexo con hombres jóvenes, y que su dinero y regalos no me interesan. Tras llegar a su otra casa fuera de la cuidad, me dio unas llaves de un Penhouse cerca de la compañía, asimismo depositó una suma exagerada a mi cuenta de banco, dijo que saliera a pasear con Sasuke, y que comprara lo que deseará sin importar el costo.

Puede que acepte el Penthouse por unas semanas, pero no el dinero. Esto no se trata de tener sexo y que me pague, no soy un prostituto.

La pasamos bien sobre la cama King size, hemos bebido un poco, y nos espera una bañera lista para seguir cogiendo. Estamos de lado, él detrás de mí ingresnado su grande polla con velocidad, mientras me besa y pasa su legua por mi pezón. Estoy tan cerca de correrme en su mano, pues a parte de que me da duro, masturba y juega con mis genitales. Hacerlo con él es una experiencia exquisita, él sabe cómo me gusta, o más bien sabe que hacer con sus jóvenes amantes. Yo simplemente aprovecho de este tiempo con él porque es efímero, pues no pienso seguir con este amorío por mucho tiempo. Todo depende de lo qué pase con Shisui.

—La próxima semana quiero que me acompañes a Dubái, un poco de negocios y sexo delante de una grandiosa vista nos llevará a la otra vida. También quiero probar unos juguetes, ¿alguna vez has usado una barra espaciador? Tengo muchas de esas cosas especialmente guardas para ti —dice con un pezón en su boca.

—Veo que estás revelando tu verdadero color —esbozó una sonrisa de medio lado —. Por ahora termina, tengo mucha sed.

—¿Seguro que tienes sed? —preguntó con una pizca de malicia.

—Sí, ¿por qué preguntas?

—Ya verás...

Continuó con la embestida hasta que alcancé eyacular en su mano. Nos volvimos a besar morbosamente mientras él seguía embistiendo con más velocidad. Cuando al fin alcanzo el clímax sacó su enorme verga de mi ano y se levantó para ponerse de rodillas sobre mi pecho y comenzar a masturbarse hasta eyacular sobre mi rostro. Lo vi venir, y aún así, le permití que me llenará la cara de su salado y tibio semen.

—Si tienes sed, beberlo antes que se enfríe —dijo con su mirada puesta sobre mí.

Lentamente deslice las manos por su pelvis hasta sus piernas. Este hombre se asemeja a un gladiador violento. Su cuerpo escultural y su grande verga es mucho que tomar. Cumplí con su fantasía, saqué la lengua y comí lo que cayó cerca de mi boca, no solo lo hacía para darle satisfacción, también lo hacía por mí, porque así lo deseaba.