La forma en la que hablan, caminan, responden, comen. Las escuelas a las que asistirán por el resto de sus vidas.
Su forma de vestir, su "gusto" en los deportes, su incesante manía por ser los mejores aunque eso signifique dejar de respirar.
Esa es...
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Taehyun.
|El mundo con otros ojos|
— ¿Qué se supone que debo decir? — inquiero hacia la mujer frente a mí, observando como ella ajusta sus gafas antes de apartar la mirada de sus notas.
— Puedes decir lo que quieras, ya que es el primer día lo usaremos para conocernos mejor, entrar en cotidianidad con el otro — me explica serena, mientras sonríe de forma amena hacia mí.
— No sé por dónde iniciar, vera, no soy el mejor para hacer amigos — le explico con algo de timidez, uniendo mis palmas en un intento de detener la sudoración que me envolvía.
Trato de no parecer tan poco indispuesto, manteniendo interés en la decoración que había por la habitación. Un pequeño florero con lirios amarillos estaba en una de las esquinas, por alguna razón conseguía alegrar completamente el ambiente. ¿Sera que los pusieron ahí de forma intencional?
— Podemos iniciar con algo sencillo, ¿Por qué no me dices que fue lo que te hizo elegir mi consultorio? —
— No creo que le agradara mi respuesta — admito hacia ella, apreciando como su ceja se levanta un poco al escucharme decir eso. Ambos esperamos a que sea el contrario quien diga algún comentario, pero cuando se alarga más de lo previsto, soy yo quien asiente para poder continuar — Siendo honesto, esta oficina está lejos de mi casa, mis padres no vendrían al centro ni de chiste para una consulta improvisada —
— ¿Te sientes mejor sabiendo que ellos no se cruzaran en tus citas? — inquiere en respuesta, alentándome a seguir con la conversación.
— Si... ellos... le pedirían reportes si es que saben que yo vengo a esto — le explico con algo de pena, viendo como ella solo anota algo rápido antes de voltear nuevamente hacia mí.
— Descuida, mi ética profesional es muy grande. No creo que pueda traicionar la confianza de mis pacientes — repone de forma segura, sonriendo medianamente mientras habla — así que puedes decirme lo que sea que te moleste, todo quedara entre tu y yo —
Escuchar esas palabras salir de sus labios me es reconfortante, porque de alguna forma deseo creerle a esta mujer. Quiero poder sentir que alguien más podrá ayudarme a desenredar el nudo de pensamientos que yo he formado desde hace meses, porque yo solo no he podido hacer mucho en cuanto a eso.
