—¿No responde los mensajes?— Sunghoon volvió a mira su teléfono, los aproximados quince mensajes enviados ni siquiera tenían una confirmación de lectura. Rápidamente negó.
—Los últimos que envíe no le llegan— frustrado volvió a poner su teléfono el en bolsillo de su pantalón. Ya habían pasado al menos treinta minutos desde las cuatro, hora en la que se suponía que Jungwon y Sunoo se reunirían con él en el café del centro, pero al parecer Jungwon no había aparecido para recoger a Sunoo y este último había llegado solo.
El chirrido del tono de llamada del teléfono de Sunoo los alarmó, el dueño del aparato contestó el llamado al instante, colocando el alta voz.
—¡Sunoo! Lo lamento tanto...— la voz de Jungwon del otro lado de la línea se escuchaba agitada. —Tuve un imprevisto, no creo poder llegar ya, pero ustedes dos estarán bien ¿no?
—Debiste responder los mensajes al menos— reprendió el menor, mirando a Sunghoon con el ceño fruncido
—¡Lo sé, lo sé! Pero estaba ocupado. ¡Los veo después!
Y antes de que alguno de los dos pudiera decir algo más Jungwon colgó.
Sunghoon pasó sus dedos entre sus negras hebras, nervioso.
Había conocido a Sunoo no hace mucho y la única vez que intercambiaron palabras fue en aquella ocasión de su encuentro. Fuera de eso, solamente se saludaban en los pasillos. Una sonrisa y era todo. Tal vez por eso el mayor encontraba la situación un poco incómoda. Incluso había dudado en aceptar la invitación de Yang a esta salida por el mismo hecho de que no conocía a Sunoo lo suficiente, pero aceptó cuando su amigo lo convenció que lo tendría a él como apoyo. Definitivamente tomaría venganza de Yang.
—¿Quieres entrar?— fue el turno de Sunoo de hablar, estirando una mano para tomar el picaporte de la puerta del establecimiento
—Claro.— ambos jóvenes entraron al lugar, siendo recibidos con el fuerte olor a madera vieja combinado con el aroma del café. Segundos después ya estaban sentado en una de las mesas del rincón, cerca de uno de los ventanales.
Sunghoon jugaba con sus dedos por debajo de la mesa a la vez que evadía la mirada de Sunoo viendo las calles a través del cristal. A pesar de ser mayor, se sentía un poco intimidado por la presencia del menor, no en un mal sentido, simplemente se sentía tímido.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la figura femenina entregándoles los menús, quien los dejó solos después.
—¿Qué te gustaría ordenar?— preguntó Sunoo con los ojos puestos en aquella carpeta. Sus cabellos caían despeinados sobre sus ojos por la pequeña brisa que entraba por la ventana. Sunghoon lo encontró lindo.
—Creo que un café de vainilla y un trozo de pastel de zanahoria.— Sunghoon apenas revisó el menú, ya había estado varias veces en el lugar y siempre había ordenado lo mismo.
Recordó los días en los que iba a aquel establecimiento en compañía de Jungwon, fue mayormente en temporada de vacaciones. Siempre que iban a aquel lugar Sunghoon pedía por Jungwon y viceversa, eso hacia todo menos aburrido y además les gustaba ver la expresión del otro cuando probaban las bebidas nuevas.
Ambos pidieron sus comidas y esperaron en silencio a que estuvieran listos, hasta que la voz de Sunoo resonó por debajo de la música ambientalista.
—Así que... ¿cómo estuvo tu semana?— su pregunta hizo que su mente diera un pequeño retroceso a los días anteriores, abriendo sus ojos un poco más de lo normal cuando Heeseung vino a su mente. Se sorprendió de sí mismo cuando notó que lo había olvidado por completo desde hace unas horas. Aún siendo así, las comisuras de sus labios de elevaron, intentando fuertemente que sus orejas no se pusieran rojas.
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𖥔 ִ ۫ ˑ halloween ! heehoon ִˑ
Fiksi Remajah̶e̶e̶h̶o̶o̶n̶ | La problemática de Sunghoon va más allá de los límites que pueda imaginar. No entiende en qué momento su vida cambio de ser tan simple a tener que correr a los brazos de un completo extraño (no tan extraño) cuando trata de huir de...