"Voy contigo."
Volteé rápidamente la mirada al atardecer, el frío comenzaba a hacer tacto con todo mi cuerpo. Mis pies se sintieron pesados, no podía avanzar.
Supe que nuevamente los pensamientos que tanto me agobiaban volverían a mí. Esta vez no estaba solo, así que tendría que retenerlos... Pero ya era muy tarde.
Aquí vamos nuevamente.
Dos palabras que sueles repetir, que excavan cada vez más dentro de mi corazón y atacan en donde más duele.
Temo alejarme, decirte lo que pienso y que me rechaces, que te des cuenta de quien soy realmente y no lo que quieres. Me duele saber que me miras con esos ojos, demostrando un interés nulo en mi persona.No digas que me acompañas cuando no es conmigo con quien quieres estar, solo dime que ya no me necesitas, no te hace bien y a mí tampoco. Temo saber que te aprecio, que daría todo por ti, sin embargo tú solo te quedas conmigo por una promesa, por alguien que no soy. Brillas demasiado cuando sonríes cuando te hablo, así es imposible poder decirte lo que siento. No soy ella.
Mis pensamientos me ahogan, me hacen preocupar de más, me hacen temer que me abandones al darte cuenta, pero a la vez quiero que lo hagas. Paso sudando, tensando mi cuerpo al recordar que no soy yo a quien tuviste que salvar, que soy un error. Me siento cansado.
Necesito que me trates como quien soy, para así saber si en realidad te quedas conmigo o te alejas, cada segundo a tu lado es destructivo para mí mientras que a la vez suele calmarme. Los sentimientos que me provocas son tan extraños y extremistas ¿Cómo puedes darme miedo mientras que a la vez me haces sonreír? Me pregunto qué pasará conmigo cuando ya no estés.
Quisiera vivir sin ti, o simplemente que no te hubieras equivocado. Es un error que a ambos nos costó duro... Así que por favor, necesito que aclares las cosas conmigo, necesito que tomes la iniciativa de hablarlo, cualquier decisión que tomes al respecto la respetaré, aunque sé que ambas me dañarán.
¿Cuándo te darás cuenta?
No soy un reemplazo ni alguien con quien te puedas sentir satisfecho para saciar tu culpa.
No soy ella.
Me confundes, necesito que me dejes, pero no quiero que te vayas. A veces desearía desaparecer sin avisar, tal vez así reaccionarías, pero soy un cobarde, no puedo hacer eso, duele, así que por favor, quiero que me dejes.
Eres una gran persona, seguro si te lo digo lo entenderás y podrás seguir adelante, así que por favor deja de decir que me sigues como si no supieras cómo me siento, pero es verdad, no lo sabes. No eres mago ni lees la mente, de verdad que tengo que decirte sobre mis sentimientos.
Quisiera ser ella.
No pretendas que soy ella.
La calidez que se posó en mis labios aún se siente pesada y mis oídos no dejan de escuchar lo que produjo mis miedos, quiero irme. Me dan ganas de arrancar mi rostro, quizá sea mi culpa por ser tan parecidos.
Aún quiero ser a quien sigas, ser a quien siempre acompañarás, quisiera ser la persona con quien me confundes, para así no terminar como ya estoy, arruinado, devastado, temiendo siempre . Pero eso no es lo correcto.
¿Cuántas veces he repetido lo mismo ya?
No tengo autocontrol, si te separas me siento mal y cuando estás conmigo me siento peor. Abrázame y dime que todo estará bien.
¿Te quedarías conmigo cuando por fin la superes?
¿Podría yo hacerte feliz?
Tu error fue salvarme.
Tal vez solo deba guardarlo otra vez
"¿Sucede algo?"
Sentí un peso en el hombro, era su mano. Un auxilio, quizá un empujón para por fin decir lo que he guardado por tanto, para superarlo, seguir adelante y así actuar con madurez.
"Necesito hablar algo contigo."
Mi voz fue firme, parecía totalmente confiado, sin embargo esa ni era la realidad, sentía que mi garganta ardía y que mis ojos tarde o temprano se cerrarían por si solos, como si eso me librara de la situación.
"Claro ¿qué sucede?"
Su voz era suave, cálida, como si se tratara de un apoyo. Lo miré y nuestras miradas se encontraron. Sus ojos se posaron sobre mí de la misma forma que siempre lo había hecho, de pronto sentí una extraña angustia que antes no había sentido, además de miedo. Miedo a decirlo y se enfadara, para luego abandonarme... ¿Pero no es eso lo que yo quería?
Supe de inmediato qué sucedería. Otro error mío ¿Cuántas veces he hecho ya lo mismo?
"No, no es nada importante."