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Parte uno

Llegaron con el carro casi derrapando, apenas y se estacionaron, bajando rápidamente, a tropezones entrando al hospital lo más rápido que sus piernas les permitían, con el corazón casi saliéndose de su pecho.

El miedo corría por el cuerpo del pelinegro, sintiendo como una parte de él estaba inquieta, desesperada, quería llorar de solo pensar en lo peor.

Carlo no estaba mejor, el solo pensar en su hermano que tanto cuidaba y amaba estaba herido de gravedad, le hacía que su sangre hirviera en rabia contra sí mismo.

Se acercaron a la recepción, el Gambino menor, exigió casi a gritos que le dieran noticias sobre Toni, al gritar tanto y por lo alterado que estaba trataban de calmarlo, cosa que lo alteraba más al no saber nada de su hermano.

Salinas le susurro a Igor que tratara de tranquilizarlo, mientras él hablaba con la señorita de la recepción, así lo hicieron aunque costo que Carlo se tranquilizara al menos un poco.

—Nos avisaron que habían tenido un accidente. —Comento el pelinegro a la chica que revisaba los recientes ingresos. —Sus nombres son Toni Gambino y José Heredia.

Los ojos verdes de la chica leían todo hasta que con una mirada un tanto neutra miro al mexicano.

—Está siendo tratados en el segundo piso. —Paso sus ojos hacia la pantalla. —Déjeme ver si alguien puede darles más información.

—Gracias. —Susurro.

Dicho esto la chica se levantó de su asiento para buscar a alguien que ayudara a la preocupada familia del italiano. El pelinegro volteo su mirada hacia los dos chicos restantes, Carlo se encontraba perdido viendo hacia algún punto X, Igor le daba pequeñas caricias tratando de calmarlo pero el italiano parecía ido.

Suspiro entrecortado, cruzo las manos en su pecho abrazándose a sí mismo, no quería que sus nervios empezaran a dominarlo, si no perdería el control de la situación, pero admitía que la pizca de miedo y ansiedad estaba rondando a su alrededor.

Decidió sentarse con los dos chicos en la sala de espera, ansiosos por alguna noticia, pasaron alrededor de 10 minutos cuando la chica volvió junto con un tipo un tanto mayor con bata blanca, suponían que era un docto o enfermero.

— ¿Familiares de Toni Gambino y José Heredia?

Con rapidez se levantaron, Carlo fue el primero en llegar con el doctor, quien tenía una mirada un tanto preocupada y lastimosa, un escalofrió les recorrió a todos por una sola mirada.

—Síganme por favor.

Los tres chicos se miraron levemente entre si preocupados, para seguir de cerca al hombre, quien los llevo a una sala de urgencias, donde desde afuera podía verse al moreno sentado mientras era tratado por algunas heridas y al parecer le habían enyesado un brazo. Un suspiro de alivio salió al ver a José no tan grave.

—El chico recibió algunos golpes, un brazo fracturado, vidrios rotos y un golpe un tanto grave en la cabeza. —Explico, mientras leía los papeles de José. —Pero nada muy grave.

Asintieron, hasta que Carlo empezó a buscar por los alrededores, la preocupación volvió a su cuerpo.

— ¿Y Toni?—Miro al doctor quien puso una mueca triste. Se acercó amenazante al hombre. — ¿¡Dónde está mi hermano!?

—Señor...tranquilícese. —Le tomo del hombro y lo apretó fuerte. —Necesito que esté tranquilo si quiere estar aquí, si no tendré que llamar a alguien para que lo saque. Dudo mucho que en esta situación quiera estar fuera ¿Verdad?

Dos locos [RONI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora