Capítulo 1

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El comienzo


Era una fría mañana de otoño, sonó el despertador de Sara, sacó la mano de la manta, bostezó y salió de la cama dando un salto.
Se vistió rápidamente, preparó la mochila y bajó por la barandilla de las escaleras. Fue a la cocina y vio a su madre que le estaba preparando el desayuno.

Sara: Buenos días mamá - Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Rosa: Buenos días cariño, siéntate a desayunar.

Apareció su padre con una taza de café y con un montón de papeles en la mano, dejó los papeles en la mesa y se fue a saludar a su mujer, a Sara le picaba demasiado la curiosidad de saber que es lo que hay en esos papeles, a si que los cogió y se puso a leerlos, era sobre la construcción de una empresa nueva y bastante rara.

El padre se acercó a Sara y le dijo:

Juán: ¿Te gustan los planos?.

Sara: Claro, pero... ¿De qué son?.

Juán: Son de una empresa nueva.

Sara: De eso ya me he dado cuenta, pero... ¿De cuál?.

Juán: Todavía no lo sé, pero cuando me enteré serás la primera persona en saberlo.

Tres cuartos de hora más tarde Sara salió a por el autobús, cogió la mochila, las llaves de la casa y se marchó. Cuando estaba andando se encontró con su mejor amiga Rocío saliendo de su casa y fueron juntas al autobús.
Ya llegaban muy tarde al instituto, se pusieron a correr, subieron al bus y bajaron en la puerta del instituto, al estar tan lleno el autobús Sara tropezó con el escalón y mientras caía al suelo, justo antes apareció un chico Moreno, con el pelo corto pero no tanto como los demás tenía el pelo ondulado, los ojos azules y la cogió en brazos antes de que se cayera, se miraron a los ojos y se veía algo diferente en la cara de Sara, era felicidad, estaba sonrojada, le llamó la atención ese chico, se quedó callada, no sabía que decir, solo se limitó a mirarlo a los ojos hasta que reaccionó.

Sara: Gracias.

???: Denada - Dijo el chico sonrojado - Soy Rodrigo

Sara: Un placer conocerte, yo soy Sara.

Rocío se les quedó mirando de brazos cruzados sin entender qué pasaba, cuando vio que el chico iba a decirle algo a Sara le cortó, cogió a Sara del brazo y le dio un tirón  para acercarla a ella.

Rocío: Tenemos que irnos, llegamos tarde - empieza a correr llevando a Sara con ella.

Sigue corriendo con ella hasta que Rocío ve que se habían alejado del chico, entonces se para en seco, agarra a Sara de los hombros y la mira a los ojos.

Rocío: Ni se te ocurra.

Sara: No sé a qué te refieres.

Rocío: Que no se te ocurra enamorarte de él, Sara, te conozco desde que somos pequeñas y se que es más fácil enamorarte que coger un lápiz.

Sara: Eso es mentira.

Rocío se cayó, miró a Sara de tal forma que parecía que le estaba matando con la mirada,  suspiró, la agarró del brazo y la llevó al baño.

Rocío: Espérame en la puerta del baño, ahora salgo.

Sara se apoyó en la puerta, cruzó  los brazos y esperó  a que Rocío saliera, mientras tanto vio acercarse a Rodrigo por el pasillo, él también la vio y se acercó a ella.

Rodrigo: Mira por donde, nos hemos vuelto a encontrar.

Sara: Eso parece.

Rodrigo: Bueno, ya que tú amiga entrometida no está, ¿Tienes algo que hacer esta tarde? No conozco muy bien esta zona, soy nuevo aquí y me gustaría quedar con alguien para ir conociendo a gente y el lugar. - Le pregunto mirando al suelo con timidez.

Sara: No tengo nada que hacer - Contestó sonrojada.

Rodrigo: Quedamos a las ocho en el parque de al lado del instituto, ¿te parece bien?.

Sara: ¡Claro!, allí estaré.

Ambos entraron juntos en el instituto, al entrar Rodrigo la cogió de la mano y le dijo:

Rodrigo: ¿Te importaría que te acompañara a tu aula?

Sara: No.

Rodrigo: ¿Qué asignatura tienes ahora?

Sara: Tengo historia ¿Y tú?

Rodrigo: ¡Yo también! - Respondió super feliz.

Sara: ¿Te parece bien que nos sentemos juntos y a si hablamos de lo de esta tarde?

Rodrigo: Por Supuesto

Entraron los dos juntos en la clase, se sentaron en el fondo y se pusieron a hablar, cada vez se conocían mucho mejor, empezaron a llevarse bien y pensaron que podían ser buenos amigos.

Rodrigo: ¿Sabes que? He llegado a la conclusión de que me caes muy bien.

Sara: tú también me caes muy bien, que ganas tengo de que quedemos esta tarde.

Rodrigo: Yo también tengo ganas de… - suena el timbre avisando de que las clases han finalizado - parece que hay que irse.

Sara asiente, ambos empiezan a recoger, se levantan y van a la parada del autobús.

Rodrigo: bueno, tengo que irme, yo vivo aquí al lado, nos vemos esta tarde.

Sara asiente y se sube al bus, justo al entrar se encuentra a Rocío de brazos cruzados en medio del pasillo dando golpecitos con el pie derecho y con el ceño fruncido.

Rocío: ¿Te has enamorado de él verdad? -dijo en tono acusador.

Sara: No, solo somos amigos, me ha caído bien, tenemos muchas cosas en común.

Rocío: Bueno, no vayas tan rápido, aún no lo conoces lo suficiente.

Se sentaron juntas en el autobús y estuvieron hablando todo el camino de vuelta a casa, comieron e hicieron los deberes juntas, hasta que llegó la hora en la que Rocío tenía que irse y Sara te iba que empezar a arreglarse para su "cita".

El secreto de MaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora