Parte única.

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Nota: Hola soy Thomas Astruc escribiendo en español y del Félinette, ¿Te la creíste, we'? Mentira... Como siempre escribiendo fuera de personaje, espero les guste.

...

Es... Es demasiado nuevo y al mismo tiempo, realmente no lo es.

Porque, realmente no es nuevo estar en una relación de pareja, de novios. Ya tuvo una antes, que por supuesto falló. Y tampoco es nuevo que alguien le guste, de una manera romántica aunque no tan exagerada como antes.

Aunque posiblemente se sienta como una primera vez porque, bueno, terminó gustando de una persona que no eran ni Adrien o Luka. Además, podría decirse que no empezó todo con flores ni auras suaves o esponjosas ni sentimientos a flor de piel y ese tipo de cosas.

La verdad es, que todo se sintió como un tremendo golpe en el estómago que le quitó el aliento. Y que por poco, la deja fuera de combate.

Porque, oh Dios, ¿Qué demonios fue a hacer fijándose en alguien como Félix Graham de Vanily? Todo lo contrario a Adrien y a Luka.

Todo lo contrario a un arquetipo de príncipe de ensueño o caballero blanco.

Porque, era sarcástico, grosero, mentiroso pero cuando iba a ser honesto, eran palabras sin anestesia que fácilmente podrían provocar un Akuma. Y ahí iba ella como Ladybug a salvar el día con Chat Noir, como su deber le dictaba.

Terminando cada día más exhausta entre ser Ladybug, una estudiante de secundaria y guardiana de los Miraculous.

Pero mucho más, al enterarse que Félix se estaría quedando con su platónico y, vaya sorpresa, también iba a asistir a la misma escuela que ella.

No supo si suspirar del cansancio y atiborrarse de sus hobbies (...Y acosar un poco a Adrien), frustrarse y maldecir su suerte o si llorar mientras ocultaba su rostro en su almohada –siendo obviamente observada por los demás Kwamis, que vergüenza–.

Al principio se resistió, trató de no prestarle tanta atención e ignorarlo. Pero al final, terminó siguiéndolo con la mirada; siempre diciéndose que sólo lo miraba para vigilarlo y que no provocase algún Akuma.

(Obviamente era una vil excusa que ni ella misma se creía).

Y cuando se dio cuenta, ya había caído en las garras de Félix. Es decir... Ya sus pensamientos se estaban desviando hacia él, su mirada lo seguía de vez en cuando, y algunas veces se halló a sí misma tartamudeando o sonrojándose.

Ya fuese que sus miradas se encontraran –y él terminara sonriéndole para después desviar su atención a su primo con quien conversaba–, que se topasen en algún lugar –sea en París o en la escuela– o con su sola presencia.

Y vaya que fue una sorpresa que sus sentimientos y enamoramiento, no fue cosa de un día para otro. Más bien, fue dándose poco a poco.

Con pequeñas interacciones, intercambios de palabras (que muchas de ellas, fueron sarcasmos malintencionados de parte del otro) y algunos momentos significativos.

Como esa vez que la lluvia le atrapó luego de acabar con un Akuma, sintiendo su cuerpo débil por no haber descansado correctamente y que Félix apareciera con un paraguas, ofreciéndole una mano para que se levantase del suelo y así ambos caminaran hasta su casa.

Marinette quiso preguntar la razón detrás de sus acciones, desconfiando de sus aparentemente buenas intenciones. Y él, Félix, únicamente le sonrió al mismo tiempo que se acercaba a su madre para ordenar unas galletas y un café y un chocolate.

Contrario a lo que pensó, fue un rato bastante ameno y silencioso.

Siendo en ese silencio, que comenzó a cuestionarse sobre cómo se sentía y qué sentía respecto a Félix Graham de Vanily.

Y tras una serie de acontecimientos, fue que concluyó que efectivamente, se había enamorado de él.

Fue agridulce darse cuenta de que su enamoramiento (fanatismo radical) por Adrien se esfumara, así como también, la decepción que sintió al haber terminado su relación con Luka.

Pero, ¿Sinceramente importaba ahora? A decir verdad, no.

Al haber procesado los hechos (con algo de dramatismo), se lo estaba tomando con calma y, se estaba sintiendo a gusto con estos sentimientos. Que más tarde, fueron recíprocos de una forma sincera.

Descubriendo un poco más sobre Félix Graham de Vanily, que si bien no era la mejor persona. Tenía sus puntos buenos y con eso mezclado, la hacían la persona que le gustaba.

No una idealización, no una atracción pasajera sino algo más serio. Tal vez, amor.

Tal vez, era amor.

No se sentía como en las películas o en las novelas o como en las fantasías que tuvo... Era algo así como bonito que a veces frustra, a veces duele pero que también, alivia y reconforta.

Marinette nunca visualizó o pensó en tener una relación con Félix. Pero a decir verdad, era algo perfectamente imperfecto que le maravillaba.

(Como, un buen amor).

-Traumada Taisho

Como un buen amor  [Félix/Marinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora