Capítulo Único

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*Esta historia fue editada para corregir algunos errores y descripciones.

*Gracias por leer este One Shot YiZhan, y espero lo disfrutes.


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Una sonrisa resplandeciente destacaba en aquel rostro de un alto joven. Su cabellera castaña obscura, que llevaba en un bien arreglado peinado levantado hacia el costado derecho, combinaba con esos bellos ojos marrón. Su nariz era perfilada y sus pómulos destacaban aquella delgada cara, donde su tan característica mandíbula terminaba dándole esa preciosa forma, aquella por la cual todo hombre rogaba por conseguir. Por si fuera poco, ya a su tan buena estructura, se le agregaba su mirada, esa misma que denotaba una inocencia y calidez especial, que nadie más podría soñar con poder tenerla, ya que esta era única, así como ese brillo que se acentuaba cada vez que te miraba. No era un secreto el por qué tenía a media industria del espectáculo detrás.

Vestía un traje recto azul oscuro de lana, con una camisa blanca bien cuidada, donde, una corbata azul noche de seda, descansaba en su torso. Para completarle, un dije redondo de diamantes se encontraba fijado en la solapa izquierda de este. Y, finalizando, unos zapatos de piel negros a juego con el lujoso pero sencillo traje. 

Muchas personas le observaban, y es que aquel personaje no podía pasar por desapercibido ¡era completamente guapo!

Las miradas de las mujeres presentes en aquel evento, se desviaban e incluso la de algunos (por no decir de todos) los hombres también lo hacían. No había otra razón más que, nadie se podía resistir a su encanto y, es que, ¡era completamente natural! Además de que, para que estamos con cosas, ¡Xiao Zhan era la mismísima divinidad andante! Podía hacer voltear a quien quisiera. No era necesario hacer nada porque por sí solo él ya era mucho. 

Sin prisa, sus ojos de vez en cuando enfocaban su vista en la entrada principal del gran salón. La fiesta había comenzado hace exactamente unos veinte minutos y él había llegado unos cinco minutos antes. Aunque casi fue una maratón llegar al evento y por suerte llegó justo a tiempo.

Con una copa de champagne en mano, conversaba alegremente con uno de los que sería de sus mejores amigos, el buen Wang Zhuo Cheng. 

Aquel chico que le acompañaba no quedaba lejos de las miradas ajenas. Claro, el primero en llamar la atención por supuesto que sería aquel de resplandeciente sonrisa y mirada brillante, pero, aun así, Zhuo Cheng no se quedaba atrás y también hacía suspirar a más de alguna, después de todo, su encanto particular le había hecho ganar adeptas, las mismas que no gastaban más tiempo y coqueteaban con él abiertamente. Vaya molestia que se pegaría su pajera si le viera, digamos que el que siempre pagaba por esas insinuaciones era él, aunque, siendo sinceros, tampoco es que se quejara mucho, el castigo que venía después era el beneficio que conseguía de su grande sacrificio. Amaba ese juego que tenía con su pareja.

El reloj marcando justamente las 22:50 p.m., dio entrada a quien sería el próximo a robarse la escena.

La deslumbrante aura fría, y que quizás se podría catalogar como arrogante para algunas personas, se desprendía del joven de veinticuatro años que ingresaba al evento. Levantó una de sus manos y movió levemente sus dedos en forma de saludo, sus labios se mantuvieron en una línea y apenas dio una leve media sonrisa.

Llevaba un peinado levantado hacía el lado izquierdo, que hacía caer su cabellera castaña a su frente. Sus ojos color café oscuro habían sido maquillados de forma leve en un estilo natural, mientras que sus mejillas estaban contorneadas de tal forma que disimulara lo abultadas y tiernas que eran, para mantener un estilo más adulto y guapo, lo cual se acoplaba muy bien a lo que su presencia transmitía en este momento. Como un león acechando a una linda y descuidada presa. Su nariz, aunque era grande, era respingada y sin imperfecciones.

Tan diferente a como lo quieras ver - YiZhan (O.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora