El verano de Julio en 1978 fue caótico, la masacre en el campamento Nightwing marcó la vida de más de veinticinco niños, adolescentes, y a los pueblos vecinos: Shadyside y Sunnyvale.
Pero en especial las vidas de Ziggy Berman y Blair Miller, dos cam...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sol cálido y brillante daba de lleno contra el campamento Nightwing, los campistas disfrutaban de la mañana alegremente, algunos eran parte de las actividades diarias, otros disfrutaban del gran lago, y las personas como Blair Miller simplemente caminaban al rededor.
La chica de cabello rubio, brillante y largo hasta las caderas caminaba lenta y tranquilamente, pero con un poco de cuidado de no ser atrapada con las manos en la masa por alguno de los encargados del campamento, debido a la pequeña pero refrescante lata de soda con sabor a limón que había robado del comedor. Cuando pudo escapar un poco de la vista de los campistas, dirigió su mano al cierre y lo abrió escuchando alegremente el sonido del gas saliendo de la lata.
Blair realmente a veces disfrutaba poder ser una habitante de Sunnyvale y las ventajas que le daba. El primer sorbo le supo a gloria, estaba un poco harta de los refrescos naturales que preparaban en la cocina, mientras seguía caminando subió nuevamente su mano, en busca del segundo sorbo, hasta que sintió un gran empujón, el golpe contra el suelo, y como toda la bebida se esparcía por su cuello y camisa.
— ¡Mierda!.— Blair escuchó como alguien maldecía bajo su quijada, haciéndola bajar la mirada y topándose con una mata de pelo rojo.
— ¡¿Que demonios pasa contigo Berman?!.— grito botanto con fuerza la lata vacía de soda a un lado. Cuando pasará su acto de enojo la recogería nuevamente.
— Ugh eres sólo tú.— la chica se separó rápidamente de Blair, colocándose de rodillas preparada para impulsarse y levantarse.
— ¡¿Solo yo?!.— Blair realmente no estaba enojada, simplemente quería sacar un poco de sus casillas a la pelirroja frente a ella.— me debes una lata de soda Berman.
— Si claro, una lata de soda que te robas con tus estupidos privilegios de Sunnyvaler.
— ¿Celosa?. —la rubia bromeó un poco, logrando que la otra la volteara a ver con una expresión de disgusto y fastidio, haciendo a Blair sonreír, orgullosa de completar su logro.
Blair observaba detenidamente sobre sus codos cómo la pelirroja se ponía de pie y sacudía la tierra de sus rodillas y manos, Ziggy Berman era todo lo que podías encajar en la palabra "bonita". El cabello rojo que Blair podía jurar que algunas veces lucia de un rojo cereza y otras de un rojo zanahoria inexistente, le daba un aspecto bonito a la Shadysider, o eso es lo que la rubia pensaba. Blair podía pasar horas de su día molestando y analizando -o más bien admirando- a la Berman menor, y planeaba seguir haciéndolo hasta que la voz enojada de una chica sonó detrás de ellas.
— ¡Maldita bruja!.— Tanto Blair como Ziggy voltearon sus miradas hacia atrás, divisando a tres chicas pelinegras y un chico rubio corriendo en su dirección.
