Viekilig

2. Otra noche, otra dama

playlist
havana ─ Camila Cabello ft. Young Thug,
dancing with the devil ─ Demi Lovato,
midnight sky ─ Miley Cyrus.

OTRA NOCHE, OTRA DAMA
EN BUSCA DE SOCORRO

         Era nuevo allí, todo resultaba desconocido pero todos los locales a los que iba tenían algo en común; alcohol, demasiado como para dar de beber a una ciudad completa. Dios había convertido el agua en vino, y los humanos siguiendo su ejemplo, hacían lo mismo. Las miradas no eran muchas pero serían suficientes para considerar que llamaba la atención de mujeres y hombres en ese lugar, demasiado atractivo como para ser ignorado, demasiado peligroso como para acercársele. Echó hacia atrás los mechones ondulados de cabello que caían por su frente, su pelo empezaba a crecer de manera abundante, pero no le disgustaba.

         Le agradaba el ambiente de allí, en algunos lados la iluminación era tenue para dar cierta especie de "privacidad" y "tranquilidad" mientras en otros las luces parpadeaban brillosas para cubrir a las personas que bailaban alocadas, la mayoría eran personas de plástico que criticaban en las sombras, acallando sus gritos de envidia y acercándose con una sonrisa falsa para tratar de obtener prestigio en la desvergonzada sociedad. Esa noche se encontraba en una discoteca de la gran ciudad refinada, alejada de los plebeyos que rogaban estatus o arañaban por el pan de cada día, arrastrando pesadas horas de trabajo en su espalda curva para mantener a una familia numerosa, estaba rodeado de los que miraban desde arriba con asco a la clase humilde, porque el mundo se manejaba por una jerarquía clasista y narcisista. Menuda mierda, pensó, para sobresalir debes obtener dinero, sino te quedas como uno más del montón.

         Ahí entre esas paredes es donde los adolescentes más hormonales gastaban su dineral en tragos de marca y lujosos asientos de cuero blanco, podría confundirse fácilmente con un hombre de la alta sociedad, camuflándose entre los ricachones con su pantalón oscuro y sus zapatos chukka negros, era tan elegante como beber vino con la reina Isabel segunda en el infierno.

         ── Dame lo más fuerte que tengas. ── Alzó su voz al bartender del lugar, para que pudiera escucharlo claramente sobre la alta música.

         ── ¡De acuerdo! ── Fue la respuesta animada que recibió, junto con un asentimiento incluido por parte de aquel muchacho que aparentaba ser demasiado joven como para trabajar atendiendo allí, y si lo fuera, no lo juzgaría, pues él mismo tuvo que luchar desde mozo para conseguir su propia comida.

         Esperando su trago se dedicó a examinar el entorno, encontrándose con lo evidente: jóvenes borrachos disfrutando del exceso, seguramente gastando la pesada fortuna que gozaban sus padres y que con esfuerzo habían levantado, pero a ellos esa noche no les importaba eso, la derrocharían sólo para mostrar que podían. Era más tranquilo que los prostíbulos a los que estaba acostumbrado a frecuentar, pero no quitaba que la locura reinara en el lugar, debía abandonar la barra esa noche si quería toparse con algo decente para probar, no deseaba a jovencitas con ganas de un romance juvenil de película atrás de su culo, las vírgenes nunca fueron lo suyo ya que demandaban más tiempo de palabrería, pero parecían ser las únicas a la vista, era evidente entonces; debía ir a buscar su presa.

         ── Aquí tiene, ── Llamó su atención el chico al que antes le había dado su orden. ── Vodka Skyy. ── Puso un vaso de tamaño considerable delante de él y luego dió un paso hacia atrás para seguir con su trabajo hasta que escuchó un bufido de disgusto. Se  giró, topándose de frente nuevamente con aquel hombre, le preguntó: ── ¿Sucede algo, señor? ── No pudo evitar levantar su mirada incrédula ante la inquietud del mesero, frunciendo su ceño se acercó unos centímetros más sobre la barra al que parecía ser un mancebo.