🌸Extra🌸

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-Waaooh ¡esta delicioso!

Era una noche de verano, los dos niños pequeños estaban felizmente sentados en el zesped.

-¿de donde los conseguiste?

-Mi madre los hizo-Respondió con desagrado de tan solo pensarlo

-Oh... ¿no vas a comer también?

-nop. No me gustan, así que puedes comerlos todos.

-Enserio eres muy amable.

-Si quieres, puedo traerte más todos los días.

-¡Si!¡Gracias!¡Eres el mejor, Lucas!-Sonrie felizmente hacia él.

-Claro que lo soy. ¡El mejor de todos!-Duce orgulloso de si mismo.

-Sip-Le sonríe confirmando.

Lucas había traído unos pastelitos para que ella comiera.

Athanasia era la única persona que se le vino a la mente para que comiera de ellos en su lugar.

Su madre inesperadamente había comenzado hacer muchos pastelitos, decenas de ellos, cada día todos los días.

Comentando que estaba cansada de no poder cocinar como se debía, es entonces que se obsesiono en aprender los manjares de la cocina.

Lo malo es que siempre repetía la misma comida. Logrando llenar la heladera de muchos pasteles pequeños y redondos.

Al principio Lucas no se quejaba, pues eran deliciosos, pero al comerlos todos los días como desayuno, almuerzo y cena se canso y dejo de gustarles.

Ahora los consideraba como basura tóxica y asquerosa.

-Lucas, cariño, mira hize más solo para ti, jeje-Sonria su madre bobamente.

-Waahf-vomita

-¡¡Aah!! Lucas ¿estas bien?-Lo mira preocupada.

Es entonces que busco una manera de deshacerse de ellos, sin que su cariñosa madre lo sepa.

Primero se los dio a los perros de la calle, el problema fue que terminaban muertos.

Segundo intento tirarlos a la basura, pero se dio cuenta que su madre podría verlos y él no quería eso.

Tercero había intentado esconderlos todos pero eran muchos y no sabía donde meterlos.

Hasta le había dado algunos a su padre para que comiera también, pero lo único que recibió a cambio fue una cara de rotundo asco.

La última opción que le quedo, fue buscar a un cerdo que comiera lo que sea que le den.

La televisión decía que ellos comen lo que sea.

No espera a verlo encontrado tan fácilmente, se regaño a sí mismo por no haberse dado cuenta antes.

Athanasia le gusta comer, especialmente las cosas dulces, era perfecta para hacer el cerdo que tanto necesitaba.

Lucas recuesta su cara en la palma de su mano, mientras mira como Athanasia como muy animadamente.

Ella era su pequeña cerdita, claro que lo mejor era que ella no lo sepa.

Pequeñas migajas de los pasteles que comía con estuciasmo se le pegaban en sus redondos cachetes.

Lucas extiende su mano hacia ella, limpiando con su pulgar la migaja rozando los labios rosados de la chica.

Athanasia lo mira sorprendida, sus ojos temblaban y sus mejillas se habían teñido de un color rojizo.

《 ¡¡Tan linda!! 》

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