Joel trabaja en uno de los mejores hoteles del mundo, el gran Cesar's Palace.
Lleva casi dos años en el puesto, y con el reciente despido masivo en la compañía, contratan nuevo personal, quedando él, como prácticamente el supervisor de su área.
Su m...
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The Cesar's Palace, es y ha sido el hotel más reconocido en todo el mundo, durante al menos los últimos 50 años.
Millonarios son los dueños y sumamente afortunados los empleados: desde bonos consecuentes de miles de dólares, hasta lujosos viajes como celebración de nuevas metas alcanzadas; cualquier persona desearía trabajar ahí, aunque realmente muy pocos lo consiguen.
Determinación, responsabilidad y habilidad. Son las virtudes que llevaron a que aceptaran al joven Pimentel dentro del aclamado hotel.
—Disculpe señor Pimentel, esta semana el gerente ha podido renovar la plantilla de empleados en su área y me pidió que le informara que necesita estar puntual a las 2 pm para dar una breve capacitación al nuevo personal— habló el anciano señor, encargado de la recepción.
—A esa hora salgo a comer— se quejo el rizado —Gracias por la información amigo— bufo, intentando sonreír con franqueza al señor.
Si bien Joel tenía tan solo 27 años, el señor le permitía hablarle como a un amigo de su edad, pues esto le hacía sentir más joven.
Arrastrando sus pies por todo el pasillo, consiguió llegar a la zona donde los empleados pueden guardar sus pertenencias. Se acercó a su casillero, quitando el candado sobrepuesto y sacando del bolso delantero de su mochila su celular. Encendió la pantalla, observando que tenía un nuevo mensaje "Tu hermana esta realmente emocionada de que puedas salir a comer con nosotras" pudo leer el mensaje que tenía como remitente a su madre.
"Me han pedido que me quede a dar una capacitación, lo siento, y dile a Maggi que lo siento también" respondió en otro texto el ojimiel, con un rastro de decepción en su rostro.
Desde que comenzó a trabajar hace unos 20 meses atrás, no ha podido pasar suficiente tiempo con su hermana pequeña de tan solo 11 años. Extraña ayudarla con sus tareas escolares e ir por un helado de moras al terminar.
Suspira aún frustrado, regresando el celular a su mochila. Se mira en el pequeño espejo pegado a la puerta de su casillero, arreglando un poco su cabello, para poder lucir un poco más arreglado. Si bien los rizos completamente desarreglados es lo que vuelve locas a las chicas y chicos del personal, tiene que lucir más autoritario ante los nuevos rostros en la empresa.
Cierra la puertita, colocando el candado. Camina nuevamente por el pasillo para tomar las escaleras. Sube los escalones de dos en dos, lo cual no es ningún inconveniente para sus largas piernas. Llega hasta el primer piso y camina por la recepción, observando que un montón de personas ya uniformadas, lo esperan.
Camina hacía ellas y se detiene al frente. Revisa el reloj en su muñeca, 1:59, 2:00.
—Buenas tardes a todos y todas. Mi nombre es Joel Pimentel y yo seré el encargado de ustedes y el área donde trabajaran. Comenzaremos con un recorrido breve a las instalaciones, su lugar de trabajo y materiales a utilizar. Dudas, comentarios y aclaraciones se realizan en el momento, por favor. Si no existiera alguna objeción, comencemos— asiente, dedicando una cálida sonrisa en general.
